Benedicto XVI y el sentido del humor

Los finales de ciclo de un papado se detectan en el Vaticano porque antes de fallecer el Papa empiezan a circular chistes entre la curia. En la librer¨ªa Leoniana, epicentro del clero progresista, escuch¨¦ hace a?os que Juan Pablo II le preguntaba a Dios si en el futuro la Iglesia cat¨®lica ordenar¨¢ mujeres. "No mientras t¨² seas Papa", respond¨ªa Dios. "?Se podr¨¢n casar los curas?", era otra pregunta. "No mientras t¨² seas Papa", repet¨ªa Dios. Juan Pablo II preguntaba si habr¨ªa otro Papa polaco y la respuesta era "no, mientras yo sea Dios". He recordado el chiste leyendo en el Corriere della Sera un resumen de la entrevista en la televisi¨®n alemana a Benedicto XVI. El Papa, que debe haber escuchado muchos chistes sobre sus antecesores, afirma que se ha de saber ver el aspecto divertido de la vida, que el humor es importante. Acogimos a este Papa con recelo porque ve¨ªamos en ¨¦l al f¨¦rreo guardi¨¢n de la ortodoxia y nos sorprende positivamente o¨ªrle decir que el catolicismo no es un c¨²mulo de prohibiciones y ha llegado la hora de corregir la imagen seg¨²n la cual se mueve s¨®lo en torno a r¨ªgidos "no", o que la mujer volver¨¢ a tener en la Iglesia, como en el pasado, un papel operativo muy determinante. Al empezar los c¨®nclaves circula un chiste contando las ganas de viajar del Esp¨ªritu Santo. "Me gustar¨ªa ir a Roma, no he estado nunca", dice. Ignoro si al fin fij¨® para inspirar la elecci¨®n de Benedicto XVI. Oremos para que le conserve sentido del humor y de apertura.