Breve reflexi¨®n sobre el brindis
Beber en grupo tiene sus peligros: a veces alguien siente la inoportuna necesidad de pronunciar un brindis. El m¨¢s deprimente suena as¨ª: "arriba, abajo, al centro y pa dentro". En niveles m¨¢s protocolarios, el brindis es un elemento de relaci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica y familiar. Tanto es as¨ª que existen muchas empresas que, a cambio de dinero, proporcionan brindis para todas las ocasiones (en la web discursos-online.com, un brindis por el cumplea?os de un padre se cotiza a 14,99 euros, con independencia de que el padre sea bueno, regular o malo). En la pr¨¢ctica, el brindis tambi¨¦n sirve para que maridos y mujeres o padres e hijos se digan lo que nunca se han dicho, probablemente porque con una copa en la mano y ante testigos uno siempre se siente m¨¢s sincero. En una cena oficial, el actual presidente de los EE UU, Georges Bush, le dijo a su padre, tocayo y colega: "Querido pap¨¢, hay cosas que resultan dif¨ªciles de decirle a otro hombre, pero te quiero much¨ªsimo". No ganar¨¢ el premio al brindis menos hom¨®fobo. Quiz¨¢ para evitar metidas de pata, algunos modelos circulan al alcance de cualquiera. Uno de los m¨¢s populares, atribu¨ªdo a Henry Ford, se adapta a relaciones pol¨ªticas, econ¨®micas y, si me apuran, matrimoniales: "Salud y felicidad. Estar juntos es un comienzo. Permanecer juntos es un progreso. Trabajar juntos es un ¨¦xito".
En ¨¢mbitos oficiales, el brindis carece de alma aunque sale m¨¢s barato que una guerra. Pero a veces, sin previo aviso, en reuniones no sujetas a la etiqueta, aparece una perla que conmueve por su idealismo c¨¢ndido o su desarmante sinceridad. Es el caso del brindis de los Diarios de motocicleta, que cuenta la traves¨ªa en moto por Latinoam¨¦rica que, en 1952, hicieron Arturo Delgado y Ernesto Guevara (que el futuro Che abandonara a una novia como Sofia Bertolotto demuestra hasta qu¨¦ punto pueden cegar los ideales). Tras permanecer unos d¨ªas en San Pablo, en Per¨², trabajando en una leproser¨ªa a la que entregan su vocaci¨®n monjas, m¨¦dicos, enfermeras y voluntarios, celebran el aniversario de Ernesto. Para no desmentir su biograf¨ªa, el futuro mito agradece la generosidad de sus anfitriones con un brindis sincero e ideol¨®gico: "Despu¨¦s de este viaje creemos m¨¢s firmemente todav¨ªa que la divisi¨®n americana en nacionalidades inciertas e ilusorias es completamente ficticia. Constituimos una sola raza mestiza, desde M¨¦xico hasta el estrecho de Magallanes. As¨ª que, tratando de librarme de cualquier carga de provincianismo, brindo por Per¨² y por Am¨¦rica unida". El director Walter Salles tuvo el acierto de no exagerar la ¨¦pica y, justo despu¨¦s de estas palabras, alguien dice "Salud", y otro, m¨¢s realista todav¨ªa, hace sonar un mambo en el tocadiscos. Y entonces s¨ª: con un mambo y una copa el mundo se convierte en un lugar unido, generoso e incluso justo.
C¨®ctel: Matarresacas
En un vaso mezclador con hielo, mezclar media copa de vodka y un zumo de pepino. Remover y luego servir en un vaso alto a?adiendo pimienta molida. A votre sant¨¦! (?Salud! en franc¨¦s).
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