Con 'dolcezza'
Viernes 7 de marzo de 2003. Por fin es viernes y estoy en Washington. En mi vida s¨®lo he ganado dos concursos, uno cuando ten¨ªa 11 a?os y otro hace un mes. El primero era de pintura, estaba organizado por la Diputaci¨®n de Albacete, y el premio eran 15.000 pesetas en material fungible. El segundo era un concurso de redacci¨®n, estaba organizado por la FAES y el premio era cenar con Condoleezza Rice. El hombre m¨¢s feliz del mundo va montado en una limusina y se dirige a su cita con la consejera de seguridad nacional estadounidense.
19.30. Entro al restaurante, Condoleezza Rice todav¨ªa no ha llegado. El ma?tre me indica la mesa y me siento. Apago el m¨®vil y pienso en el cuadro con el que gan¨¦ el concurso de pintura. Se llamaba Viva la paz y en ¨¦l se ve¨ªa una paloma gigante montada en un globo despidi¨¦ndose de un grupo de ni?os que se daban la mano. Entre los ni?os hab¨ªa un negro, un chino, un blanco, un indio y un esquimal. El esquimal estaba copiado de una baraja que ten¨ªa. Estoy nerviosete.
19.45. Llega Condoleezza Rice. Viste con traje de chaqueta azul, cuerpo a juego con estampado de flores y collar de perlas. Se excusa y se sienta.
-No he tenido tiempo ni de pasar por casa a cambiarme, tenemos mucho l¨ªo en la Casa Blanca.
-No te preocupes, estas guap¨ªsima -pienso.
El ma?tre nos sirve un poco de vino blanco y pregunta si puede empezar con la cena. Asentimos y se marcha displicente. El men¨² est¨¢ ya concertado, mejor, porque cuando me quiero hacer el finolis termino pidiendo cosas que no me gustan.
-?De qu¨¦ trataba la redacci¨®n con la que ganaste el concurso?
-Se llamaba El mundo a raya y bueno... part¨ªa de la base de que para sentirte seguro en tu pa¨ªs, muchas veces no te queda mas remedio que actuar en otros lugares.
Condoleezza sonr¨ªe y su sonrisa lo ilumina todo. Entonces empieza a hablar de las guerras preventivas, se ve que es un tema que le gusta. No puedo dejar de mirarla. Me fijo en el movimiento de sus manos, en sus ojos, en su pelo perfectamente colocado como si estuviera hecho en 3D y sobre todo en su boca. Es como una profesora estricta y sexy.
-Seguramente este jueves no, al que viene, empecemos los primeros ataques sobre Irak. ?Qu¨¦ te gusta m¨¢s, Martillo de hierro u Objetivo Sadam?
21.35. Hemos abierto otra botella de Cabernet Sauvignon. Ella se muestra interesada en mis opiniones, a veces incluso me elogia. Es encantadora. Dice que los espa?oles somos valientes y generosos y de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que es un caballero de acci¨®n. No puedo estar m¨¢s de acuerdo con ella. Antes de que nos sirvan el roast beef relleno de cebolla confitada hay un momento muy tierno. Es cuando me explica el origen de su nombre. Un d¨ªa su madre, estando embarazada de ella, fue junto a su padre a un concierto gratuito de m¨²sica cl¨¢sica en Birmingham, Alabama. Les gust¨® tanto que decidieron que su hija ten¨ªa que ser concertista de piano y que la llamar¨ªan como esa palabra tan bonita que hab¨ªan le¨ªdo en el programa: Con dolcezza. Literalmente me derrito.
Suena su m¨®vil, lo silencia y lo deja encima de la mesa. Ahora o nunca.
-Sabes, Condi -le digo cogiendo su mano-, t¨² te mereces ser secretaria de Estado por lo menos, eres una mujer tan, tan...
Vuelve a sonar el m¨®vil, esta vez lo coge. Es el presidente y tiene que marcharse. Quiero besarla, pero ella estrecha mi mano y se despide. Puede que sea el vino pero en la pantalla de su Motorola le¨ª: "Llamando churry".
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