En el nombre del pueblo

Lo importante es participar. Pocas veces se aplicar¨¢ mejor la frase que en el caso de la selecci¨®n libanesa, que hoy comienza su andadura, en Sendai, frente a la venezolana. "La aventura ha sido muy dura para todos, pero ha habido consenso en la necesidad de intervenir en este torneo. Deseamos transmitir al mundo el mensaje de que el pueblo liban¨¦s jam¨¢s se pliega ante los obst¨¢culos", afirma Ghassan Fares, el secretario general de su federaci¨®n en referencia a la odisea vivida. Durante la fase de preparaci¨®n fue cuando m¨¢s intensos se hicieron los bombardeos israel¨ªes sobre las principales ciudades del pa¨ªs. "S¨®lo fue destruida la sede de la federaci¨®n de balonmano", apunta Soheil Khoury, presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico; "pero la temporada ha quedado arruinada en la mayor¨ªa de los deportes y nuestros atletas deber¨¢n ser enviados a otros pa¨ªses, ¨¢rabes o europeos".

L¨ªbano participa en un Mundial de baloncesto por segunda vez. En su estreno, en Indian¨¢polis 2002, perdi¨® sus cinco partidos. A su vez, Israel no se clasific¨® para Jap¨®n.

La obstinaci¨®n de los jugadores libaneses ha sido fundamental. Tuvieron que salvar todos los peligros. Poco despu¨¦s de que estallara el conflicto viajaron hasta Am¨¢n, en Jordania, en el ¨²ltimo veh¨ªculo disponible. Luego, participaron en tres torneos en Turqu¨ªa, Eslovenia y Filipinas. En su escapada de Beirut, atravesaron lugares bombardeados poco antes y alg¨²n d¨ªa apenas pudieron comer. Pese a todo, Jassem Kansu, director del equipo, afirma: "Nuestros jugadores tienen la moral elevada. Consideran su participaci¨®n como un deber nacional, como la expresi¨®n de la solidaridad y resistencia de L¨ªbano".

La estrella, Fadi el Khatib, que, debido a diversos problemas, no logr¨® convertirse como se preve¨ªa en el segundo liban¨¦s en la NBA, tras Rony Seikaly, exhibe su talante reivindicativo: "La guerra nos ha dado un est¨ªmulo adicional para representar a nuestro pa¨ªs. Pelearemos por ¨¦l". No todos los componentes del grupo podr¨¢n hacerlo. El p¨ªvot Paul Khoury, nacido en Estados Unidos, se qued¨® en Idaho sin visado y tampoco han podido desplazarse el preparador f¨ªsico y el encargado del material.

El seleccionador es el estadounidense Paul Coughter. "No puedo saber lo que un jugador siente con su esposa, hijod o padres en L¨ªbano. Todo lo que les puedo ofrecer es baloncesto y una distracci¨®n positiva durante este momento tan dif¨ªcil", afirma.