El cantar m¨¢s ¨ªntimo
Matthias Goerne inaugura con 'La bella molinera' la XIV Schubert¨ªada de Vilabertran.
E l bar¨ªtono alem¨¢n Matthias Goerne, acompa?ado al piano por Eric Schneider, inaugur¨® anteanoche, con la interpretaci¨®n del ciclo de canciones Die Sch?ne M¨¹llerin (La bella molinera), de Franz Schubert, la decimocuarta edici¨®n de la Schubert¨ªada de Vilabertran. Hoy s¨¢bado el mismo int¨¦rprete cantar¨¢ Schwanengesang (El canto del cisne) y el pr¨®ximo lunes interpretar¨¢ Winterreise (Viaje de invierno), completando as¨ª los tres ciclos de canciones de este autor.
Uno de los mejores m¨¦ritos de la Schubert¨ªada de Vilabertran es saber adivinar en j¨®venes que apenas debutan a los grandes int¨¦rpretes del futuro, as¨ª ocurri¨® con la soprano Juliane Banse y con el bar¨ªtono Matthias Goerne. En 1997, Matthias Goerne cant¨® en Vilabertr¨¢n La bella molinera, ahora ya no la canta, la dice.
El Lied es la forma m¨¢s elevada de intimidad musical. En el Lied no hay distancia entre texto y m¨²sica; no hay distancia entre cantante y pianista y tampoco entre ¨¦stos y el p¨²blico. El Lied es confidencia, desahogo, y en su elemental simplicidad: un cantante y un pianista cont¨¢ndole historias al p¨²blico, alcanza a ser una de las formas m¨¢s intensas y, por ello, elevadas, de la m¨²sica.
Cantar bien Lied es dificil¨ªsimo y no depende de los recursos vocales que se posean sino de la madurez como int¨¦rprete que se tenga. Matthias Goerne, en la frontera de los cuarenta, est¨¢ en un punto de madurez ideal, ha dejado de ser un cantante que interpreta partituras para convertirse en un contador de historias. Goerne sabe que el Lied es una procesi¨®n que va por dentro y que hay que sugerir la emoci¨®n sin ense?arla abiertamente; sabe ensimismarse, condici¨®n indispensable para cantar Schubert y sabe ofrecer a cada estrofa la peque?a variaci¨®n de tempo, de ataque o de color vocal, adecuada a su situaci¨®n dram¨¢tica, condici¨®n indispensable para que La bella molinera, que adopta casi siempre la forma estr¨®fica de la canci¨®n popular, quede viva y variada.
El resultado fue verdaderamente memorable: ante un p¨²blico atento, experto y en un silencio respetuoso, ejemplar, las 20 canciones que cuentan la historia de los desgraciados amores entre el protagonista y la bella, caprichosa e inconstante molinera y que en el fondo es una exploraci¨®n de los matices y emociones del amor y el desamor, fluyeron seguidas, de un ¨²nico tir¨®n, como debe ser, configurando un poderoso crescendo emotivo.
Si La bella molinera sali¨® as¨ª de bien, se augura para esta noche un Schwanengesang y para el pr¨®ximo lunes un Winterreise, verdaderamente antol¨®gicos.
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