Marion Jones, cazada
La qu¨ªntuple medallista ol¨ªmpica, sospechosa desde el 'caso Balco', da positivo por EPO
El atletismo, la velocidad, se est¨¢ quedando sin h¨¦roes. Le queda el jamaicano Asafa Powell. Ya ha perdido a Ben Johnson, Linford Christie, Dennis Mitchell, Justin Gatlin o Kelly White, todos ellos medallistas ol¨ªmpicos o mundiales que mancharon sus carreras, sus medallas y sus marcas recurriendo al dopaje para lograrlas. Desde ayer la lista contiene otro nombre: Marion Jones, estadounidense de 30 a?os -cinco medallas ol¨ªmpicas y seis mundiales en su palmar¨¦s-, la reina de los 100 metros; la mujer orquesta, capaz de competir en los 100, los 200 y el salto de longitud, ha dado positivo, seg¨²n adelant¨® The Washington Post.
La sustancia prohibida: eritropoyetina, EPO, que consigue aumentar el n¨²mero de gl¨®bulos rojos en la sangre, que el cuerpo resista m¨¢s, que los velocistas se recuperen antes y se entrenen m¨¢s. El lugar: los campeonatos estadounidenses disputados en Indian¨¢polis el 23 de junio y ganados por Jones (11,10s), que volv¨ªa as¨ª a la senda del ¨¦xito, despu¨¦s de tres a?os desaparecida, con marcas indecentes, lastrada por el esc¨¢ndalo del laboratorio Balco y las acusaciones de su director, V¨ªctor Conte, que la se?alaba como una m¨¢s entre los atletas estadounidenses que se beneficiaban de su red de dopaje. Desde ayer, y a la espera del contraan¨¢lisis que debe practicarse sobre la muestra B de su orina, Conte tiene raz¨®n. Jones se ha dopado. La han cazado. Es una tramposa que se enfrenta a una sanci¨®n de dos a?os. Y las sospechas se centran ahora en un tema mucho m¨¢s peliagudo: ?corr¨ªa Jones dopada en los Juegos de Sidney 2000? ?Gan¨® tres medallas de oro y dos de bronce gracias a la EPO?
"Siempre ha dicho que no ha tomado nada ni lo tomar¨¢. Lo demostrar¨¢", dice su consejero
En Sidney se maquill¨® por primera vez. Ten¨ªa granos, un s¨ªntoma del uso de esteroides
Conte y C. J. Hunter, ex marido de la velocista, no tienen dudas. Lo declararon ante el juez que investiga el caso Balco: Jones corr¨ªa dopada. Tanto como para maquillarse por primera vez en su vida: le salieron granos en la cara. Un s¨ªntoma del uso de esteroides. En aquella ¨¦poca, Jones era entrenada por Trevor Graham, el mismo t¨¦cnico que acaba de ver c¨®mo Justin Gatlin, oro ol¨ªmpico en los 100 metros en los Juegos de Atenas 2004, daba positivo por testosterona.
Jones, seg¨²n Hunter, recib¨ªa en Sidney paquetes por correo de un tal Vince Reed. En el sobre destacaban las siglas E+G+O. Todav¨ªa no se sabe qu¨¦ significa la O. Hunter ya explic¨® ante el juez que la E representaba la EPO y la G la hormona del crecimiento (growth hormone, en ingl¨¦s). Su testimonio fue refrendado ante el juez por el mismo Reed, ex bajista del grupo The Tower of Power, el lig¨®n del instituto, un hombre hecho a s¨ª mismo, sin t¨ªtulo universitario alguno. Reed, claro, era el seud¨®nimo de Conte para sus env¨ªos ilegales, seg¨²n revelaron Mark Fainaru-Wada y Lance Williams, periodistas del San Francisco Chronicle, los descubridores del caso Balco. Y Conte, qui¨¦n si no, era el que proporcionaba a Jones, siempre seg¨²n su ex marido, la clara, una sustancia anabolizante indetectable, su producto estrella.
"Lo que est¨¢ pasando con Jones es un poco extra?o", analizaba Manuel Pascua, entrenador de Francis Obikwelu, campe¨®n europeo de los 100 y los 200 metros, antes de conocer el positivo de la estadounidense. Pascua estaba sorprendido por las marcas de Jones, que la hab¨ªan devuelto a la lucha por las medallas luego de tres a?os marcada por el caso Balco, las lesiones, su maternidad y su separaci¨®n de Tim Montgomery, ex plusmarquista de los 100, otro dopado. "Su progresi¨®n, as¨ª, de golpe y porrazo, no es nada l¨®gica", apuntaba Pascua. "Bajar 50 cent¨¦simas en un a?o es un prodigio. Su mejora respecto a la temporada pasada, cuando corr¨ªa en 11 segundos y muchas, no es t¨¦cnica. Sigue con todos sus defectos. Es una mejora de fuerza y potencia. Deber¨ªa explicar c¨®mo lo ha conseguido. Debe de haber descubierto un m¨¦todo de entrenamiento revolucionario", ironizaba.
Jones, sin embargo, no estaba para iron¨ªas el viernes. Ten¨ªa que correr en la reuni¨®n de Z¨²rich, de la Liga de Oro. No lo hizo. Hab¨ªa recibido una llamada telef¨®nica. Aleg¨® "razones personales", seg¨²n la organizaci¨®n. Y se march¨®. "Desconozco qu¨¦ est¨¢ pasando. Su representante dice que se trata de una situaci¨®n familiar", adujo en ese momento Steven Riddick, su entrenador.
"Estamos descontentos porque ha pasado bastante tiempo entre el positivo y su anuncio", se quej¨® un portavoz de la federaci¨®n internacional. La agencia antidopaje estadounidense (USADA), seg¨²n The Washington Post, no ha hecho p¨²blico el resultado a la espera del an¨¢lisis de la muestra B, del que se espera que confirme el dopaje. "Es muy desafortunado que la confidencialidad del proceso haya sido rota", protest¨® Rich Nichols, consejero de la velocista; "pero Jones siempre ha dicho que no ha tomado nada ni lo tomar¨¢. Y est¨¢ preparada para demostrarlo".
A Jones se le acaba el tiempo. Si la muestra B de su orina da positivo por EPO, la USADA podr¨¢ imponerle una sanci¨®n de dos a?os. As¨ª, ver¨¢ en riesgo su participaci¨®n en los Juegos de Pek¨ªn 2008. Y el atletismo habr¨¢ perdido a su ¨²ltima reina... tramposa.
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