Una verdad sepultada hace 67 a?os
Ram¨®n y Antonio quieren un entierro digno para sus familiares
Joan Garrido, natural de Olesa de Montserrat y militante de la CNT, ten¨ªa 45 a?os cuando en febrero de 1939 iba a ser fusilado por un pelot¨®n de soldados franquistas en el cementerio viejo del cercano municipio de Abrera, junto a una decena de vecinos suyos. El disparo le atraves¨® la cara pero sobrevivi¨® y, como pudo, escap¨® campo trav¨¦s hasta que lleg¨® a casa para que le curaran. Ya en Olesa, exhausto, encontr¨® a dos hombres que se volcaron en ayudarle. Uno era Enric Cortell, regidor del Ayuntamiento de Abrera por la CNT, de 43 a?os.
Alguien, quiz¨¢ el m¨¦dico, se chiv¨® a los nacionales. Los franquistas se lo llevaron para interrogarlo, para que delatara a los compa?eros a cambio de salvar la vida. Era mentira. Enric y el otro hombre, Isidre Galceran, un miliciano de 44 a?os, corrieron el mismo destino que ¨¦l. Los fusilaron en el cementerio viejo de Olesa. Sus familias nunca fueron informadas. Se abri¨® un silencio que dur¨® 65 a?os, hasta que sus descendientes pidieron la exhumaci¨®n a la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica (ARMH).
El hijo de Enric, Ram¨®n Cortell, y el nieto de Joan, Antonio Garrido, cuentan que los vecinos de Olesa callaron durante a?os "por miedo". El silencio se rompi¨® hace unos tres a?os, cuando un testigo dio pistas sobre la localizaci¨®n de los fusilados. Como Ram¨®n Solsona, el camillero que los acompa?¨® a encontrar la muerte aquella noche. O incluso antes, en 1979, Manuel Prado, un gallego de las tropas franquistas, ped¨ªa perd¨®n en el diario La Humanitat a "los familiares de todos los infelices fusilados por su ideal" en Olesa. Prado contaba c¨®mo ¨¦l mismo enterr¨®, en el cementerio viejo, al que fue ajusticiado por segunda vez junto "con los dos que le hab¨ªan recogido herido". "Fue aquel un caso que marc¨® profundamente mi vida", conclu¨ªa el joven soldado. Con las pistas y otros testimonios, la ARMH que coordina Manuel Perona firm¨® un convenio con el Ayuntamiento de Olesa por el cual, aprovechando la clausura del cementerio viejo, se daba luz verde en 2004 a la excavaci¨®n de la fosa donde adem¨¢s de Enric, Joan e Isidre, que yacen otras 12 personas, v¨ªctimas de la represi¨®n franquista.
Un equipo de arque¨®logos, historiadores y m¨¦dicos forenses de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y de la ONU se encargaron de ejecutar la exhumaci¨®n, que dur¨® dos semanas. Durante aquellos d¨ªas de ansiosa expectaci¨®n, se encontraron muchos cuerpos, pero no los de Enric y Joan. Se acab¨® el tiempo, se agot¨® la subvenci¨®n y la esperanza de Antonio y de Ram¨®n se diluy¨®. Desde entonces, ambos han estrechado el cerco y han llegado a la conclusi¨®n de que sus antepasados podr¨ªan descansar bajo la isla de nichos.
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