Un Mozart de Christie para terminar

El honor de cerrar la vig¨¦sima edici¨®n del Festival de Peralada, una edici¨®n que se ha caracterizado por el alto nivel art¨ªstico alcanzado, correspondi¨® a un invitado de lujo: William Christie, el director neoyorquino afincado en Francia desde 1971 y fundador de Les Arts Florissants uno de los grupos de referencia en el ¨¢mbito de la m¨²sica barroca y del clasicismo interpretada con instrumentos y criterios de ¨¦poca.

Christie, que ya hab¨ªa actuado en Peralada en 2001, present¨® en esta ocasi¨®n el estreno de su personal lectura de la ¨®pera Idomeneo de Mozart, una producci¨®n que en los pr¨®ximos meses ¨¦l y su grupo girar¨¢n por diversos escenarios del mundo.

Idomeneo, la primera ¨®pera importante de Mozart, se present¨® en Peralada en una versi¨®n semiescenificada firmada por Elsa Rooke que funcion¨® muy bien en el escenario pues conservaba lo esencial del car¨¢cter de cada personaje y hac¨ªa llegar claramente al p¨²blico los conflictos dram¨¢ticos de esta ¨®pera que viene a ser una recreaci¨®n, ambientada en la Grecia hom¨¦rica, del mito b¨ªblico de Abraham e Isaac y se construye a partir de un curioso libreto en donde todos los personajes constantemente echan pestes de los caprichosos dioses que les amargan la vida.

El precio que pag¨® Peralada por tener la primicia mundial de este Idomeneo fue que la producci¨®n, aunque ya est¨¢ muy ensayada y es perfectamente presentable, desde el punto de vista musical a¨²n no est¨¢ del todo ajustada para los altos niveles de calidad que suele presentar Christie. Aun as¨ª, lo que se pudo escuchar ya exhibe la mayor parte de las caracter¨ªsticas de los "productos Christie": una buena orquesta, un coro dulce, d¨²ctil, preciso, intachable y un equipo de solistas homog¨¦neo, sin estrellas desequilibrantes y comprometido sin reservas con la visi¨®n de la obra del director.

Las voces solistas, muy trabajadas de estilo, resultar¨¢n adecuadas en la probable grabaci¨®n discogr¨¢fica que se efect¨²e y quiz¨¢ tambi¨¦n ser¨¢n suficientes en salas de poco aforo, pero para un escenario al aire libre como el de Peralada o en grandes teatros y aceptando, desde luego, que Mozart no se canta como Puccini o Wagner, resultan en general demasiado peque?as.

Hecha esta salvedad, las voces funcionaron bien; Paul Agnew, un tenor que ya actu¨® con Christie en Peralada en 2001, incorpor¨® un Idomeneo muy completo en el gesto, en la intenci¨®n del recitativo y desempe?o correcto en los pasajes de agilidad. Tuva Semmingsen ya tiene muy trabajado tambi¨¦n, tanto a nivel dram¨¢tico como vocal, el papel protagonista de Idamante y Claire Debono hace un Illia muy angelical pero con una excesiva tendencia a cortar y separar las frases en vez de ligarlas en un hilo musical continuo. Violet Noorduyn salv¨® con correcci¨®n pero sin brillantez las tremebundas arias de la hist¨¦rica Elettra.

Poco cabe decir de Carlo Vincenzo Allemano en el doble papel de Arbace y Gran Sacerdote de Neptuno ya que su voz, prometedora, no pudo lucir pues las dos arias de Arbace, junto al aria final de Idomeneo y el ballet, fueron v¨ªctimas de las tijeras.