La copa de la vida

- 1998. La Cosa declara tregua indefinida. Acuerdo del Viernes Santo en Irlanda. Muere Pol Pot. Encuentran agua en la Luna. El Gremio de Constructores de Valencia y Murcia env¨ªan una delegaci¨®n a la NASA, a ver si es viable un Plan Hidrol¨®gico Gal¨¢ctico. La NASA dice que no. Manifestaci¨®n de 20.000.000 bajo el lema "NASA insolidaria". Pinochet se va a Londres a hacerse la ITV y Garz¨®n pide su extradici¨®n. Es divertido ver c¨®mo la justicia local, que jam¨¢s se ha interesado por el pinochetismo local, deslocaliza su inter¨¦s. En la Transi chilena se produce ahora una catarsis que aqu¨ª jam¨¢s se ha producido. Nace, verbigracia, la revista de humor The Clinic -en honor a la cl¨ªnica en la que Pinochet ejerce de abuelito de Heidi-, que opta por el gamberrismo frente al concepto responsabilidad-ejemplar-del-pueblo-chileno. Vende como polos. Mundiales de Francia. La selecci¨®n es fiel a su patr¨®n de juego. Patr¨®n-de-etc.: a) parte como favorita, es b) eliminada por el combinado Biafra-Bangladesh, para c) aparecer en la ronda clasificatoria como favorita. La canci¨®n del verano fue, seg¨²n la cr¨ªtica especializada, La copa de la vida, de Ricky Martin. Himno oficial de los Mundiales.

- MARTIN INVITA A VIVIR. Al principio de los tiempos, la Divina Providencia acept¨® que, alg¨²n d¨ªa, pudieran exiliarse en Puerto Rico Juan Ram¨®n Jim¨¦nez y Pau Casals. A cambio, exigi¨® crear en la isla a Ricky Martin en cualquier momento. El primer Ricky Martin fue enviado en el a?o 1245 de nuestra era. Naci¨® en la tribu de los indios Hipotecas. Los arque¨®logos datan en este momento el inicio del canibalismo de la tribu. Poco m¨¢s se sabe de ¨¦l. El segundo Ricky Martin naci¨® hace cuatro d¨ªas. Tira para rubio, y su madre duda entre meterlo en el mundo del espect¨¢culo o en el Republican Party. Al final, lo coloca en los Menudo, un grupo de ni?os cantores del Caribe, que iba sustituyendo a sus miembros conforme les sal¨ªa el primer grano o tardaban en salir de la ducha. Ricky Martin vino a sustituir a Ricky Men¨¦ndez. Dicen que eran clavados. Hasta el punto de que la madre de Men¨¦ndez no se enter¨® del cambiazo hasta que fue a cobrar, diez a?os despu¨¦s. Cuando se jubila, Martin empieza a trabajar en telenovelas. Borda el siempre dif¨ªcil papel de rubiales. Triunfa en M¨¦xico, donde desde el siglo XVI siempre han fascinado los rubios y los caballos. Graba disco. Sus canciones en castellano son un ¨¦xito en todos los guetos de la Yuma. Sus canciones en ingl¨¦s, en los del resto.

- LA JUVENTUD COMO G?NERO. Las aportaciones de Martin son incalculables. Las principales fueron: a) canciones en las que todo es estribillo y en las que no pasa nada. Y, b), mezclar todo eso con el legado Bruce Lee, a trav¨¦s de saltos, golpes de pelvis y giros chachis cuando el solo de bongos. El modelo se export¨® r¨¢pidamente. Actualmente es end¨¦mico en Puerto Rico y la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Es lo que se espera de un cantante joven. Si no va de ese palo no es joven, por lo que en cuesti¨®n de segundos deja de ser cantante.

- NO S? USTED. Tengo 33 tacos. Byron: "Treinta y tres: antes demasiado joven, despu¨¦s, demasiado viejo". La tregua de la Cosa / el bestialismo hace que, cuando entras en un restaurante, escuches a todo el mundo hablando de la Cosa. Y de m¨¢s cosas que, antes, se com¨ªa la Cosa. Si pones la oreja, escuchas opiniones ciudadanas sobre cosas de las que nunca se hablaba. Las hab¨ªa devorado la Cosa. Hasta entonces, y desde mi infancia, a la Cosa se la hab¨ªa denominado de distintas formas. Finalmente, el Estado y los medios la acabaron llamando igual. En Reino Unido, el Estado y los medios denominaban de forma diferente a su Cosa. Lo que explica que Reino Unido es otra cultura democr¨¢tica, que no intensifica la cohesi¨®n por encima de todo. Quiero escribir sobre la Cosa y aprovechar el nuevo lenguaje. Lenguaje standard europeo. Cuesta. Soy joven, se supone que debo transmitir el humor, el vitalismo, las piruetas, la nada de Ricky Martin. O, en su defecto, utilizar el lenguaje ceremonial de cohesi¨®n al uso. Es el papel que, snif, la cohesi¨®n, nuestra cultura, reserva a los j¨®venes.