Gatlin, en el confesionario
El atleta apela contra su sanci¨®n, que ver¨¢ reducida a cuatro a?os si da pruebas contra su t¨¦cnico
Nunca hubo una fecha tan dram¨¢tica para el atletismo como el 5 de junio de 2003. No muri¨® nadie. Tampoco hubo un positivo escandaloso. Ese d¨ªa, sin embargo, se escribi¨® una carta y se mand¨® otra que cambiaron el mundo de la velocidad para siempre. La ¨²ltima consecuencia de esos dos escritos se vivi¨® el martes: el estadounidense Justin Gatlin, disc¨ªpulo del jamaicano Trevor Graham y oro ol¨ªmpico en los 100 metros en Atenas 2004, recibi¨® una sanci¨®n de ocho a?os sin competir, reducible a cuatro si coopera con la Federaci¨®n Internacional de Atletismo para hallar m¨¢s culpables, tras dar positivo por testosterona. Gatlin anunci¨® ayer que apelar¨¢ contra la sanci¨®n y argumentar¨¢ "circunstancias especiales". Y Trevor Graham, su entrenador, debi¨® de acordarse de ese 5 de junio, el d¨ªa que comenz¨® el apocalipsis en la velocidad estadounidense.
"Graham da testosterona a sus atletas", denunci¨® en una carta Conte, del laboratorio Balco
?Qu¨¦ pas¨® el 5 de junio? Pues que Victor Conte, hoy un apestado y entonces presidente de los laboratorios Balco, el mago de la nutrici¨®n que dopaba a la flor y nata de los velocistas estadounidenses, escribi¨® una carta. Y la carta, que nunca lleg¨® a sus destinatarios, la Federaci¨®n de Atletismo Internacional (IAAF) y la Agencia Estadounidense Antidopaje (USADA), era una bomba: "Trevor Graham, ex entrenador de Marion Jones, est¨¢ dando a sus atletas tomas orales de testosterona que trae de M¨¦xico. Las tomas orales de testosterona desaparecen del cuerpo a trav¨¦s de la orina y son indetectables menos de una semana despu¨¦s de su uso. Trevor hace que sus atletas compitan cada dos semanas. Y los esconde: si se hiciera un test sobre muestras de orina de sus atletas recogidas dos d¨ªas despu¨¦s de cualquier competici¨®n, dar¨ªan positivo por el cociente testosterona-epistestosterona. Ahora mismo est¨¢n tomando testosterona en las Bahamas". La carta fue encontrada por Mark Fanaru-Wada y Lance Williams, los reporteros del San Francisco Chronicle que destaparon el caso Balco, en la basura del laboratorio.
El resto de lo que ocurri¨® aquel d¨ªa es conocido: Graham habl¨® el 5 de junio con un agente de la USADA. El entrenador acus¨® a Conte de dopar a sus atletas con un anabolizante indetectable. Y, nada mas colgar el tel¨¦fono, mand¨® a la USADA un paquete urgente que conten¨ªa una jeringuilla con el producto.
Desde entonces, Dwain Chambers, Regina Jacobs, Kelli White, Tim Montgomery, Alvin Harrison, Calvin Harrison, Kevin Coth, Melissa Price y John McEwen han dado positivo o han confesado el uso de la THG, la sustancia que supon¨ªan invisible y que hab¨ªa sido desenmascarada. Marion Jones, la reina de la velocidad, que nunca hab¨ªa dado positivo, acaba de saber que una muestra de su orina contiene restos de EPO y que ser¨¢ suspendida por dos a?os si el contraan¨¢lisis de la toma B arroja el mismo resultado. Y Gatlin, el chico de Graham, la pantera de la Universidad de Tennessee, busca un resquicio por el que rebajar su sanci¨®n de ocho a?os. Hay cosas, sin embargo, que nunca volver¨¢n a ser suyas: el r¨¦cord del mundo (9,77s) de los 100 metros, por ejemplo, que compart¨ªa con el jamaicano Asafa Powell.
"Desde el mismo d¨ªa en el que Gatlin dio positivo me considero el ¨²nico poseedor del r¨¦cord del mundo", dijo ayer Powell. "La gente ahora habla de m¨ª y de muchos otros atletas, pero no va a afectarme porque yo s¨¦ que estoy limpio. La ¨²nica droga que consumo de manera reiterada es Dios: ¨¦l es el ¨²nico que me pone", continu¨®. "Es una buena cosa que Gatlin haya decidido cooperar con la USADA", cerr¨®.
Gatlin sabe a qui¨¦n persigue la USADA: Graham est¨¢ en su punto de mira porque desde hace diez a?os sus atletas, con pocas excepciones, baten marcas, consiguen r¨¦cords y... dan positivo. Ya ha ocurrido en siete ocasiones. Puede que Gatlin haya dicho algo ya: se arriesgaba a una sanci¨®n de por vida, porque es su segunda infracci¨®n, y le han condenado a s¨®lo ocho a?os.
"Graham sabe que no ha existido nada malo en su relaci¨®n con Gatlin y s¨®lo quiere que la verdad salga a la luz", advirti¨® Joe Zeszotarski, el abogado del entrenador. "Queremos saber c¨®mo se proporcionan las drogas y ver si podemos apuntar a otras personas para posibles condenas. ?sa es la clave. Queremos que Gatlin nos diga la verdad sobre lo que ocurri¨®. No es suficiente que nos diga que no sabe qu¨¦ pas¨®", insisti¨® Nick Davies, portavoz de la IAAF. Graham tiembla. La USADA anda tras su pista. Y puede que esta vez no le valga con enviar una carta para salvarse.
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