Entre la ingenuidad y la tristeza
Pereiro y Valverde, m¨¢ximos favoritos de una Vuelta que se disputa ante un tel¨®n de fondo de caos e indefinici¨®n
As¨ª est¨¢ el ciclismo: el ganador de la Vuelta 2005, el ruso Denis Menchov, recibi¨® ayer a los acordes del himno de Rusia, exactamente un a?o menos tres semanas despu¨¦s de fotografiarse en la Castellana en el segundo escal¨®n del podio, el maillot amarillo que certifica una victoria adquirida tras la descalificaci¨®n por dopaje de Roberto Heras. El mayor rival, aparentemente, de Menchov, que partir¨¢, "parcialmente desmotivado y parcialmente cansado", con el dorsal n¨²mero uno, ser¨¢ ?scar Pereiro, el gallego que a¨²n est¨¢ a la espera tanto de que le consagren ganador del Tour pasado por descalificaci¨®n por dopaje del primero, Floyd Landis, como de que de alguna manera le compensen por el robo que sufri¨® en los Campos El¨ªseos, cuando le hurtaron el derecho a subir al punto m¨¢s alto del podio y a dar la vuelta triunfal. Y entre medias de ambas simb¨®licas puestas en escena, el oprobio y la verg¨¹enza de la Operaci¨®n Puerto, el fru-fru de los faxes intercambiados entre despachos ciclistas de todos los puntos de Europa, las listas negras de ciclistas apestados, las revisiones de todas las clasificaciones de las grandes carreras de los ¨²ltimos a?os, la ca¨ªda en desgracia del ganador del Giro, Ivan Basso, y de Jan Ullrich, el limbo en el que han ca¨ªdo corredores que no saben si est¨¢n sancionados o si ser¨¢n sancionados, pero s¨ª que no pueden correr.
"Ganar¨¢ Valverde. Es el m¨¢s fuerte. Hubiera ganado el Tour si no se cae", dice Pereiro
Por primera vez desde 1995, un ganador del Tour corre la Vuelta tras triunfar en Par¨ªs
Y, en medio del caos, de la indefinici¨®n, la Vuelta, que hoy comienza. Y dos visiones, la ingenua, la triste.
Los ingenuos, que a¨²n existen, a¨²n creen en la salvaci¨®n. Creen, quieren creer, que la Vuelta, un recorrido en yoy¨® desde Andaluc¨ªa hasta Asturias y vuelta, ser¨¢ el espect¨¢culo apasionante, la batalla ¨¦pica que en las monta?as enfrentar¨¢ al ganador virtual del Tour tras tres carambolas, Pereiro, y a su compa?ero Alejandro Valverde, el l¨ªder del ProTour, las dos cabezas del bic¨¦falo Caisse d'?pargne, el dream team, con Menchov y con Carlos Sastre, el denodado abulense virtual tercero del Tour -otra foto de podio hurtada-, pero tambi¨¦n con Alexander Vinok¨²rov y Sergu¨¦i Kashechkin, los dos kazajos terribles del Astan¨¢ privados del Tour.
Por primera vez desde 1995, desde que la Vuelta se traslad¨® a septiembre, un ganador del Tour corre la carrera el mismo a?o de su triunfo en Par¨ªs, se grita por las esquinas. Por primera vez desde los tiempos de Indurain, hay aficionados que corean el nombre de un corredor por las calles, ?Pereiro! ?Pereiro!, camino de convertirse en estrella popular. "No podemos evitar ser m¨¢s favoritos que nadie", dice Eusebio Unzue, su director. "Ganar¨¢ Valverde, porque es el m¨¢s fuerte", defiende Pereiro, gentil. "Ya habr¨ªa ganado el Tour si no se hubiera ca¨ªdo. Ya entonces era el m¨¢s fuerte. Es un gran compa?ero". "Qu¨¦ compa?ero", tercia el murciano. "M¨¢s que compa?eros somos amigos".
La tristeza se intuye a¨²n en el tono de tantas conversaciones en voz baja, por tel¨¦fono, en los despachos, en los gritos airados de las reuniones en las que los estamentos dirigentes discuten, se acusan, retrasan el paso a la acci¨®n. El Phonak, el equipo de Landis, el conjunto suizo con tantos casos de dopaje a sus espaldas, podr¨¢ correr la Vuelta, tambi¨¦n el Astan¨¢, pese a que la asociaci¨®n internacional de equipos, el contrapoder que puso curiosamente en ¨®rbita Manolo Saiz, el director detenido por la Guardia Civil en posesi¨®n de sustancias dopantes, solicit¨® recientemente que fuera expulsado del ProTour, la estructura que a medias con la UCI puso precisamente en ¨®rbita Manolo Saiz, que a¨²n posee el 50% de las acciones de la empresa que lo gestiona. Todo ello genera mal ambiente y silencio, miradas torcidas y frases duras entre dientes. Tristeza. El recuerdo de la p¨¦rdida de la pureza. La memoria de que algo sucio sigue sin limpiarse a¨²n.
Para todos ellos, as¨ª, la Vuelta. La Vuelta que encontr¨® su alma en su rendici¨®n ante el espect¨¢culo, en la exageraci¨®n y en la monta?a. En la Vuelta que en sus primeros nueve d¨ªas -esas jornadas de tedio y sue?o sudoroso de julio que ofrece el Tour de Francia, de sprints y ca¨ªdas- ha programado nada menos que tres llegadas en alto -La Covatilla, en B¨¦jar, el Morredero, en Ponferrada, y la Cobertoria, en Asturias, cinco puertos de primera y uno de categor¨ªa especial- antes de la primera contrarreloj larga; y que, de regreso a Andaluc¨ªa, ha dise?ado otros tres finales en alto -Monachil, en Granada, La Pandera, en Ja¨¦n, y Calar Alto, en Almer¨ªa- para la ¨²ltima semana.
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