Paz, ahora
A pesar del fr¨¢gil alto el fuego en L¨ªbano, el riesgo de que la guerra se extienda por Oriente Pr¨®ximo persiste. Demasiados l¨ªderes pol¨ªticos, incluidos George W. Bush, Tony Blair y los l¨ªderes de grupos radicales de Oriente Pr¨®ximo, prefieren las soluciones militares a los acuerdos pac¨ªficos. Cuando Bush presenta el conflicto en Oriente Pr¨®ximo como una lucha del bien contra el mal, o del terror contra la libertad, est¨¢ abandonando la pol¨ªtica. Cuando Israel pretende en vano derrotar a Hezbol¨¢, est¨¢ tratando de evitar concesiones pol¨ªticas dolorosas pero necesarias acerca de los territorios objeto de disputa.
Los problemas en Oriente Pr¨®ximo tienen mucho m¨¢s que ver con la pol¨ªtica que con la oposici¨®n entre terrorismo y libertad. Las voces moderadas, especialmente en el propio Oriente Pr¨®ximo, deben pronunciarse de inmediato a favor de un verdadero acuerdo, antes de que el mundo se vea inmerso en un caldero de violencia generalizada. Parte del problema es que Israel sigue ocupando Cisjordania y un trozo del sur de L¨ªbano. Hasta que Israel no acepte volver a las fronteras de 1967 con peque?as modificaciones y poner fin a su control sobre millones de ¨¢rabes de Cisjordania, el malestar continuar¨¢.
Otra parte del problema es la descarada manipulaci¨®n de la regi¨®n del golfo P¨¦rsico por Reino Unido y Estados Unidos para garantizar la seguridad de su petr¨®leo. No cabe duda de que la actual guerra de Irak se debe b¨¢sicamente al petr¨®leo. El imperio brit¨¢nico y luego Estados Unidos llevan casi 100 a?os manipulando a los Gobiernos de Oriente Pr¨®ximo, promoviendo golpes de Estado, comprando reg¨ªmenes marioneta y respaldando guerras, con el fin principal de controlar los flujos petrol¨ªferos de la regi¨®n. La guerra de Irak es la m¨¢s reciente de esa larga ristra de acciones.
Pero la clave para asegurar el suministro de petr¨®leo es la paz, no la ocupaci¨®n militar y los reg¨ªmenes marioneta. Estados Unidos apoy¨® al sha de Ir¨¢n y lo que consigui¨® fue la revoluci¨®n iran¨ª. Estados Unidos apoy¨®, y despu¨¦s derroc¨®, a Sadam Husein, y lo que hizo fue provocar el caos y favorecer involuntariamente a Ir¨¢n. Estados Unidos despleg¨® tropas en Arabia Saud¨ª, y as¨ª contribuy¨® a crear el programa pol¨ªtico de Al Qaeda. Estados Unidos forz¨® las elecciones palestinas, pero despu¨¦s se constituy¨® en palad¨ªn del estrangulamiento econ¨®mico del reci¨¦n elegido Gobierno de Ham¨¢s. Estas manipulaciones est¨¢n abocadas al fracaso, son un boomerang tras otro.
El prolongado conflicto entre Israel y Palestina y las provocaciones estadounidenses por el petr¨®leo, junto con el evidente fracaso de muchos Gobiernos de Oriente Pr¨®ximo, son factores que han propiciado la aparici¨®n del fundamentalismo entre los musulmanes, los cristianos estadounidenses y algunos jud¨ªos israel¨ªes. Dicho fundamentalismo ha evolucionado hasta desembocar en un extremismo desbocado, el terrorismo y las visiones mesi¨¢nicas del bien contra el mal mantenidas por grupos de todos los bandos. Es cierto que los fundamentalistas son una minor¨ªa en todas las sociedades, pero est¨¢n apretando con ¨¦xito las teclas del temor y el odio, provocando violencia y guerra y debilitando en todas partes a las fuerzas moderadas.
En Washington, muchos belicistas, incluidos aparentemente algunos de la Casa Blanca, pretenden ahora extender la guerra a Ir¨¢n y Siria. De hecho, la satanizaci¨®n diaria de Ir¨¢n, Siria y Hezbol¨¢ es la misma que la de Sadam antes de la guerra de Irak. Los partidarios de la guerra parecen estar aleccionando a la opini¨®n p¨²blica estadounidense para que apoye la extensi¨®n del conflicto. Puede que consideren tambi¨¦n que el aumento de la sensaci¨®n de peligro inclinar¨¢ los votos hacia los republicanos en las elecciones estadounidenses de noviembre.
Tenemos que rechazar esa "l¨®gica de enfrentamiento" en la que Israel es puro y los ¨¢rabes son el mal (o viceversa). Todos los pa¨ªses de la regi¨®n deben aceptar las concesiones y el respeto mutuos como base para un acuerdo duradero. Israel no podr¨¢ evitar mediante el ejercicio de su poder militar la retirada a las fronteras de 1967; Estados Unidos no podr¨¢ garantizar la seguridad petrol¨ªfera mediante la permanente ocupaci¨®n militar de Oriente Pr¨®ximo; los terroristas no conseguir¨¢n destruir a Israel ni imponer por la fuerza sus ideas.
En mi trabajo por todo el mundo como economista y promotor del desarrollo, he descubierto que la inmensa mayor¨ªa de los individuos y de los l¨ªderes de todas las religiones, razas y creencias est¨¢n dispuestos a trabajar juntos para alcanzar los objetivos compartidos de prosperidad y bienestar para sus hijos.
Es absurdo lo que afirman muchos israel¨ªes de que "no hay socios para la paz". Los vecinos de Israel aceptar¨¢n una paz basada en fronteras justas y en el respeto mutuo del juego limpio. De igual modo, la pretensi¨®n de que estamos abocados a un inevitable choque de civilizaciones es una completa locura. Lo que nos une es enormemente mayor que lo que nos divide.
Pero nuestros medios de comunicaci¨®n independientes no s¨®lo deben buscar las ruidosas voces de los belicistas, sino tambi¨¦n las de los mayoritarios l¨ªderes moderados de la sociedad civil a los que no escuchamos habitualmente. La prensa no s¨®lo debe publicar art¨ªculos de opini¨®n de estadounidenses que "interpretan" a Oriente Pr¨®ximo, sino tambi¨¦n de gente que represente la forma de pensar del propio Oriente Pr¨®ximo. Los cient¨ªficos de Europa, Estados Unidos, Asia y Oriente Pr¨®ximo deben ampliar sus contactos y trabajar juntos. Lo mismo se puede decir de los artistas, los m¨²sicos, los equipos deportivos y los l¨ªderes comunitarios.
El futuro de nuestros hijos y de nuestro planeta, amenazado actualmente por un tosco tribalismo, es un reto demasiado importante para dejarlo en manos de George W. Bush, Tony Blair, Mahmud Ahmadineyad y Ehud Olmert. La paz la ganar¨¢n las voces moderadas de todo el mundo que exigen que se ponga coto a la violencia irracional y a las fantas¨ªas tr¨¢gicas de quienes creen en la "victoria definitiva" sobre el enemigo.
Jeffrey D. Sachs es catedr¨¢tico de Econom¨ªa y director del Instituto de la Tierra en la Universidad de Columbia. Traducci¨®n de News Clips. ? Project Syndicate, 2006.
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