Bons¨¢is catalanes para Jap¨®n
Yo siempre quise ser empresario. Hay que tener una idea y creer en ella. Toda mi vida me he empleado a fondo en intentar lograrlo". Manuel Ib¨¢?ez, nacido hace 50 a?os en una familia de agricultores y perfecto autodidacta, ha bordado su sue?o gracias a un bons¨¢i.
Todo empez¨® cuando a Manuel y a un pu?ado de amigos se les meti¨® entre ceja y ceja fabricar un ¨¢rbol de baja estatura, que llegara m¨¢s o menos hasta el ombligo de un adulto, para que un ni?o pudiera alcanzar, pongamos por caso, una naranja. Pero despu¨¦s de darle vueltas a la idea, Manuel, conocido por amigos y empleados como Manolo, encogi¨® el proyecto al tama?o de un bons¨¢i. Vio en ¨¦l "valor a?adido" y enseguida le llamaron "loco", recuerda. Se pele¨® con los bancos para conseguir cr¨¦ditos y en el camino perdi¨® a tres de sus cuatro socios. Se hartaron de luchar por un plan que no cre¨ªan viable. "Topamos con dos dificultades: que detr¨¢s de un mostrador nos prestaran dinero y despejar nuestras propias dudas sobre si el proyecto era una realidad o una mera fantas¨ªa", dice. De los inicios hace ya 20 a?os.
"A veces me toca hacer de psic¨®logo para motivar, pero tambi¨¦n para marcar el paso a la gente"
"Topamos con dos dificultades: que detr¨¢s de un mostrador nos prestaran dinero y despejar nuestras propias dudas sobre el proyecto"
Hoy, 8 de cada 10 bons¨¢is de los que un potencial cliente puede encontrar en florister¨ªas, centros de jardiner¨ªa y grandes almacenes en Espa?a son producidos o importados por Mistral Bonsai, que se presenta como "embajadora de una cultura y un arte". Esta peque?a empresa catalana, que el a?o pasado factur¨® seis millones de euros, produce y vende al a?o 475.000 ejemplares de cerca de 190 especies. Un 28% de las ventas se exporta. Francia, donde tiene ya red propia de vendedores, es su primer objetivo. Y, parad¨®jica carambola empresarial, la compa?¨ªa coloca ya bons¨¢is en Jap¨®n, mercado por excelencia de esta mercanc¨ªa viva, junto con China. El truco: un acuerdo con un proveedor por el que Mistral compra bons¨¢is en Jap¨®n y, a cambio, le vende bons¨¢is mediterr¨¢neos, que no existen en ese mercado. La aceptaci¨®n de miniolivos es grande entre los coleccionistas y aficionados japoneses.
En el invernadero gigante que flanquea la carretera N-340, camino de Camarles (Tarragona), rodeado de su bosque particular, Manolo define con parsimonia a sus m¨¢s de 300.000 miniaturas vivas como "reproducciones de un ¨¢rbol grande en peque?o, en armon¨ªa en una maceta". En el recinto s¨®lo se oye c¨®mo el agua de la manguera ducha a los min¨²sculos pinos, a los coquetos manzanos, a las higueras diminutas, a las hayas de bolsillo... Manolo se detiene ante los olivos chicos. Son sus preferidos -"me fascinan, cada bons¨¢i es un espect¨¢culo"-, y tambi¨¦n son los que le han permitido colarse en Jap¨®n.
Mistral Bonsai no tiene rival en Europa y Manolo se encoge de hombros cuando se le pregunta por la competencia de China, importante rival en pa¨ªses como Holanda. Su precio puede ser cuatro veces inferior al de un bons¨¢i de coleccionista en Jap¨®n. "Nosotros tenemos producci¨®n propia (un 40% de las ventas) y vendemos al cliente calidad y diversidad", a?ade. En cuanto a los bons¨¢is que se importan, las variedades y ejemplares m¨¢s aptos para la comercializaci¨®n en Europa, los escoge un equipo de t¨¦cnicos de Mistral en el pa¨ªs de origen.
A los puristas del bons¨¢i les cost¨® abrir los brazos a Mistral Bonsai. Pero la empresa catalana reivindica el trabajo artesanal que esconde la producci¨®n de mini¨¢rboles. Sus trabajadores (160, adem¨¢s de una veintena de vendedores) est¨¢n especializados: uno s¨®lo se ocupa de las ramas del bons¨¢i; otro, del tronco. O del semillero. Todos conocen al dedillo los nombres de maestros de este arte, como Masahiko Kimura o Kunio Kobayashi, que han sido invitados a los congresos bianuales de la compa?¨ªa. Los empleados son invitados a desfilar y demostrar sus habilidades. Sacar el ¨¢rbol del tiesto, limpiar la ra¨ªz con un cepillo especial, cortar algunas ra¨ªces finas, replantar el bons¨¢i, podarlo...; eso, dice una de las empleadas, permite descubrir capacidades ocultas.
Hacer de psic¨®logo
"En cuanto la empresa empez¨® a hacerse grande, me di cuenta de que lo importante es el equipo [del que forman parte sus dos hijas]. Para motivar, pero tambi¨¦n para marcar el paso a la gente, a veces me toca hacer de psic¨®logo", explica el fundador y gerente de la empresa, que hace tres a?os recibi¨® el premio al Mejor Emprendedor de la Confederaci¨®n de Empresarios de Tarragona.
Uno de los resortes que Manolo intenta activar en su equipo es el de salir a la calle y exponerse. Un ejemplo. Se va a una florister¨ªa. Se le explica al florista c¨®mo cuidar el bons¨¢i y qu¨¦ recomendaciones dar a los clientes. Se le calculan incluso las ventas en la tienda, con el compromiso de que, si no se vende todo el g¨¦nero, va Mistral y retira el excedente. O se le propone que monte una peque?a exposici¨®n en el establecimiento. El g¨¦nero tiene que estar bien visible; si no, pocos pensar¨ªan en comprar un bons¨¢i. A Manolo siempre le ha gustado controlar toda la cadena: "Desde la decisi¨®n de lo que se produce hasta el cliente final".
Hace seis a?os, a Manolo, que controla un 74% del capital (el resto est¨¢ en manos de su socio Ra¨²l Rosell), se le qued¨® peque?o el local en Roquetes. Entonces traslad¨® y ampli¨® las instalaciones en Camarles, que, adem¨¢s del invernadero, se completan con un espacio expositivo de 2.000 metros cuadrados y la venta de muebles y objetos orientales; un taller de formaci¨®n; otro taller para ni?os, y una guarder¨ªa para bons¨¢is, donde reciben cuidados los ¨¢rboles de quienes deben ausentarse por unos d¨ªas. Otro de los servicios que se presta a los clientes es el de la reparaci¨®n, una especie de unidad de cuidados intensivos para bons¨¢is. En esta UCI particular estuvo hace tiempo un ejemplar del ex presidente del Gobierno Felipe Gonz¨¢lez, cuya afici¨®n al cuidado de los mini¨¢rboles es bien conocida.
La explosi¨®n de la cultura oriental en Occidente contribuye a popularizar el bons¨¢i, que est¨¢ al alcance de bolsillos diversos: un bons¨¢i pino octogenario puede costar 20.000 euros. Pero uno puede tambi¨¦n quedarse con un peque?o bons¨¢i Carmona de cinco a?os. Y por 17,4 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.