Jordi Hereu sustituir¨¢ a Joan Clos en la alcald¨ªa
Jordi Hereu (Barcelona, 1965) ser¨¢ el pr¨®ximo alcalde de Barcelona, en sustituci¨®n de Joan Clos, designado nuevo ministro de Industria. Hereu ocupaba ahora diversos cargos en el consistorio: concejal del distrito de Sant Andreu, responsable del ¨¢rea de Movilidad y, sobre todo, portavoz municipal desde el pasado abril, cargo en el que sustituy¨® a Ferran Mascarell, nombrado consejero de Cultura por Pasqual Maragall.
Hereu "es el m¨¢ximo representante del partido en el consistorio y se le vaticina un gran futuro". Con esta expresi¨®n sucinta se defin¨ªa al futuro alcalde de Barcelona en la nota que daba cuenta del primer cartapacio municipal en la presente legislatura, que expirar¨¢ el pr¨®ximo mayo. Hasta entonces, Hereu hab¨ªa sido concejal de Les Corts, un distrito en el que los socialistas han perdido casi por norma.
Clos dimitir¨¢ en el mismo pleno que elija a Hereu, que ser¨¢ antes del 8 de septiembre
El alcalde cosech¨® el mejor resultado electoral antes de iniciar una ca¨ªda de popularidad
ICV y Esquerra destacan la estabilidad del mandato y la oposici¨®n descalifica la gesti¨®n
El futuro alcalde es portavoz municipal y representante del aparato del PSC en el consistorio
Tras las ¨²ltimas municipales, en mayo de 2003, Hereu pas¨® a una zona menos complicada: el distrito de Sant Andreu, repartido entre obreros de vieja raigambre catalana e inmigrantes de la posguerra hasta la d¨¦cada de 1960. Asumi¨® tambi¨¦n Movilidad y Seguridad y, finalmente, se convirti¨® en el portavoz del Ejecutivo municipal al marchar Ferran Mascarell al Gobierno catal¨¢n en la pen¨²ltima de las crisis de los Ejecutivos de Pasqual Maragall.
Sin rival
Hereu (palabra catalana que significa heredero) es un hombre del aparato del PSC. Su nombramiento como portavoz ya prefiguraba que entraba en la lista de alcaldables. En realidad, llevaba meses en ella. La novedad fue que en ese momento (abril pasado) se promocionara tambi¨¦n a Carles Mart¨ª, concejal del distrito de Ciutat Vella, entreg¨¢ndole la concejal¨ªa de Cultura. Con ello se prefiguraba la posibilidad de que Hereu tuviera un rival, dado que Mart¨ª contaba tambi¨¦n con apoyos dentro del partido. A la postre, no ha habido siquiera pugna, como tambi¨¦n ha ca¨ªdo en saco rato la propuesta de que fuera Xavier Casas, primer teniente de alcalde y mano derecha de Clos, quien asumiera la alcald¨ªa hasta mayo.
Se trata de aprovechar los meses que quedan hasta las elecciones para que Hereu frag¨¹e en el imaginario popular barcelon¨¦s. Porque hoy por hoy es un inmenso desconocido. "Eso no importa", reflexionaba ayer un dirigente del PSC, "si hemos podido hacer que a Montilla lo conozca toda Catalu?a en dos meses, tambi¨¦n se puede lograr que Barcelona sepa qui¨¦n es Hereu con m¨¢s de medio a?o por delante".
El ascenso de Hereu a la alcald¨ªa significa la desaparici¨®n de personajes singulares en la pol¨ªtica catalana. La m¨¢xima representaci¨®n de este tipo de pol¨ªtico ha sido Pasqual Maragall, a quienes algunos socialistas llamaban en privado "el pr¨ªncipe". Su caracter¨ªstica era la independencia personal respecto al partido, a veces con decisiones que hac¨ªan chirriar el aparato del PSC.
Joan Clos, sin haber mantenido nunca la misma distancia respecto al aparato del PSC, era heredero de la independencia maragallista. Clos creci¨® en el Ayuntamiento con Maragall, fue su mano derecha y acab¨® sucedi¨¦ndole a propuesta del propio Maragall.
Que Clos no ten¨ªa las manos tan libres qued¨® en evidencia en la ¨²ltima crisis municipal, cuando aprovech¨® el nombramiento como consejero de Cultura de Ferran Mascarell -quien tambi¨¦n sonaba como candidato a sustituir a Clos- para forzar la marcha de dos concejales que no eran del partido y que figuraban en las listas como "cuota del alcalde", para decirlo en palabras de un dirigente del PSC. Marina Subirats y N¨²ria Carrera dejaron el Ayuntamiento para dar paso a dos militantes socialistas: Sara Jaurrieta y Montserrat S¨¢nchez. Fue un gui?o de Clos al aparato en un momento en el que se sent¨ªa cuestionado. Las encuestas llevaban tiempo se?alando descensos en la popularidad del alcalde y lo que para el partido era m¨¢s grave, su ca¨ªda hab¨ªa empezado a arrastrar a los socialistas a la baja.
La marcha de Clos, que casi coincide en el tiempo con la marcha de Maragall, deja Catalu?a sin barones. Todo el poder pasa al partido, como ocurre en otro partidos socialistas europeos, especialmente en la socialdemocracia alemana, para aspirar a un cargo en el PSC empieza a ser apreciado el haberse batido el cobre en las agrupaciones.
Jordi Hereu es licenciado en Administraci¨®n y Direcci¨®n de Empresas por ESADE, la potente facultad privada impulsada por los jesuitas, hoy integrada en la Universidad Ramon Llull. Est¨¢ casado y tiene dos hijos.
Es un hombre de talante afable, habitualmente serio y sin aristas, lo que hace que mantenga buenas relaciones con sus compa?eros de consistorio, incluidos los aliados (Iniciativa per Catalunya Verds y Esquerra Republicana) y tambi¨¦n con la oposici¨®n municipal.
Como concejal de Movilidad ha puesto en marcha sin tensiones el ¨¢rea verde, zona de aparcamiento reservada a los residentes que pagan una cantidad simb¨®lica (un euro por semana) como f¨®rmula para agilizar el tr¨¢fico en el centro de la ciudad. Pese a que la oposici¨®n recibi¨® el anuncio de la medida convencida de que iba a sacar petr¨®leo, lo cierto es que la aplicaci¨®n se ha hecho sin m¨¢s traumas que las diferencias con los comerciantes, que vieron restringido el uso de las zonas de aparcamiento. A cambio, el consistorio sostiene que ha incrementado los espacios destinados a carga y descarga.
El segundo asunto peliagudo con el que ha tenido que batirse ha sido la aplicaci¨®n de la ordenanza c¨ªvica, en la medida en que en ese momento ¨¦l era el responsable de la seguridad y de la Guardia Urbana. Una de las caracter¨ªsticas de su actuaci¨®n fue la de intentar pasar desapercibido y limar cualquier atisbo de pol¨¦mica. Su ¨¦xito en este aspecto ha sido menor: la ordenanza es hoy por hoy de aplicaci¨®n muy irregular debido a la amplia extensi¨®n de comportamientos inc¨ªvicos tolerados durante mucho tiempo.
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