"Creo que el protagonista es un arist¨®crata del pueblo"
Agust¨ªn D¨ªaz Yanes lleva al cine el personaje literario de Arturo P¨¦rez-Reverte con la producci¨®n de mayor presupuesto de la historia del cine espa?ol.
A Agust¨ªn D¨ªaz Yanes (Madrid, 1951) todos sus amigos lo llaman Tano. Hizo cine por casualidad; ¨¦l iba a ser profesor de literatura inglesa, o traductor; hizo guiones para otros. Hicieron fortuna. Y luego ¨¦l prob¨® con lo que fue un ¨¦xito, Nadie hablar¨¢ de nosotras cuando hayamos muerto (1995), y con Sin noticias de Dios (2001). Tocaron a su puerta, y le propusieron (Antonio Cardenal, productor) que hiciera el gui¨®n y la pel¨ªcula basada en Alatriste, el icono literario m¨¢s conocido de las ¨²ltimas d¨¦cadas, del novelista Arturo P¨¦rez-Reverte, que tambi¨¦n particip¨® en el encargo. Al escritor le gust¨® el gui¨®n, y est¨¢ feliz con la pel¨ªcula. Tano tambi¨¦n. Le dijeron: "Parece una pintura". De ella hablamos en Madrid, en el caf¨¦ que hay al lado de su casa, en Chamber¨ª.
"Lo que m¨¢s feliz me ha hecho de esta pel¨ªcula es haberla terminado, y yo creo que la he terminado bien"
"El personaje siempre me pareci¨® un anarquista de derechas, con unos c¨®digos morales conservadores"
Pregunta. ?Qu¨¦ le preocup¨® primero?
Respuesta. Dije que s¨ª inmediatamente. Y tambi¨¦n me dije: "Vaya l¨ªo". El gui¨®n era dif¨ªcil de hacer, y adem¨¢s en Espa?a no hay tradici¨®n de este tipo de pel¨ªculas. Pero se me fueron quitando los miedos; me fui metiendo en una aventura que dura ya varios a?os y que yo sab¨ªa que pod¨ªa cambiarme profesionalmente. Para bien o para mal.
P. ?En qu¨¦ sentido?
R. Una pel¨ªcula que si no controlas bien te puede dejar KO.
P. Es una saga de cinco libros. ?C¨®mo se plante¨® el gui¨®n?
R. Ten¨ªa que hacer una pel¨ªcula de los cinco episodios. As¨ª que se me ocurri¨® que pod¨ªa hacer la vida de Alatriste, desde que ten¨ªa 25 a?os hasta que cumpli¨® los 50. Para ello pude sacar cosas de las cinco novelas. Con mi propio argumento. ?se fue mi planteamiento.
P. ?Qu¨¦ es Alatriste para usted?
R. El personaje de Arturo. Y yo ten¨ªa que hacerlo m¨ªo sin traicionarlo. Siempre me pareci¨® un anarquista de derechas, un anarquista con unos c¨®digos morales conservadores. Conozco bien esa mentalidad: mi padre era un anarquista total. Gente con una libertad mental incre¨ªble. Ortega hablaba de los arist¨®cratas del pueblo; eso es Alatriste, un arist¨®crata del pueblo. Eso no existe casi en ning¨²n pa¨ªs. Aqu¨ª pasa con los toreros. Mira Anto?ete, un arist¨®crata del pueblo. Y mira los campesinos castellanos: gente muy orgullosa... Manej¨¦ el personaje de Alatriste desde esa personificaci¨®n: un arist¨®crata del pueblo.
P. Algo de lo que dice le confiere a Alatriste cierto aire autobiogr¨¢fico...
R. El 80% de Alatriste es de Arturo; yo necesitaba un 10%. Y Viggo Mortensen al menos un 20%. Tienes que meterte en la piel de un personaje ya hecho. Ahora es de los tres, y de los que hemos hecho la pel¨ªcula.
P. ?D¨®nde ver¨¢n los espectadores ese 10%?
R. Cada espectador ve una cosa distinta. Los directores estamos un poquito sobrevalorados por los medios, y por el p¨²blico. Los actores cambian tus pensamientos, hacen que el personaje sea suyo. Y yo creo que el Alatriste que van a ver en la pantalla es una creaci¨®n de Arturo pasada por una gran creaci¨®n de Viggo. 60% Arturo, 30% Viggo. ?Mi 10%? Ya lo ver¨¢n.
P. Viggo. ?C¨®mo se convirti¨® Viggo en un h¨¦roe espa?ol?
R. Es que Viggo no es extranjero. Es un gran actor, y eso le permiti¨® convertirse en un espa?ol. Viggo habla perfectamente castellano; se pas¨® mucho tiempo en Argentina, conoce bien Espa?a. Cuando recibi¨® el encargo se fue a buscar a Alatriste all¨ª donde ¨¦l cre¨ªa que pod¨ªa haber nacido. Y se fue a Le¨®n, a las monta?as. Se pasaba los fines de semana con los lugare?os de una aldea, iba al Museo del Prado, ¨ªbamos juntos a los toros, cen¨¢bamos... De pronto se convirti¨® en un espa?ol m¨¢s, e incluso gastaba las bromas que nos hacemos entre los espa?oles. Fue como trabajar con un actor espa?ol.
P. Sorprende ver a Blanca Portillo haciendo de inquisidor. ?C¨®mo se le ocurri¨®?
R. Se me ocurri¨® que el inquisidor fuera una mujer. El director de casting, Luis San Narciso, sugiri¨® que fuera Blanca. Y fue un gran acierto; impone Blanca cuando la ves aparecer de inquisidor general. Aparece pelada al rape; es real. Fue su decisi¨®n. Apareci¨® as¨ª en el rodaje. Un acierto suyo.
P. ?Qu¨¦ ha aprendido usted?
R. Mucho. Yo empec¨¦ en el cine como guionista. Y ¨¦sta es la primera pel¨ªcula en la que de veras me he sentido en algunos momentos director de cine. He tomado decisiones que me han dejado preocupado, y he llegado a una conclusi¨®n que mucha gente conoce ya: qu¨¦ dif¨ªcil es ser director. Era una pel¨ªcula ambiciosa, llena de retos, y creo que los he logrado superar.
P. Convirti¨® las batallas en cuadros; pinta usted mucho las escenas.
R. Eso est¨¢ escrito as¨ª en las novelas, lo habl¨¦ con Arturo. La violencia en el siglo XVII era muy directa. Implicaba cercan¨ªa, y la tienes que reflejar as¨ª, muy de cerca, porque si no sugiere cualquier otra cosa. El maestro de armas, Bob Anderson, me dec¨ªa: "Para matar hay que estar cerca, y matar con un cuchillo cuesta mucho".
P. ?Y esa sensaci¨®n de pintura, c¨®mo la logr¨®?
R. Es fundamental. Una pel¨ªcula del siglo XVII en Espa?a ha de tener su propio color, un color distinto. Eso lo sab¨ªa el director de fotograf¨ªa, Paco Femen¨ªa. Fuimos al Prado, a ver Vel¨¢zquez, Caravaggio, la pintura del XVII... Ten¨ªamos el color, la luz; lo dif¨ªcil era hacerlo, pero ah¨ª estaba Paco Femen¨ªa.
P. Dispone usted de Javier C¨¢mara (El Conde Duque) y de Juan Echanove (Quevedo) para caracterizar a dos grandes personajes de la ¨¦poca...
R. ?se era uno de los grandes retos de la pel¨ªcula. Eran ya sus personajes, y deb¨ªan hacerlos veros¨ªmiles. Los iban a convertir en iconos, y lo han hecho. Son suyos.
P. P¨¦rez-Reverte suele decir que aquel siglo se parece a ¨¦ste. "Estamos condenados a matarnos los unos a los otros", le dice Alatriste a uno de sus contrincantes. ?Se hace usted la misma reflexi¨®n?
R. Estoy muy de acuerdo con lo que dice Arturo. Es verdad hasta 1975, creo. Me parece que ahora estamos alejados de aquella ¨¦poca. La Guerra Civil nos ense?¨® que deb¨ªa acabarse eso de matarnos entre nosotros.
P. Uno de los guerreros, moribundo, le dice a ??igo de Balboa: "Cuenta lo que fuimos".
R. Es una frase de Arturo. Ese guerrero le ten¨ªa que decir algo a ??igo, y le ped¨ª a Arturo que me ayudara en esa fase del gui¨®n. Me dijo: "?Qu¨¦ te parece si ¨¦l dice 'Cuenta lo que fuimos' y as¨ª lo enganchas con el final?". Y ah¨ª est¨¢ un poco lo que cuenta la pel¨ªcula, lo que la define. Esa frase une las cinco novelas.
P. ?Y qu¨¦ fueron estos personajes que usted ahora ha llevado al cine?
R. Fueron arist¨®cratas del pueblo, gente muy rara, muy espa?ola; pertenec¨ªan al ej¨¦rcito m¨¢s pobre del mundo, eran maltratados como ratas, y eran muy espa?oles. Sin ¨¢nimo de pol¨¦mica, a veces me recordaban cosas que lees sobre 1936, cuando los milicianos defienden Madrid. Capaces de los mayores hero¨ªsmos y de las mayores maldades.
P. ?Qu¨¦ es lo que le ha dejado m¨¢s satisfecho?
R. Los toreros tienen una costumbre. Cuando acaban la corrida se dan la enhorabuena. Por haberla terminado. Me ha hecho feliz haberla terminado, y creo que la he terminado bien.
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