Grecia elimina a una Francia infame

Viendo partidos como ¨¦ste uno se pregunta a qu¨¦ vienen cierto equipos al Mundial. Tras siete partidos, Francia se va por donde vino sin haber dejado nada para el recuerdo. Ni siquiera la coartada de haberse quedado sin Tony Parker pocos d¨ªas antes de comenzar el torneo justifica una actitud como la mostrada por un equipo superlativo en fuerza f¨ªsica y tambi¨¦n en su desaprovechamiento. Ver esos cuerpos atl¨¦ticos y el¨¢sticos desperdiciados por una mezcla de apat¨ªa, falta de cohesi¨®n y m¨ªnima inteligencia en el juego fue desesperante.

El colmo lleg¨® en un partido dif¨ªcil pero accesible para ellos, sobre todo si comparamos su rival griego con los otros tres semifinalistas, Espa?a, Argentina y EE UU. Sin hacer nada del otro jueves, Grecia domin¨® de cabo a rabo, andando, apretando lo justo en defensa. Vivi¨® una pl¨¢cida tarde, pues los franceses se despe?aron solitos. Porcentajes por debajo del 30%, errores infantiles, nulidad para encontrar alguna opci¨®n recomendable de juego, todo fue un aut¨¦ntico desastre. Nada de lo que ocurr¨ªa parec¨ªa ir con ellos. Ni un gesto, ni un arranque de genio, ni una mueca de desesperaci¨®n. Tampoco el entrenador franc¨¦s estuvo muy fino, al colocar de base a Boris Diaw, el ¨²nico con categor¨ªa como para desatascar aquello, pero que anda lejos de asumir el rol de l¨ªder que dej¨® Parker.

De Grecia, poco que decir. Trabaj¨® lo justo, busc¨® a Papadopoulos, su p¨ªvot titular, un jugador con un estilo tosco pero que si te dejas llevar por su aspecto de descargador de muelle en el puerto de Atenas te va a hacer un roto. De hecho a los saltarines franceses les ense?¨® que a veces, el baloncesto no es salto de altura. Y con poco m¨¢s de eso lleg¨® Grecia a la semifinal de un Mundial.