Los palestinos pierden la guerra
Israel se beneficia de las profundas divisiones internas entre los l¨ªderes de Ham¨¢s y Fatah en la lucha por el poder
Las profundas divisiones en el liderazgo palestino y las ansias de poder de sus dirigentes facilitan a Israel castigar con la m¨¢s absoluta impunidad a la poblaci¨®n de Gaza, sobre todo desde que la atenci¨®n mundial se concentr¨® en la guerra de L¨ªbano y en el alto el fuego. M¨¢s de 220 palestinos han muerto v¨ªctimas de la aviaci¨®n, la artiller¨ªa o los fusiles israel¨ªes desde el secuestro de un soldado israel¨ª el pasado 25 de junio, y, sin embargo, no se ha escuchado bramar al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, a quien ni tan siquiera se ha visto consolando a las familias. Tampoco hizo mucho el primer ministro Ismail Haniya, quien, ignorado por Israel y EE UU, se encuentra en un t¨²nel y no ve la salida.
El problema no es s¨®lo el abismo que separa al nacionalista Fatah -el partido de Abbas- de los islamistas de Ham¨¢s -que lidera Haniya-, sino tambi¨¦n las luchas dentro de cada uno de esos partidos y de ¨¦stos con el resto del espectro pol¨ªtico palestino y con las facciones alzadas en armas. "Fatah trata de aprovechar el fracaso de Ham¨¢s para renovarse y alzarse en socio imprescindible, mientras Ham¨¢s quiere mantenerse en el poder hasta ver si los pa¨ªses de mayor¨ªa sun¨ª vienen en su apoyo para frenar el ascenso de la influencia chi¨ª, que representa el triunfo de Hezbol¨¢", afirma Ashraf al Ajram, de 45 a?os y miembro del Frente Democr¨¢tico para la Liberaci¨®n de Palestina.
El resultado de esta mara?a de intereses partidistas es el absoluto caos que reina en Gaza, donde la guardia presidencial y la polic¨ªa, adscritas la primera a Fatah y la segunda a Ham¨¢s, miran al cielo mientras se multiplican las bandas de forajidos, el robo y el crimen. El lodazal de sus calles atestadas de basura maloliente es la mejor muestra de la desesperaci¨®n de los 1,4 millones de habitantes, que Israel estrangula econ¨®mica y militarmente, bajo las excusas de que Ham¨¢s no reconoce el derecho a la existencia del Estado jud¨ªo y de que le han secuestrado a un soldado.
La jornada de ayer fue especialmente sangrienta. El Ej¨¦rcito israel¨ª mat¨® a ocho palestinos, incluido un muchacho de 14 a?os. Adem¨¢s, falleci¨® a consecuencia del ataque sufrido la semana pasada Husam Yaradat, l¨ªder del brazo armado de la organizaci¨®n Yihad Isl¨¢mica en Cisjordania.
Recluido en Ramala o de gira internacional, Abbas ha pasado estos dos largos meses de ofensiva israel¨ª en Gaza, empe?ado en conseguir la luz verde de Fatah para negociar con Ham¨¢s un Gobierno de unidad nacional. Sin embargo, las nuevas generaciones de su partido se oponen al pacto; sostienen que lo primero es la reforma interna de Fatah.
En Ham¨¢s, sin embargo, son los j¨®venes los que defienden la negociaci¨®n con Fatah para establecer un Gobierno de unidad nacional. "La guerra en L¨ªbano ha demostrado que no podemos gobernar solos. Vivimos una situaci¨®n muy dif¨ªcil bajo la ocupaci¨®n israel¨ª y debemos unirnos para hacerle frente", declara en su despacho de Gaza el portavoz del Gobierno, Gazi Hamad.
Seg¨²n Hamad, el partido islamista ya est¨¢ listo para iniciar las negociaciones. Asegura que comenzar¨¢n en un "plazo corto", porque ya se ha acordado la base sobre la que se establecer¨¢n, que es el llamado "documento de los prisioneros", elaborado por los militantes encerrados en las c¨¢rceles israel¨ªes. Entre los 10.000 palestinos que Israel mantiene tras las rejas se cuentan cuatro ministros y un viceprimer ministro de Ham¨¢s y 30 diputados y alcaldes.
Mucho m¨¢s cr¨ªtico es el ministro para Asuntos de los Refugiados, Atef Ibrahim Adwan, quien considera que "no tiene sentido formar un Gobierno de unidad nacional si no se obtienen antes garant¨ªas de que se abrir¨¢ el cerco pol¨ªtico y econ¨®mico" que padece la franja de Gaza, aunque la par¨¢lisis afecta tambi¨¦n gravemente a Cisjordania.
Sitiada y castigada por Israel, Gaza vive el desencanto de la incapacidad de sus l¨ªderes para gobernarla. "Ni Fatah ni Ham¨¢s piensan en el sufrimiento del pueblo", afirma Abdul Hakim Nasar, de 55 a?os, que lamenta el d¨ªa de 1997 en que dej¨® su trabajo en Sur¨¢frica para volver a lo que cre¨ªa que ser¨ªa pronto el Estado de Palestina.
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