Conmovedora 'Sexta' de Chaikovski
Una orquesta s¨®lida, la Sinf¨®nica de Londres, y un violinista de post¨ªn, Vadim Repim, eran bazas de garant¨ªa para que un director tan peculiar como Valery Gergiev las aprovechase. No dej¨® el moscovita pasar la oportunidad, y reivindic¨® sus m¨¢s que sobrados m¨¦ritos para suceder en 2007 a Colin Davis al frente de la orquesta londinense. Gergiev estuvo inconmensurable acompa?ando al virtuoso y musical Repim en los conciertos para viol¨ªn de Brahms y Chaikovski, y estuvo espectacular en la suite sinf¨®nica Scheherezade, de Rimski-Korsakov, pero lo que quedar¨¢ para siempre en el recuerdo de San Sebasti¨¢n es su genial lectura de la sinfon¨ªa Pat¨¦tica, de Chaikovski. Pocas veces se tiene ocasi¨®n de asistir a una versi¨®n tan reveladora, tan profunda, tan desgarrada.
A Chaikovski hay quien todav¨ªa le mira por encima del hombro, no queriendo ver -o reconocer- que algunas de sus canciones, de sus ¨®peras o de sus sinfon¨ªas est¨¢n entre lo m¨¢s representativo e imperecedero del siglo XIX. Seguramente no ha tenido suerte, en l¨ªneas generales, con el nivel interpretativo de sus obras. Por ello cuando alguno de sus t¨ªtulos m¨¢s trillados -y edulcorados, y maltratados- es desentra?ado con una desnudez y un sentimiento como los que puso Gergiev a la Pat¨¦tica en el Kursaal, el efecto es no solamente conmovedor, sino tambi¨¦n supone el descubrimiento de un genio, no por popular bien conocido.
Gergiev ech¨® el resto. Sin podio, a la altura de los m¨²sicos, sin partitura, llev¨® la sinfon¨ªa por el camino de la emoci¨®n y el sufrimiento. Se meti¨® hasta las entra?as en un primer movimiento rebosante de sugerencias po¨¦ticas, personales y testimoniales; dio un toque de sonrisa amarga al allegro con grazia; imprimi¨® un ritmo vivaz hasta lo diab¨®lico al allegro molto vivace, y baj¨® a las intimidades m¨¢s insondables del alma humana en un ¨²ltimo movimiento escalofriante al que el p¨²blico donostiarra respondi¨® con un sobrecogedor minuto de silencio, antes de que las aclamaciones y las l¨¢grimas viviesen una org¨ªa conjunta.
Gergiev hab¨ªa dirigido con las tripas, pero tambi¨¦n desde una perspectiva que solamente el an¨¢lisis hist¨®rico posibilita. La orquesta demostr¨® sobradamente por qu¨¦ es una de las grandes de Europa. Y el p¨²blico sali¨® impresionado.
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