Lo m¨ªtico y lo real

Los datos que van conoci¨¦ndose del sumario sobre el presunto fraude del parque Terra M¨ªtica, de Benidorm, revelan la existencia de una trama empresarial capaz de proezas como cobrar 10 millones de euros por obras nunca hechas y de facturar por informes inexistentes y por compras de material nunca entregado. Las declaraciones del inspector de la Agencia Tributaria desvelan pr¨¢cticas financieras y contables impresentables en una empresa en la que el 60% de su capital est¨¢ controlado por la Generalitat valenciana y por las dos principales cajas de ahorro de la comunidad. Las pr¨¢cticas irregulares inclu¨ªan desde el pago a sabiendas de facturas falsas por parte del parque, hasta la contrataci¨®n de determinadas obras con empresas que no ten¨ªan ning¨²n empleado y que s¨®lo exist¨ªan sobre el papel. Las declaraciones en este sentido de los dos testaferros interrogados por la inspecci¨®n son cristalinas: ambos firmaron documentos que permitieron la constituci¨®n de empresas de las que nunca jam¨¢s volvieron a saber nada. Y esas sociedades prove¨ªan de facturas falsas a otras mercantiles con mayor volumen de negocio para estafar a Hacienda hasta 4,4 millones de euros en los ejercicios 2000 y 2001.

Todo esto ha ocurrido en una empresa que a finales de 2003, a los tres a?os de su apertura, acumulaba p¨¦rdidas cercanas a los 200 millones de euros, lo que aboc¨® a una suspensi¨®n de pagos, recientemente levantada. La fuerte presencia de capital p¨²blico nunca ha sido garant¨ªa de transparencia contable. No es extra?o. Terra M¨ªtica se construy¨® contra la opini¨®n de competentes estudios de viabilidad encargados por la Generalitat valenciana antes de lanzar la iniciativa. Informes que nunca fueron puestos a disposici¨®n de los inversores privados (cajas de ahorro incluidas) a la hora de solicitarles, en algunos casos de forma imperativa, su participaci¨®n en el invento.

La Generalitat, presidida entonces por Eduardo Zaplana, esgrimi¨® un estudio que preve¨ªa para 2003 unos ingresos de 102 millones de euros y unos beneficios de 5 millones. La realidad es que las p¨¦rdidas acumuladas suman 123 millones en seis a?os. La contundencia de las cifras no parece afectar para nada a los impulsores del fara¨®nico proyecto, y la investigaci¨®n judicial, tampoco: Zaplana sigue sin explicar por qu¨¦ ignor¨® los informes que desaconsejaban la puesta en marcha del parque, ni los sobrecostes que se produjeron; y su sucesor, Camps, por mucho que se le pregunte, tampoco parece tener inter¨¦s en informar d¨®nde han ido a parar los 10 millones de euros esfumados y cuyo paradero investiga el juzgado. Lo m¨ªtico era el cuento fabuloso con que se vendi¨® el proyecto, y lo real, el despilfarro del dinero de los contribuyentes.