Alusiones inoportunas
El art¨ªculo de Carlos Castilla del Pino El drama de G¨¹nter Grass alude inoportunamente a los espa?oles Dionisio Ridruejo, Luis Rosales y Pedro La¨ªn. Cuando constata que el "drama [del Nobel alem¨¢n] viene a sumarse al de muchos miles de alemanes (y no alemanes)", y al efecto cita a P¨ªo XII, Waldheim, Heidegger, Francis Genoud, Leni Riefenstahl, no s¨¦ a qu¨¦ cuento viene el colof¨®n referido a los tres espa?oles.
Porque si el primer elenco comprende personas que, al parecer, ocultaron su pasado, el segundo es el de tres espa?oles que si en su juventud fueron falangistas (esto es, te?idos de un fascismo, eso s¨ª, ingenuamente socializante), en pleno auge de una dictadura franquista dispuesta a colmarles de prebendas y honores, abjuraron de ¨¦sta y tomaron una neta posici¨®n democr¨¢tica.
Ignorante yo de la mayor parte de la biograf¨ªa de Rosales, consciente admirador de la m¨¢s pr¨®xima de La¨ªn -m¨¢s intelectual que pol¨ªtico- y conocedor al d¨ªa y durante largos a?os la de Ridruejo, baste recordar de ¨¦sta que abandon¨® siendo joven (1942) un alt¨ªsimo cargo franquista por motivos de conciencia; de ah¨ª hasta su muerte (31 a?os despu¨¦s), confinamientos, exilios exterior e interior, siete encarcelamientos, cinco procesos, multas, cerco profesional; mientras tanto, lucha diaria por la democracia y la convivencia entre los dem¨¢s opositores a costa de su salud, de su tiempo con merma de su capacidad literaria y de su precaria econom¨ªa (vide M. Penella, Ridruejo, Salamanca, 1999). Es un recorrido contracorriente que nada tiene que ver con los ejemplos -no s¨¦ si buenos o malos- de Castilla del Pino.
Que las evoluciones de Ridruejo, y con ¨¦l Aranguren, La¨ªn, Maravall, Tovar y algunos m¨¢s, son dignas no ya de respeto, sino de admiraci¨®n, dio en su d¨ªa cumplido testimonio Fraga Iribarne en 1965, cuando desde su Ministerio de Informaci¨®n lanz¨® un librito, Los nuevos liberales, donde reproduc¨ªa viejos textos falangistas de estos "conversos": efectivamente, conversos eran, pero no a favor, sino a la contra, a todo riesgo y plazo desconocido.
Una vez m¨¢s -perd¨®neseme lo prosaico de la comparaci¨®n-, entre evolucionar al comp¨¢s de la degluci¨®n o con da?o para ¨¦sta hay una peque?a diferencia.
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