Rubianes y el vuelo del murci¨¦lago

Los aplausos y v¨ªtores que saludaron la aparici¨®n de Pepe Rubianes en el escenario del abarrotado Teatro Principal de Olot (Girona) el pasado s¨¢bado por la noche parec¨ªan los que recibe cuando termina. Nunca antes le hab¨ªan saludado as¨ª. Los pocos que no estaban advertidos del motivo de tan efusiva recepci¨®n obtuvieron al poco rato su explicaci¨®n. Fue en forma de mon¨®logo chistoso, aderezado con constantes risas del p¨²blico, en el que el c¨®mico galaico-catal¨¢n repas¨® "la campa?a feroz y cruel" que ha debido soportar en Madrid por parte de "los fachas". Rubianes dijo sentirse "vilmente utilizado", de ah¨ª que haya decidido "pasar del rollo oficial" para irse "a la empresa privada".

El actor y director teatral confirm¨® al final de la funci¨®n de su mon¨®logo Rubianes solamente que la obra Lorca eran todos se ver¨¢ en Madrid, en el Auditorio de CC OO, que le han cedido, "aunque tengan que proteger la entrada del teatro con tanquetas". Rubianes retir¨® su espect¨¢culo el pasado jueves del Teatro Espa?ol de Madrid ante el "agresivo y desmesurado ambiente creado por un determinado sector de la sociedad". Posteriormente, una escueta declaraci¨®n del alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, se?alaba: "El Ayuntamiento de Madrid no va a contratar a Pepe Rubianes. Por tanto, no va a actuar en el Espa?ol". Rubianes gener¨® en enero pasado una fuerte pol¨¦mica al declarar en TV3: "Que se vaya a la mierda la puta Espa?a". Aunque luego pidi¨® excusas, sectores conservadores han lanzado todo tipo de amenazas si la obra se representaba en Madrid.

Esta campa?a que en los ¨²ltimos d¨ªas sobrevuela el trabajo de Pepe Rubianes se encarn¨®, en un acto de oportuna justicia po¨¦tica, en un murci¨¦lago que, a media representaci¨®n, empez¨® a revolotear por la platea y el escenario. El c¨®mico, que en m¨¢s de una ocasi¨®n hizo el amago de esquivar un supuesto ataque suicida del quir¨®ptero insect¨ªvoro, se vio obligado a integrarlo a sus gracias. Las apariciones del animal, saludadas con las carcajadas del p¨²blico, amenazaron con llevar al traste el espect¨¢culo. "Nunca antes me hab¨ªa pasado algo as¨ª...", dec¨ªa el c¨®mico con fingida pesadumbre. Pero el mejor gag de la noche no corri¨® a cargo de Rubianes, sino de un espectador de un palco de proscenio quien, mosqueado por las insistentes acrobacias del murci¨¦lago, exclam¨®: "?Es Gallard¨®n!". El murci¨¦lago, que al parecer se hab¨ªa colado por un ventanuco del gallinero, fue apareciendo a intervalos regulares sobre la cabeza de Rubianes y los espectadores. Sus colaboradores admitieron que el bicho le desconcentr¨® y lleg¨® a poner en serio riesgo la representaci¨®n.

En el mon¨®logo inicial, una especie de p¨ªldora de actualidad sobre la "vor¨¢gine" en la que anda metido con su obra sobre Lorca, Rubianes aludi¨® de nuevo a las palabras que dijo en el programa de TV-3 y que tantos problemas le est¨¢n causando. Record¨® el contexto de animadversi¨®n contra Catalu?a y su Estatuto que en aquel momento atizaban "ciertos sectores de la sociedad espa?ola" y admiti¨®: "Se me calent¨® la boca, como no beso...".

En el mismo tono ir¨®nico aludi¨® a su lenguaje soez: "Soy primitivo y mont¨¦ un cipote". Rubianes record¨® que ¨¦l mismo y Albert Om, el presentador de la televisi¨®n que le entrevist¨®, est¨¢n encausados en una querella criminal en la que les piden tres a?os de c¨¢rcel. "As¨ª no me puedo casar", agreg¨®. Y dijo estar convencido de que sus palabras contra Espa?a fueron aprovechadas por la derecha para atacar a la televisi¨®n de Catalu?a. "Los fachas quer¨ªan obligar a TV-3 a bajar la cabeza", explic¨®.

"Si algo quiero es que el p¨²blico de Madrid vea el espect¨¢culo, que aplauda si quiere y patalee si no le gusta. Pero prohibir una obra, como quieren hacer los fachas, no me parece bien", argument¨®. Rubianes asegur¨® que no se esperaba la actuaci¨®n de Ruiz-Gallard¨®n, que siempre hab¨ªa representado para ¨¦l "la cara dem¨®crata de ciertos sectores del PP".

Al final, Rubianes hizo subir al escenario a un grupo de j¨®venes del Sindicat d'Estudiants dels Pa?sos Catalans que, a su llegada al teatro, le recibieron con una pancarta en la que se le¨ªa: "Contra la censura ideol¨®gica. Adelante, Rubianes". Ante los aplausos y v¨ªtores del p¨²blico, puesto en pie, Rubianes bes¨® uno por uno a los portadores de la pancarta.

Tras el espect¨¢culo, Rubianes ten¨ªa en su m¨®vil muchas llamadas de apoyo. Pol¨ªticos, actores y cantantes, entre los que cit¨® a Ana Bel¨¦n, se han solidarizado con su situaci¨®n. La mayor¨ªa le ofrecen ayuda y le sugieren escenarios. Tambi¨¦n le animan a "no rendirse".

Sobre su decisi¨®n de retirar la obra del Espa?ol, dijo: "Yo no iba a estar en Madrid y, claro, dejar all¨ª a los actores con la historia de que los linchen o les den una paliza es una responsabilidad. Ser¨ªa un sinvivir que no me pod¨ªa permitir. Y no creo que Federico Garc¨ªa Lorca se merezca ese ambiente, que bastante hicieron con ¨¦l".

Como conclusi¨®n, a?adi¨®: "Estoy muy triste porque esto no deja de ser un atentado a la libertad de expresi¨®n. Pensaba que viv¨ªa en otro pa¨ªs".