La pasi¨®n por la vela
El marino Jos¨¦ Luis de Ugarte, que ha cruzado el mundo varias veces en solitario, empez¨® pescando en un velero en Liverpool
Jos¨¦ Luis de Ugarte (Getxo, 1928), quiz¨¢s el m¨¢s c¨¦lebre de los marinos vascos por sus regatas en solitario, no volver¨¢ a dar la vuelta al mundo en un velero. Resulta comprensible. La ¨²ltima vez que lo hizo, en una reproducci¨®n del barco que pilot¨® Juan Sebasti¨¢n Elcano, la nao Victoria, tard¨® dos a?os en regresar a su casa. En esa ocasi¨®n iba acompa?ado por una tripulaci¨®n de 20 personas, pero es que en 1993 hab¨ªa realizado una traves¨ªa similar sin escalas y en solitario que casi le cuesta la vida. Y, antes y despu¨¦s, decenas de aventuras de un lado a otro del Atl¨¢ntico.
Todo comenz¨® en Liverpool. Ugarte hab¨ªa estudiado N¨¢utica y se embarc¨® en un mercante que frecuentaba ese puerto brit¨¢nico. "All¨ª conoc¨ª a una chica, nos enamoramos y me cas¨¦ con ella, lo que me llev¨® a afincarme en Liverpool". Naveg¨® durante cuatro a?os, pero lleg¨® un momento en que pudieron m¨¢s su esposa y sus hijas reci¨¦n nacidas que la mar. "Coincidi¨® que tuvimos problemas con los sindicatos, adem¨¢s de que Liverpool iba perdiendo peso entre los puertos ingleses. As¨ª que dej¨¦ moment¨¢neamente la mar y busqu¨¦ un negocio en tierra, como provisionista de barcos", contin¨²a su relato.
"?La soledad? Si tengo que hablar, lo hago con el barco, que responde con sus crujidos"
Pero la mar es la mar y Ugarte no pod¨ªa olvidar el aroma del salitre. "Me compr¨¦ un barco, el Orion, construido en 1907, un viejo velero con el que recuper¨¦ la pr¨¢ctica que hab¨ªa aprendido durante mi juventud en Las Arenas". El barco lo coste¨® con la pesca "en aquel bravo mar de Irlanda", donde se llev¨® "los primeros sustos", pero donde tambi¨¦n fue adquiriendo experiencia.
A finales de los sesenta, decide regresar a su Getxo natal como suministrador de lubricantes ingleses para barcos. La familia viaja en los medios de transporte convencionales, pero Ugarte se quiere traer al Abra su viejo y querido Orion. Aquel trayecto desde Liverpool se convirti¨® en su primera aventura en solitario. "No estaba planificado. Iba a venir un viejo contramaestre conmigo, pero al final tuve que hacer el viaje solo". Fueron 800 millas que se convirtieron en 1.000 porque Ugarte sufri¨® un contratiempo: atrac¨® a la fuerza en el puerto bret¨®n de Douarnenez porque se le abri¨® una v¨ªa de agua al barco y se hund¨ªa. El navegante hace justicia: "Era un barco viejo, pero un buen velero".
Superada con ¨¦xito aquella singladura que al final le llev¨® unos 20 d¨ªas, el marino de Las Arenas comenz¨® a fraguar nuevas empresas. "Hab¨ªa le¨ªdo alg¨²n libro de navegante en solitario y era un pasi¨®n secreta que no se la hab¨ªa contado ni a mi mujer. Cuando cubr¨ª aquellas 1.000 millas, me dije: '?Qu¨¦ bien, esto funciona!" Entonces compr¨® otro barco con el que ya se anim¨® a navegar en solitario. En concreto, la regata Falmouth (Gran Breta?a)-Azores-Falmouth, 2.400 millas que cubri¨® con ¨¦xito. Era quiz¨¢s de los participantes de mayor edad, pero tambi¨¦n un principipante que entraba en el selecto club de los navegantes solitarios con un sobresaliente segundo puesto que le sirvi¨® para que le invitaran un a?o m¨¢s tarde a la Ostar: Plymouth (Gran Breta?a)-Newport (EEUU), 3.000 millas, ya por el Atl¨¢ntico Norte, un mar m¨¢s complejo. "Lo estaba haciendo bastante bien, hasta que se le parti¨® el estay de proa a mi Northwind cuando iba en primera posici¨®n, lo que me oblig¨® a desviarme a las Azores para reparar la aver¨ªa, pero la termin¨¦". Cuatro a?os despu¨¦s regres¨® a esta regata y qued¨® tercero. La ha llegado a cubrir en cinco ocasiones, la ¨²ltima con 62 a?os. "Creo que segu¨ªa siendo el m¨¢s viejo y tambi¨¦n el que en m¨¢s ocasiones ha participado", apunta orgulloso.
Si algo caracteriza el esp¨ªritu del Ugarte navegante es el tes¨®n: nunca abandona y siempre hay una prueba m¨¢s dif¨ªcil en la que participar, como su siguiente reto, ya con 64 a?os, la vuelta al mundo en solitario con cuatro paradas. Salida desde Newport y regreso despu¨¦s de pasar por los cabos de Buena Esperanza y Hornos. "Qued¨¦ en noveno puesto, pero lo interesante resid¨ªa en comprobar que pod¨ªa superar pruebas en solitario m¨¢s complejas", aclara. En su recuerdo de aquellos cinco meses navegando se amontonan las an¨¦cdotas, pero siempre hay experiencias poderosas como la visi¨®n de la Aurora Polar, junto al Polo Sur, o el choque con una ballena, camino de Sydney, que estuvo a punto de destrozar su barco.
Entonces, cuando otros piensan en la feliz jubilaci¨®n, el de Las Arenas emprendi¨® su aventura m¨¢s dura: la vuelta al mundo en velero, sin escalas y sin ayudas externas, una prueba calificada por muchos como suicida, la regata m¨¢s arriesgada conocida, de nombre Vend¨¦e Globe, en 1993. "?La soledad? Eso no es lo peor, ni con mucho. Soy una persona sociable. As¨ª que si tienes que hablar, lo haces con el barco, que te responde con sus crujidos, o con las olas. Nunca est¨¢s solo, est¨¢ la Naturaleza a tu alrededor".
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