Una nueva oportunidad para el sistema educativo
La implantaci¨®n parcial este curso de la Ley Org¨¢nica de Educaci¨®n (LOE) supone para nuestro sistema educativo una nueva oportunidad para mejorar su calidad y adaptarse a los requerimientos y necesidades de la sociedad espa?ola. El plausible grado de consenso pol¨ªtico alcanzado en torno a esta norma nos permite augurar una implantaci¨®n tambi¨¦n previamente consensuada en las comunidades aut¨®nomas. Un sistema educativo tan descentralizado como el nuestro precisa de una coordinaci¨®n permanente entre las Administraciones central y auton¨®mica. De esta coordinaci¨®n depende no s¨®lo la aplicaci¨®n correcta de una ley org¨¢nica, como lo es la LOE, sino la vertebraci¨®n de un servicio, como el educativo, sin el cual no se concibe la igualdad de oportunidades y el derecho constitucional de todos nuestros escolares a acceder a una oferta educativa de calidad similar independientemente del territorio en el que se encuentre.
La nueva reforma educativa ha de hacer frente a los trascendentales cambios sociales que desde hace unos a?os viene experimentando la sociedad espa?ola, y entre los que destaca la incorporaci¨®n de inmigrantes que vienen a nuestro pa¨ªs en busca de un futuro prometedor para ellos y sus hijos. En ese futuro se encuentra, naturalmente, el acceso a un sistema educativo de calidad. La presencia de escolares procedentes de la inmigraci¨®n econ¨®mica exige reforzar los mecanismos de compensaci¨®n y la dotaci¨®n de personal especializado.
Es imprescindible prestar m¨¢s atenci¨®n a una realidad escolar a la que tanto el Ministerio de Educaci¨®n como los sindicatos hemos intentado poner freno. Me refiero a los problemas de convivencia que padecen numerosos centros docentes y a los que tratan de hacer frente los planes de mejora de convivencia que se est¨¢n desarrollando en las comunidades aut¨®nomas tras el que suscribimos hace seis meses el ministerio y los representantes del profesorado. En este sentido, llamamos a la responsabilidad de toda la comunidad educativa.
Otro de los desaf¨ªos de nuestro sistema educativo es la mejora de los resultados de nuestro alumnado, que peri¨®dicamente hacen p¨²blicos los organismos internacionales. De esta mejora depender¨¢ en buena medida no s¨®lo la necesaria cualificaci¨®n laboral de los futuros trabajadores, sino el reconocimiento internacional de nuestro pa¨ªs entre los m¨¢s preparados para competir en productividad y actualizaci¨®n tecnol¨®gica, dos terrenos en los que, como viene denunciando Comisiones Obreras, se observan importantes lagunas.
Todo esto ser¨¢ imposible sin el concurso del ministerio y de las consejer¨ªas de educaci¨®n de las comunidades. En este contexto, resulta crucial la colaboraci¨®n entre las instituciones con alguna responsabilidad en la gesti¨®n educativa.
Ante el desarrollo reglamentario de esta ley org¨¢nica, es preciso garantizar de manera inequ¨ªvoca aquellos aspectos que repercuten directamente en la mejora del empleo, la equidad y la calidad de la educaci¨®n. Pensamos que se debe dar prioridad a la financiaci¨®n, los programas de cooperaci¨®n territorial, la solidaridad interterritorial, la compensaci¨®n de las desigualdades, la atenci¨®n a la diversidad del alumnado y el reconocimiento, apoyo y valoraci¨®n de los profesionales de la educaci¨®n.
Exigimos estar presentes en la negociaci¨®n de todos los desarrollos reglamentarios de la LOE. Tambi¨¦n pedimos a la ministra Mercedes Cabrera que no olvide al personal laboral de los centros educativos, como los profesionales de los comedores escolares, de las actividades extraescolares y de las aulas matinales, orientadores, psic¨®logos, etc¨¦tera, dado que desempe?an una labor educativa imprescindible. Por ello, pedimos para todos ellos un acuerdo sociolaboral similar al que se ha firmado para los trabajadores y trabajadoras de la ense?anza privada y de la p¨²blica.
Respecto a la Formaci¨®n Profesional, instamos al ministerio a abordarla de manera urgente y decidida, desarrollando unos criterios m¨ªnimos para la creaci¨®n de Centros Integrados, aplicando la LOE en este sector y la Ley de las Cualificaciones, con el fin de evitar reacciones centr¨ªfugas de tipo corporativo.
Por lo que respecta a los aspectos profesionales, el curso escolar comienza con la mala noticia de que el Ministerio de Educaci¨®n no termina de cumplir los compromisos que hace casi un a?o adquiri¨® con el profesorado, tras la firma en octubre y noviembre del a?o pasado de los Acuerdos B¨¢sicos Laborales de la ense?anza p¨²blica y concertada. Pues bien, pese a las insistentes peticiones de los sindicatos firmantes, los responsables ministeriales siguen sin cerrar cuestiones pendientes de tanta trascendencia, como el ingreso a la funci¨®n p¨²blica docente, el pago del complemento retributivo, el funcionamiento de la mesa tripartita... Y otros temas, como los decretos de Formaci¨®n Profesional y de reforma del Consejo Escolar del Estado, logrando el consenso necesario.
Las autoridades ministeriales deben saber que s¨®lo una vez concluido este proceso y recuperado un m¨ªnimo de confianza entre las partes, podremos abordar nuevos retos. Pero mientras no se cumpla fielmente lo acordado, no es posible comenzar nuevas negociaciones.
Por otra parte, tampoco vemos voluntad alguna para abordar con seriedad las negociaciones del Estatuto Docente. La ¨²nica actuaci¨®n hasta ahora de los responsables del ministerio ha sido su intento de imponer un anteproyecto sin negociaci¨®n.
Ante este panorama, en CC OO exigimos ya un calendario de negociaci¨®n razonable y operativo que posibilite la participaci¨®n real de los trabajadores y trabajadoras del sector, tras el cumplimiento de los acuerdos laborales.
Si se mantiene este bloqueo, no descartamos un oto?o caliente en educaci¨®n. Con este fin, promoveremos la mayor unidad sindical posible, como lo hemos hecho al presentar las plataformas reivindicativas y las exigencias de mejora. Nuestra responsabilidad como sindicato nos obligar¨¢ a promover las protestas incluso si esa unidad sindical no pudiera fraguarse.
Tras la aprobaci¨®n por el Gobierno del proyecto de reforma universitaria, que inicia su andadura parlamentaria, en CC OO, desde su posici¨®n hegem¨®nica en el sector, no ocultamos nuestro malestar por el escaso inter¨¦s del ministerio por negociar con los representantes de los trabajadores las condiciones laborales de ¨¦stos as¨ª como las lagunas que apreciamos en lo que se refiere a la financiaci¨®n de nuestras universidades.
Aunque el borrador mejora algunos aspectos de la Ley Org¨¢nica de Universidades, como el car¨¢cter p¨²blico y no privado de la Agencia Nacional de Evaluaci¨®n y Calidad (ANECA), el proceso de acreditaci¨®n y no habilitaci¨®n del profesorado, la autonom¨ªa universitaria o el establecimiento de una ¨²nica prueba de acceso a la universidad, pensamos que se trata de una reforma demasiado t¨ªmida. M¨¢s a¨²n, parece haber sido concebida para buscar la rentabilidad a corto plazo de una pol¨ªtica de imagen que para aportar soluciones eficaces a los problemas que arrastra la universidad espa?ola.
En cuanto al tratamiento que se otorga en el anteproyecto al personal que trabaja en las universidades, desgraciadamente no s¨®lo mantiene la precariedad laboral que padece el sector, sino que la incrementa. Tenemos que recordar que a¨²n est¨¢n pendientes de soluci¨®n aspectos relacionados con la pol¨ªtica de personal, como los contratados, la extinci¨®n de titulares de Escuelas Universitarias, la posibilidad de una carrera profesional por promoci¨®n interna, la capacidad efectiva de negociar las retribuciones, as¨ª como todo lo referido a la igualdad en el acceso a los ¨®rganos de gobierno y representaci¨®n.
Finalmente, el anuncio de la ministra de incrementar en un 27% el presupuesto de Educaci¨®n para 2007 puede suponer un buen principio, siempre que este incremento tenga continuidad en el tiempo y se gestione de acuerdo con las necesidades reales del sistema. En inter¨¦s de todos, no podemos permitirnos fracasar: lo que est¨¢ en juego es la educaci¨®n.
Jos¨¦ Campos es el secretario general de la Federaci¨®n de Ense?anza de CC OO.
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