Investigados dos oficiales por varios atentados en Bogot¨¢
Un nuevo esc¨¢ndalo en el Ej¨¦rcito mantiene preocupados a los colombianos. Altos oficiales podr¨ªan estar detr¨¢s de los atentados que se produjeron en Bogot¨¢ en los d¨ªas previos a la toma de posesi¨®n, para su segundo mandato, del presidente ?lvaro Uribe. En su momento, estos ataques terroristas fueron atribuidos a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la guerrilla m¨¢s poderosa del pa¨ªs.
Seg¨²n informaciones publicadas en la prensa colombiana, existen evidencias -entre ellas v¨ªdeos y llamadas telef¨®nicas-, que muestran que la activaci¨®n de los explosivos de un coche bomba -que caus¨® un muerto y heridas a varios soldados- y la desactivaci¨®n de varias cargas explosivas, podr¨ªan ser acciones montadas entre un comandante y un capit¨¢n del Ej¨¦rcito junto con una ex guerrillera de las FARC.
Dos razones estar¨ªan detr¨¢s de su conducta: reportar ¨¦xitos en su carrera profesional y el cobro de las recompensas establecidas por el Gobierno de Uribe para las unidades policiales que luchan contra el terrorismo. La ex guerrillera de las FRAC es la ¨²nica sospechosa capturada hasta el momento.
Desde hace 25 d¨ªas los altos mandos militares ten¨ªan conocimiento de los hechos, pero s¨®lo cuando se supo que el diario El Tiempo, el m¨¢s influyente del pa¨ªs, iba a destapar el esc¨¢ndalo, el general Mario Montoya, comandante del Ej¨¦rcito dio la cara. En rueda de prensa asegur¨® que los hechos fueron cometidos "por personas poco escrupulosas, entre las que se encuentran dos oficiales".
El presidente, abatido
Sin embargo, el presidente ?lvaro Uribe habl¨® por radio y televisi¨®n el domingo en la noche, con cara larga y aire abatido, tras un consejo extraordinario de seguridad de m¨¢s de ocho horas. Asegur¨® que aun no hay pruebas contundentes que impliquen a los militares aludidos, pero que, en caso de resultar cierto, ser¨¢ el primero en apoyar las decisiones de la justicia para llevar a los culpables a la c¨¢rcel. Su principal preocupaci¨®n parece ser, empero, la filtraci¨®n de la informaci¨®n a la prensa.
El fiscal general, Mario Iguar¨¢n, dice tambi¨¦n que las pruebas son d¨¦biles, pero ha abierto la posibilidad de que los atentados hubieran sido cometidos por miembros de las FARC infiltrados en el Ej¨¦rcito.
La gravedad de los hechos se reflejan en los titulares de prensa de los ¨²ltimos d¨ªas. "Montaje", titula la revista Semana. "Desconcierto e indignaci¨®n por los montajes", titul¨® a seis columna El Espectador. "Se rebos¨® la copa", reza el editorial de el diario El Tiempo de ayer, que, entre otras, cuestiona duramente la pol¨ªtica de recompensas implantada por Uribe dentro de su estrategia de seguridad.
No es el primer esc¨¢ndalo que mancha la credibilidad del Ej¨¦rcito este a?o. Torturas a soldados, ejecuciones extrajudiciales, masacre de polic¨ªas, entre otros casos, mantienen a esta instituci¨®n en el ojo del hurac¨¢n.
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