Rubalcaba acusa al PP de querer "tapar sus verg¨¹enzas" con su "delirio" del 11-M

El PP llev¨® ayer al Congreso la teor¨ªa de la conspiraci¨®n sobre el 11-M para reintentar que el actual Gobierno aclarase qu¨¦ hicieron los populares cuando gobernaban. Eduardo Zaplana, portavoz parlamentario del PP, acus¨® a mandos de su propia c¨²pula policial de manipular y mentir sobre la masacre y al actual Ejecutivo de "ocultar la verdad", para lo que incluso cit¨® a los GAL. Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, ministro del Interior, acus¨® al PP de montar "un delirio" para "tapar sus verg¨¹enzas", y declar¨® que la ¨²nica conspiraci¨®n fue la que urdi¨® el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar "para enga?ar a los espa?oles".

"Hubo conspiraci¨®n, la que montaron ustedes para enga?ar a todos", asegur¨® el ministro

La ¨²ltima parte de la sesi¨®n de control del Congreso pareci¨® un remedo de la pel¨ªcula El d¨ªa de la marmota. Zaplana y Rubalcaba se enfrentaban una vez m¨¢s a vueltas con el 11-M dos a?os y medio despu¨¦s. El portavoz popular arranc¨® su discurso de interpelaci¨®n parlamentaria aludiendo a las "incesantes revelaciones" sobre la masacre, que, dijo, confirman que "hay m¨¢s sombras que luces sobre el atentado".

Zaplana repiti¨® algunas de las preguntas que ya ha hecho su partido por escrito para sostener que las "lagunas y flagrantes contradicciones" entre la investigaci¨®n judicial y la parlamentaria necesitan una explicaci¨®n. Seguidamente acus¨® al jefe de la Unidad Central Operativa (F¨¦lix Hernando, nombrado por el PP) y el jefe de los Tedax (Juan Jes¨²s S¨¢nchez Manzano, tambi¨¦n nombrado por el PP) de haber "omitido, falseado o tergiversado la verdad ante la C¨¢mara". A su juicio, "todas las evidencias y sospechas de ocultaci¨®n, manipulaci¨®n o falsificaci¨®n de pruebas apuntan siempre en la misma direcci¨®n, hacia altos cargos del Ministerio del Interior".

En definitiva, Zaplana acus¨® a Rubalcaba de "tener una responsabilidad directa en la debilidad de la instrucci¨®n del sumario". Para demostrarlo no dud¨® en descalificar investigaciones elaboradas cuando ¨¦l era ministro y su compa?ero en la bancada popular, ?ngel Acebes, titular de Interior. A vuelapluma volvi¨® a pasear la mochila de Vallecas, la Renault Kangoo, el Skoda Fabia, las escuchas suspendidas a Jamal Ahmidan, El Chino, el robo de un coche por parte de ETA en Avil¨¦s... Todo ocurrido, menos el hallazgo del Skoda, mientras Zaplana era miembro del Gobierno.

Rubalcaba inici¨® su r¨¦plica con un recuerdo a las v¨ªctimas y pas¨® al ataque. "Hoy comparece este Gobierno una vez m¨¢s para explicar qu¨¦ se hizo bajo el mandato del Gobierno anterior", dijo tras recordar que, a¨²n con Acebes en Interior, ocurrieron el 11-M y los hechos conexos, se hizo el grueso de las pesquisas (la tesis inicial no ha cambiado) y hubo 42 arrestos. "Eso permiti¨® decir al se?or Acebes que el n¨²cleo central que perpetr¨® la masacre est¨¢ detenido o muerto en suicidio. Ten¨ªa raz¨®n".

El ministro subray¨® la paradoja de que "quienes mandaban en el Ministerio del Interior desacrediten la tarea de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, incluso la de los profesionales que entonces las mandaban". Rubalcaba cree que eso tiene dos explicaciones. La "suave" es que el PP cree "que les ocultaron pruebas de que era ETA". La "m¨¢s siniestra" es que "hubo una conspiraci¨®n para echarlos del poder con el PSOE al frente". Ninguna de las dos, sostuvo, son posturas que pueda mantener "un partido responsable".

Rubalcaba asegur¨® que esta actitud del PP en el Congreso ni siquiera obedece a una b¨²squeda de la verdad, "Ustedes lo hacen por orden de quien manda en su partido, que no se sienta en la calle de G¨¦nova [sede del PP]", en referencia al director de El Mundo, Pedro J. Ram¨ªrez. El ministro descalific¨® a dos de los ¨²ltimos entrevistados por este diario, el acusado de 192 asesinatos Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras y el ex mercenario Francisco Javier Lavandera, amigo de una diputada del PP y cuyo libro de memorias ha escrito un periodista del citado diario.

Fue entonces cuando Rubalcaba calific¨® de "delirio" la tesis popular y acus¨® a ese partido de montar "una guerra de mentiras", de "intrincadas teor¨ªas conspirativas" para "evitar que se llegue a la verdad". "S¨®lo quieren tapar sus verg¨¹enzas, porque s¨ª hubo una conspiraci¨®n", concluy¨®: "La que protagonizaron ustedes para intentar enga?ar a los espa?oles".

Zaplana le replic¨® fiero. Volvi¨® a defender que su Gobierno dijo la verdad y volvi¨® a acusar a Rubalcaba de no querer decir la verdad. "Si no tienen nada que ocultar ni ninguna responsabilidad, ?por qu¨¦ tienen esos nervios?", pregunt¨® Zaplana. ?ste cit¨® las investigaciones a¨²n abiertas del 11-S (sin detenidos) y del 7-J de Londres, para, por fin, mentar a los GAL: "Hoy hacen lo mismo que en otras ¨¦pocas, cuando dijeron que no se pod¨ªa demostrar la verdad de nada y se demostr¨®, para desgracia de ustedes y de la sociedad".

Rubalcaba, al contestarle, subray¨® c¨®mo el PP cambia de teor¨ªa cada vez que se le agota la anterior, y c¨®mo de ETA ha pasado por los servicios secretos marroqu¨ªes o franceses, una conspiraci¨®n montada por miles de mentes criminales, o un golpe de Estado. Para ello, dijo, no ha dudado en "glorificar a algunos miserables" y en hacer "el favor m¨¢s grande a las tesis de la defensa de la historia de la justicia espa?ola". Y aclar¨® que ni en EE UU ni en Reino Unido, donde tambi¨¦n hay teor¨ªas conspirativas, ning¨²n partido someter¨ªa al Parlamento "al bochorno que son sus delirios", algo que no dud¨® en calificar de "inmoral".