El secreto de Schopenhauer

Autor de dos novelas poco conocidas aunque celebradas por la cr¨ªtica, Lesbia m¨ªa (Seix Barral), sobre la vida y amores del poeta Catulo, y La encina de Mario (Ediciones Cl¨¢sicas), una "autobiograf¨ªa" de Cicer¨®n, el escritor barcelon¨¦s Antonio Priante (1939) -estudioso del Derecho y las Lenguas Cl¨¢sicas, adem¨¢s de traductor de m¨¢s de veinte libros- presenta ahora un rotundo relato largo basado en la vida y el car¨¢cter del exc¨¦ntrico fil¨®sofo alem¨¢n decimon¨®nico Arthur Schopenhauer, a cuya cabeza y pluma debemos ese gran ¨¦xito de ventas filos¨®fico titulado El mundo como voluntad y representaci¨®n. Schopenhauer se jact¨® de que en esta su "obra capital", de 1819 -¨¦l contaba treinta a?os-, revelaba "la clave para desentra?ar el misterio de la existencia". Desde su juventud estuvo convencido de ser un genio del pensamiento, pero la fama y el p¨²blico no le sonreir¨ªan hasta avanzada edad. Esto y otras circunstancias -su soledad absoluta, por ejemplo- le agr¨ªan el car¨¢cter hasta el punto de que su figura pasar¨¢ a la posteridad como estereotipo del sabelotodo perpetuamente enfurru?ado, con el sambenito, adem¨¢s, de pesimista, conservador, mis¨®gino, engre¨ªdo y orgulloso; si bien, sus defensores -entre ellos, Nietzsche- lo encumbraron como fustigador moral de elegante estilo y envidiable claridad de pensamiento.

Priante nos sit¨²a en la que iba a ser la ¨²ltima noche de la vida de este gran pensador, muerto repentinamente la ma?ana del 21 de septiembre de 1860, con 72 a?os. En un convincente mon¨®logo dirigido a su perrito de aguas, al que el fil¨®sofo apreciaba m¨¢s que a los "tarugos humanos" o "simples b¨ªpedos", Schopenhauer rememora los avatares de su vida, consagrada a la ardua tarea de pensar y transmitir lo pensado. Y aqu¨ª es donde el autor demuestra su maestr¨ªa al hilvanar con sutileza las an¨¦cdotas y peripecias de esta "vida de fil¨®sofo", de manera tan natural y convincente que el personaje Schopenhauer se torna cre¨ªble, semejante a un regio actor en el papel de s¨ª mismo. La elegancia del estilo de Priante entona con la del discurso del fil¨®sofo, casa con la mesura ¨ªntima de la narraci¨®n que fluye sin estridencias y nunca decrece en intensidad. Con breves pinceladas pinta asimismo el ambiente adecuado para las confidencias: la brisa nocturna, la luz tenue de la buj¨ªa; todo cuadra en esta peque?a obra de arte, bien trabada y construida, sin sobrecarga ni fatiga para el lector.

?Y Goethe? Pues, como indi

ca el t¨ªtulo, desempe?a una funci¨®n principal en este espl¨¦ndido relato, igual que en la vida del adusto fil¨®sofo. Aunque aparece de manera fugaz a trav¨¦s del recuerdo, su figura omnipotente, leitmotiv de la trama, aporta una hip¨®tesis redonda con la que Priante ilumina aspectos del alma secreta de Schopenhauer, un hombre, en suma, quiz¨¢ no tan "pesimista", una persona algo m¨¢s que com¨²n, pero con los mismos deseos de casi todos sus cong¨¦neres: obtener cari?o y atenci¨®n. Aunque el autor se atiene con fidelidad a la biograf¨ªa del fil¨®sofo, muy acertado es un episodio "inventado": el di¨¢logo de Schopenhauer con Eckermann, digno de figurar en su antolog¨ªa de conversaciones reales. Magn¨ªfica es tambi¨¦n la breve exposici¨®n de la metaf¨ªsica, ¨¦tica y est¨¦tica schopenhauerianas. Pero el relato no trata de filosof¨ªa, sino de la vida en general de un gran creador, de las ilusiones y el tiempo que pasa, del reconocimiento y el amor; es decir, de lo esencial.

Schopenhauer nunca quiso escribir una autobiograf¨ªa; sostuvo, sin embargo, que s¨®lo un artista o un poeta podr¨ªa describir su vida de manera que quedase como la expresi¨®n m¨¢s fiel de la "Idea del hombre filos¨®fico"; Antonio Priante logra algo parecido, y de forma tan amena como singular.