Ana Torroja revive el Madrid de los ochenta
La cantante repas¨®, en un concierto multitudinario, lo mejor de Mecano
Por un momento Madrid parec¨ªa un revival del 86. En una ciudad devastada por la obra continua de Gallard¨®n, un doble atasco interminable alcanzaba a la misma hora a una orda de espectadores a dos citas de signo completamente opuesto. Por un lado estaban los que iban a la Fiesta del PCE, armados de bolsas por las que asomaban botellas de licores diversos e incluso mantas - resulta novedoso esto de pasar la noche en la fiesta de un partido pol¨ªtico-. Los otros, sin duda m¨¢s finos, iban en procesi¨®n para o¨ªr y contemplar a, con permiso de Alaska, quiz¨¢ el personaje musical m¨¢s representativo de la d¨¦cada de los ochenta. El tour 2006 La fuerza del destino, que hab¨ªa llevado a la Torroja por 42 localidades espa?olas, recalaba por fin en la ciudad en la que naci¨® la cantante. El grueso del repertorio lo constitu¨ªa lo mejor de la obra de los dos hermanos Cano, que hall¨¢banse como espectadores tratando de pasar desapercibidos en el concierto. Con una puesta en escena impresionante, para lo que suele ser la media habitual en un espect¨¢culo espa?ol de pop en vivo, Ana Torroja demostr¨® de sobra que quien tuvo, retuvo. Arrancaba, plet¨®rica de voz, con una bella figura y un atav¨ªo que rememoraba el viejo y querido plexigl¨¢s de los a?os ochenta, nada menos que con Hoy no me puedo levantar. Quien se levant¨® y no par¨® de batir palmas y corear todas las letras, fue un p¨²blico absolutamente entregado a un repertorio hist¨®rico. La cantante agradeci¨® la calurosa recibida, y expres¨® que para ella era un honor tocar ante sus paisanos.
La puesta en escena
En el escenario, una plataforma sobre la que se hallaban subidos el bater¨ªa y el teclista serv¨ªa tambi¨¦n de fondo de proyecciones, mientras abajo Ana, junto a dos excepcionales coristas y varios m¨²sicos de cuerda, entre los que destacaba el bajista y director musical Mikel Irazoki, y el veterano guitarrista Pedro Andrea, conduc¨ªa con mano sabia y tono c¨¢lido una lista de canciones que ganaban con la potencia del sonido, mucho m¨¢s potente que el de Mecano. Algunos de los mejores momentos correspondieron a la ejecuci¨®n de Cruz de navajas, Aire, La fuerza del destino e Hijo de la luna, en la que prest¨® su colaboraci¨®n pl¨¢stica el bailar¨ªn Rafael Amargo. Despu¨¦s la cantante atac¨® otra tanda de ¨¦xitos con otro vestuario, esta vez una falda muy corta que dejaba a la vista sus admirables piernas. Desde lejos ten¨ªa un no s¨¦ qu¨¦ de Concha Velasco que revelaba que la Torroja ha madurado bien. Salvando las distancia y a¨²n a riesgo de que los puristas arrojen piedras a este cr¨ªtico, podr¨ªa compar¨¢rsela con una Liza Minelli a la espa?ola, una int¨¦rprete bregada con fuerza y sensibilidad que, sin embargo, tiene como lo mejor de su repertorio s¨®lo las canciones de Mecano, aunque temas como Duele el amor, hablan de que si da con el autor de canciones adecuado, a¨²n podr¨¢ ofrecer grandes espect¨¢culos con repertorio nuevo durante muchos a?os. En cualquier caso, fue un espect¨¢culo agradable de ver y que content¨® a las varias generaciones de espectadores que una vez m¨¢s no fallaron a la Torroja.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.