Entre olivares y pinares

En plena serran¨ªa de Ronda, el matrimonio formado por los holandeses Tina y Pom Piek regenta desde hace una d¨¦cada un peque?o hotel con encanto surgido de la restauraci¨®n de una almazara del siglo XVIII. Su anterior negocio de importaci¨®n de muebles indonesios ha servido para ambientar la casa con madera de teca y otros elementos de estilo colonial. Todas las habitaciones atesoran una terraza orientada al sur y una chimenea de le?a, lo que hace m¨¢s agradables las veladas de oto?o en la sierra, especialmente si se reserva la n¨²mero 7, un d¨²plex con dos piezas comunicadas por una escalera de caracol y terrazas asomadas al olivar que rodea la almazara a lo largo y ancho de 10 hect¨¢reas. O la junior suite, con vistas al jard¨ªn y a la piscina. M¨¢s lujosas, las suites 1 y 2 gozan de un jard¨ªn propio y un ba?o de tama?o regio. Muy cerca del hotel existe una peque?a casa de alquiler habilitada como spa y ba?o ¨¢rabe para 12 personas en seis habitaciones dobles, abrazadas por un pinar de nueve hect¨¢reas que mira a la sierra de las Nieves. En verano, el desayuno se toma bajo el porche, frente a una piscina. De ciento en viento, se organizan jornadas que incluyen cursos de pintura, bailes de flamenco y catas de vinos como los de los cortijos alrededor de Ronda.