La incombustible vigencia de 'la diosa'
Gran ¨¦xito de la exposici¨®n en Par¨ªs de las ¨²ltimas fotograf¨ªas que le hicieron a Marilyn Monroe antes de su muerte
El mito sigue vivo y bien. Basta acudir al museo Maillol de Par¨ªs donde se exponen, hasta el pr¨®ximo 30 de octubre, 59 fotograf¨ªas de Marilyn Monroe tomadas por Bert Stern en el que ser¨ªa el ¨²ltimo reportaje fotogr¨¢fico de la actriz, fallecida el 5 de agosto de 1962, con 36 a?os. Un d¨ªa antes hab¨ªa comenzado una segunda sesi¨®n con Stern, ante las quejas de los editores de la revista Vogue, que consideraron inadecuadas unas fotograf¨ªas que revelaban a Marilyn desnuda detr¨¢s de gasas o foulards.
La exposici¨®n est¨¢ obteniendo un gran ¨¦xito, hijo tambi¨¦n de la globalizaci¨®n que ha acabado con los referentes locales. En su d¨ªa, en vida de Marilyn, Francia ten¨ªa sus propios mitos er¨®ticos, desde la ingenua perversa que era la mujer-ni?a Brigitte Bardot a las llamadas Venus de bolsillo como Fran?oise Arnoul o Pascale Petit pasando por la madurez fr¨ªa y elegante de Michele Morgan, como ten¨ªa sus despampanantes mitos la Italia de la Pampanini, la Loren, la Lollo, la Mangano, es decir, todas esas chicas con un busto tan generoso como el de Jane Russell o Marilyn. Ahora es la ¨¦poca de mitos fast food, mundiales, digeridos en apenas unos meses.
?Son buenas las fotos del mus¨¦e Maillol? S¨ª y no. S¨ª, porque es imposible que no haya ninguna buena despu¨¦s de tirar 2571 fotograf¨ªas de la c¨¦lebre sesi¨®n, No, porque su ¨²nico m¨¦rito real es el del testimonio, el ser The last picture show, que el modelo sea ella y no una vecina de buen ver que luego ha envejecido y ya no posa para los calendarios de camionero.
Marilyn, el mito, trasciende el trabajo de Bert Stern, un especialista en retratar estrellas que sabe que su ¨²nico m¨¦rito -?y no es peque?o!- pasa por lograr que ella pose desnuda, desnuda de nuevo desde aquella lejana sesi¨®n en la que Tom Kelley la capt¨® sobre un fondo de terciopelo rojo.
Para el espectador del 2006 que Marilyn se desnude no tiene ning¨²n inter¨¦s. Lo que nos impresiona es que vemos c¨®mo se emborracha, c¨®mo sus ojos dejan de fijarse en un punto concreto, como sus m¨²sculos se relajan bajo el efecto del alcohol y las pastillas. Es un documental sobre una persona que quiere borrarse a base de exhibirse.
John Huston se?alaba que el cine y el psicoan¨¢lisis nacieron el mismo a?o. En 1962, ella estaba analiz¨¢ndose bajo el control del freudiano doctor Ralph Greenson. No consta que ¨¦l le descubriese gran cosa a la actriz, pues ni tan s¨®lo llego a relacionar su frigidez con el deseo frustrado de tener hijos. Tampoco Stern nos descubre nada nuevo, como no sea la calidad melocotonosa de la piel de la estrella. En definitiva, si se quiere saber algo de Marilyn lo mejor es recurrir a la ficci¨®n, volver a verla en Con faldas y a lo loco, lo que no deja de ser normal en un pa¨ªs en el que desde hace muchos a?os el cine -o la televisi¨®n, o Internet, o...- ocupa el lugar de la realidad. Y si no que le pregunten a Bush por qu¨¦ se disfraza de piloto de cazabombardero.
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