Del consenso, a los informes con votos discrepantes

El Tribunal Vasco de Cuentas P¨²blicas carece, despu¨¦s de 18 a?os de existencia, de un reglamento de funcionamiento interno, a pesar de que est¨¢ previsto en la ley que lo instituy¨® y lo regula, aprobada en 1988. Abordar su elaboraci¨®n ahora podr¨ªa servir, a juicio de algunos consejeros, como v¨ªa para zanjar las diferencias existentes en su seno. En su actual configuraci¨®n, el Tribunal registra por primera vez en su historia una mayor¨ªa de consejeros nombrados por los partidos del Gobierno. Su mandato no expira hasta 2009 y no se puede renovar anticipadamente.

Quienes abogan por elaborar el reglamento pendiente piensan que ser¨ªa un modo de establecer unas normas consensuadas de funcionamiento que eviten los enfrentamientos en su seno y con el Parlamento, evitando que la imagen del ¨®rgano fiscalizador siga sufriendo y deterior¨¢ndose su credibilidad.

En la ¨²ltima renovaci¨®n, la presidencia, vicepresidencia y secretar¨ªa general quedaron por primera vez en las mismas manos, las del PNV. Este control, a juicio de la oposici¨®n, escora inevitablemente la acci¨®n del Tribunal a favor no s¨®lo del Gobierno, sino de las instituciones y organismos en manos de ese partido que el tribunal debe fiscalizar. La ley de 1988 se?ala en su articulo 21 que corresponde al pleno del ¨®rgano auditor aprobar su reglamento interno. Pero, hoy por hoy, ninguno de los equipos que han gobernado el organismo, encabezados sucesivamente por Milagros Garc¨ªa Crespo, Juan Luis Laskurain, Rafael Iturriaga y Mar¨ªa Asunci¨®n Macho, ha impulsado su elaboraci¨®n. Tal vez porque el consenso ha presidido hist¨®ricamente la labor del Tribunal, cuyos informes se aprobaban por consenso y rara vez registraron votos particulares.

Esta din¨¢mica se ha roto en el ¨²ltimo per¨ªodo y lo que pr¨¢cticamente se ha convertido en norma es lo contrario: que el ¨®rgano auditor saque adelante sus informes por mayor¨ªa, con los votos de los consejeros de los dos grupos nacionalistas del Gobierno (Ezker Batua renunci¨® al que le correspond¨ªa y lo cedi¨® al PNV) mientras los propuestos por la oposici¨®n dejan sentadas su discrepancia a trav¨¦s de votos particulares.

As¨ª las cosas, hay ahora quien entiende que la redacci¨®n de ese reglamento interno podr¨ªa servir para acordar y regular algunos aspectos que est¨¢n puestos en cuesti¨®n, sin necesidad de recurrir a una reforma de la ley, que siempre puede resultar m¨¢s conflictiva y dif¨ªcil de consensuar.