Lo que el mar oculta
Oceana localiza un bosque de corales y gorgonias en aguas de Almer¨ªa
Aunque en numerosos puntos del litoral andaluz se presupone la existencia de valiosos ecosistemas sumergidos, no es f¨¢cil acceder a esta parcela, oculta, del patrimonio natural, documentar su estado de conservaci¨®n y neutralizar as¨ª las posibles amenazas que pudieran hipotecar su futuro.
Una expedici¨®n de la organizaci¨®n conservacionista Oceana, con la colaboraci¨®n de la Fundaci¨®n Biodiversidad, localiz¨®, a comienzos del pasado mes de agosto, un aut¨¦ntico bosque de corales y gorgonias en la cima de una peque?a monta?a submarina situada a tan s¨®lo 12 millas (algo m¨¢s de 22 kil¨®metros) de la costa almeriense. Con la ayuda de un robot (ROV), que incorporaba c¨¢maras de v¨ªdeo, se pudo examinar una superficie de m¨¢s de un kil¨®metro cuadrado a profundidades que oscilaron entre los 75 y 240 metros, inalcanzables para los buceadores.
El enclave, conocido como Seco de los Olivos, forma parte del Macizo de Chella y se sab¨ªa de su importancia para algunos mam¨ªferos marinos protegidos, como el delf¨ªn mular o el calder¨®n com¨²n, especies que suelen frecuentar estas aguas. Ahora, adem¨¢s, se ha podido certificar la existencia de una gran variedad de formas de vida asociadas a estos fondos, algunas de ellas citadas por vez primera en el litoral almeriense.
Aunque pertenezcan al reino animal, las colonias de corales, que re¨²nen un buen n¨²mero de especies diferentes, presentan un aspecto arbustivo y unas formas ramificadas, de manera que, en casos como ¨¦ste, se les denomina bosque o jard¨ªn. Este paisaje se completa con extensas praderas de ma?rl (algas rojas con una estructura calc¨¢rea muy parecida a la de los corales) y, al amparo de todas estas formaciones, se desarrolla una importante comunidad de peces, crust¨¢ceos, moluscos o esponjas, entre las que no faltan variedades de gran valor comercial como langostas, salmonetes o pulpos.
Si bien la abundante informaci¨®n recopilada a¨²n se est¨¢ evaluando, y las doce horas de filmaci¨®n que llev¨® a cabo el ROV ya se han puesto a disposici¨®n de la comunidad cient¨ªfica para llevar a cabo an¨¢lisis m¨¢s detallados, el director de Oceana para Europa, Xavier Pastor, no duda en asegurar que los resultados preliminares de esta expedici¨®n "son espectaculares, ya que pocos lugares en nuestras aguas tienen esta biodiversidad e importancia". Por este motivo, a?ade, "confiamos en que el Gobierno espa?ol, con estas pruebas en sus manos, act¨²e r¨¢pidamente y proteja la zona como se merece".
Lo que inquieta a los conservacionistas es la intensa actividad humana que se registra en el Macizo de Chella, ya que ¨¦stos son fondos muy atractivos para los barcos de pesca y, de hecho, el radar del buque de Oceana y las c¨¢maras del ROV sirvieron para confirmar la existencia de marcas ocasionadas por la actividad, destructiva, de los arrastreros que, en algunos casos, pueden llegar a abrir surcos de hasta 30 cent¨ªmetros de profundidad. Adem¨¢s se encontr¨® una apreciable cantidad de basura y numerosas artes de pesca extraviadas, a raz¨®n, como media, de una cada cincuenta metros. En definitiva, explica Ricardo Aguilar, director de investigaci¨®n de Oceana, "es un ¨¢rea muy castigada, pero todav¨ªa pueden encontrarse algunas especies interesantes".
Otras organizaciones conservacionistas, como Alnitak o la Sociedad Espa?ola de Cet¨¢ceos, ya ven¨ªan trabajando en este sector del litoral andaluz debido a la abundancia de delfines que aqu¨ª se registra, motivo por el que hab¨ªan reclamado, a las distintas administraciones, alguna figura de protecci¨®n aplicable a estas aguas que, adem¨¢s, deber¨ªan estar incluidas en la propuesta de LIC (Lugares de Inter¨¦s Comunitario) que Espa?a debe remitir a las autoridades de Bruselas.
sandoval@arrakis.es
Geolog¨ªa submarina
Las monta?as y ca?ones submarinos son formaciones particularmente vulnerables a los arrastreros de fondo. Las primeras, al igual que ocurre con los corales, concentran una rica biodiversidad, como se ha demostrado en el Seco de los Olivos, y los segundos desempe?an una funci¨®n insustituible ya que conducen los aportes de materia org¨¢nica desde las aguas superficiales, y la plataforma continental, hasta las profundas llanuras abisales. Los ca?ones act¨²an as¨ª como fertilizadores de numerosos ecosistemas y en ellos completan su ciclo algunas especies de inter¨¦s comercial como las gambas rojas o las anchoas.
Por este motivo, hace tiempo que el Fondo Mundial para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (WWF) solicit¨® la protecci¨®n expresa, en aguas espa?olas, de algunas de estas formaciones geol¨®gicas profundas. En concreto, esta organizaci¨®n considera que existen al menos 14 zonas que deber¨ªan mantenerse a salvo de cualquier perturbaci¨®n. Cuatro de ellas se encuentran vinculadas a las costas del sur peninsular, lo que convierte a Andaluc¨ªa en la comunidad aut¨®noma que re¨²ne un mayor n¨²mero de monta?as y ca?ones submarinos dignos de protecci¨®n.
En la propuesta del WWF se incluyen todos los restos volc¨¢nicos submarinos y monta?as del mar de Albor¨¢n y, en concreto, las formaciones conocidas como Placer de las B¨®vedas (frente a la localidad malague?a de San Pedro de Alc¨¢ntara), Macizo de Chella (entre Punta Carchuna y Punta Sabinal, en la fachada litoral de Granada y Almer¨ªa), monte de Djibouti y cresta de Albor¨¢n. La desprotecci¨®n de estos enclaves es tan evidente que algunos de ellos son conocidos, sobre todo, por las excursiones de buceo que, sin demasiadas precauciones, organizan diferentes empresas de turismo subacu¨¢tico.
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