Eto'o resuelve tambi¨¦n en Santander

Con una suficiencia abrumadora, el Bar?a pas¨® por El Sardinero y se llev¨® su tercera victoria consecutiva en la Liga, lo que no suced¨ªa desde que mandaba Van Gaal (1999-2000). El Racing amenaz¨® con Zigic, el delantero gigante del campeonato, pero apenas present¨® resistencia. Su juego s¨®lo le permiti¨® tutear a los azulgrana durante los primeros 15 minutos, pero se desplom¨® como un castillo de naipes cuando el insaciable Eto'o marc¨® en el momento en el que se deciden los partidos. Dominando el encuentro y el bal¨®n, el Bar?a apenas tuvo rival y s¨®lo pec¨® de falta de punter¨ªa: le cost¨® cerrar el marcador hasta que Giuly meti¨® en los minutos finales un golazo y Ronaldinho marc¨® de penalti con Melo de portero por expulsi¨®n de To?o porque Portugal, el t¨¦nico del equipo c¨¢ntabro, ya hab¨ªa realizado los tres cambios permitidos. La ilusi¨®n del Racing, que s¨®lo aguardaba un milagro, se fue finalmente al traste.

El gol del camerun¨¦s desquici¨® al equipo local, que tuvo sus ocasiones al inicio del encuentro

La salida de Giuly sentenci¨® el partido a favor de los azulgrana, que cuentan tres triunfos

El Bar?a tiene en Eto'o a un jugador impagable. Quiz¨¢ no tiene el glamour ni el arte ni el aura de Ronaldinho, pero su eficacia en el ¨¢rea es devastadora. Su arranque en esta Liga es espectacular: lleva cuatro goles en tres partidos. Ayer volvi¨® a marcar justo cuando los azulgrana m¨¢s lo necesitaban. Les suele pasar en campo contrario: empiezan los partidos con lentitud, con pocas ideas y a la velocidad de una tortuga. No sucedi¨® eso con el Racing, que se plant¨® bien en el campo, presion¨® y jug¨® con verticalidad. Ilusionado con el debut de Zigic, el equipo de Portugal ahog¨® la zona de creaci¨®n del Bar?a y jug¨® con alegr¨ªa ante la algarab¨ªa de la grada. Tuvo el Racing tres ocasiones claras, tres oportunidades de todos los colores, en el inicio del partido: primero, Rub¨¦n cabece¨® a bocajarro; Cristi¨¢n ?lvarez envi¨® despu¨¦s al palo, y Melo culmin¨® un contragolpe.

Vald¨¦s contrarrest¨® bien ese tr¨ªo de oportunidades. Justo lo contrario de lo que le sucedi¨® a To?o. No hab¨ªa hecho nada el Bar?a hasta entonces cuando lleg¨® un bal¨®n a los pies de Eto'o. Voraz como pocos, el camerun¨¦s, desde 25 metros, no se lo pens¨® dos veces: lanz¨® un potente chut que se col¨® entre las piernas del portero del Racing para irritaci¨®n de la hinchada. Hasta en eso tiene el Bar?a la suerte de los campeones. El actual pichichi se fue corriendo al banquillo en busca de Rijkaard para celebrar el gol que meti¨® al Bar?a de cabeza en el partido.

As¨ª es este equipo: se siente tan seguro de sus posibilidades, tan capaz de dominar los tiempos y las suertes del juego, que a veces da la impresi¨®n de que cambia de marcha cuando quiere. A partir de ese momento, el Bar?a empez¨® a imprimir velocidad a la bola, a triangular, a no perder la pelota y a acorralar al Racing, que acus¨® demasiado el gol sufrido. Empezaron los rondos eternos y una sucesi¨®n de toques que, sin embargo, no se transformaron en goles. To?o evit¨® que el camerun¨¦s metiera el segundo. Tuvo despu¨¦s suerte porque le pelota cay¨® a los pies de Messi, que envi¨® incomprensiblemente fuera.

Desbordado por el aluvi¨®n ofensivo, el Racing intent¨® resistir con un retoque: Portugal retir¨® a Munitis de la media punta y lo coloc¨® en la banda, el lugar donde hace m¨¢s da?o, en busca de profundidad. De Zigic, que le saca una cabeza a Puyol, apenas hubo noticias. Parec¨ªa cuesti¨®n de tiempo que el Bar?a decidiera cerrar el partido. Tuvo suerte el Racing porque Ronaldinho fall¨® dos goles que parec¨ªan cantados, Eto'o reclam¨® un penalti de Pinillos, Deco envi¨® fuera un remate sencillo y Zambrotta se equivoc¨® con un zambombazo. To?o tuvo oportunidad de redimirse de su primer error. Pero no sufri¨® apenas el Bar?a. Su defensa, que se estrenaba en esta Liga, casi se aburri¨®.

Tan claro lo debi¨® de ver Rijkaard que incluso cambi¨® a Puyol por Oleguer, recibido con un estruendoso abucheo por los aficionados c¨¢ntabros. El holand¨¦s debi¨® de lamentar las ocasiones perdidas -Aganzo estuvo a un paso de empatar- y empez¨® la rueda de cambios. Y acert¨®: Giuly marc¨® al poco de salir y Gudjhonsen, que relev¨® a Eto'o, provoc¨® el penalti que transform¨® Ronaldinho por mucho que desde la grada le llamaran feo. Y todo se acab¨® con el Bar?a cerrando otro partido con tres goles y el Racing, colista, sin puntuar, sin marcar un gol.