Insaciable Lorenzo

Por cada victoria que consigue, como el ni?o que recibe un premio despu¨¦s de comportarse debidamente tras la visita al m¨¦dico, Jorge Lorenzo saborea un chupa-chups. En Phillip Island se zamp¨® otro el mallorqu¨ªn, insaciable como est¨¢, por m¨¢s caramelos que se coma Giorgio. Ayer sabore¨® el octavo de la temporada, lo que le vali¨® para igualar el total de victorias que el a?o pasado consigui¨® Dani Pedrosa, piloto ahora de MotoGP. El r¨¦cord de triunfos en el dos y medio lo tiene a d¨ªa de hoy el alem¨¢n Anton Mang, que en 1981 cruz¨® la meta antes que nadie en diez circuitos. Las cuentas le salen a Lorenzo, deseoso tambi¨¦n de engullir ese r¨¦cord, cuando a¨²n restan tres citas para que la temporada eche el cierre en Valencia. As¨ª las cosas, y a tenor del superior rendimiento que hasta ahora ha demostrado el conjunto que forman Lorenzo y su Aprilia, los 24 puntos de ventaja que posee respecto a Andrea Dovizioso, su perseguidor en la tabla, deber¨ªan incluso aumentar de aqu¨ª al final de la temporada. M¨¢s a¨²n si se atiende al visible d¨¦ficit de potencia que demuestra la Honda del italiano, con un esqueleto que la hace m¨¢s manejable, pero menos veloz, que la Aprilia del espa?ol.

La diferencia de potencial entre ambos se puso de relieve nuevamente en la carrera de ayer. Mientras Lorenzo y Alex de Angelis se escaparon cuando hab¨ªan transcurrido diez giros, Dovi, que rod¨® en cabeza al principio, fue incapaz de seguir el ritmo que imprimi¨® el dueto de Aprilia que comandaba la prueba. Incluso la KTM del japon¨¦s Aoyama, muy veloz por otro lado, se le col¨® al italiano, que asisti¨® a la ceremonia del podio comprensiblemente malhumorado desde el taller de su equipo.

Arrastrado por el balear, De Angelis se peg¨® a ¨¦l como una garrapata, pero sin intervenir, consciente de que un exceso de arrojo de los suyos pod¨ªa dar al traste con sus aspiraciones de lograr la primera victoria en los Campeonatos del Mundo. De Angelis es un habitual de las grescas en el asfalto del mismo modo que un tiempo atr¨¢s lo era Lorenzo. Pero el espa?ol ha crecido encima de la moto y ahora s¨®lo ense?a las u?as cuando es irremediablemente imprescindible. Ayer, frente a su ¨²nico rival por el triunfo, ni lo necesit¨® el insaciable Lorenzo.

De Angelis, italiano de nacimiento, pero que compite bajo la bandera de San Marino, aguard¨® el momento justo, arm¨® su ataque a dos vueltas para el final y lo desat¨® en el ¨²ltimo momento. Peg¨® su Aprilia al col¨ªn de la de Lorenzo al entrar en el viraje a la derecha previo a la recta de meta, se coloc¨® a rebufo del mallorqu¨ªn para tratar de rebasarlo en aceleraci¨®n, enfil¨® la recta y, a mitad de su recorrido, sali¨® de la aspiraci¨®n, emparej¨® su Aprilia con la de su rival y se coloc¨® a la misma altura que Giorgio, que ni se inmut¨® y cruz¨® la meta plet¨®rico, tranquilo y confiado como nunca.

"?Qu¨¦ locura!", espet¨® Lorenzo despu¨¦s de su octava victoria de la temporada. "Ganamos por un suspiro despu¨¦s de un ritmo trepidante porque tuvimos que asumir demasiados riesgos por una mala salida. Hemos aumentado la diferencia en la general hasta casi una carrera [24 puntos], pero debemos ser humildes y seguir a tope. A¨²n puede pasar de todo", reflexion¨® Lorenzo, siempre agresivo, deseoso de volver a saborear otro caramelo el pr¨®ximo domingo en el circuito japon¨¦s de Motegi, por m¨¢s que no sea id¨®neo para sus caracter¨ªsticas. El isle?o se siente universal.