Una victoria en descenso
La bajada hacia Granada por la carretera de Sierra Nevada fue el momento decisivo del duelo Vinok¨²rov-Valverde
Y luego dicen que los descensos no sirven para nada. En su aprendizaje acelerado de los fundamentos cl¨¢sicos del ciclismo, Alejandro Valverde comprob¨®, muy a su pesar, que bajando tambi¨¦n se puede ganar. Y perder, como lo sab¨ªan Jean Robic, fr¨¢gil y ligero, que pon¨ªa bidones de plomo en su bicicleta para no quedarse atr¨¢s en los descensos, o Jacques Anquetil, que hac¨ªa trampas para poder cambiar de bicicleta y usar una m¨¢s pesada bajando.
A los antiguos, a los personajes que llevan d¨¦cadas dando vueltas alrededor del mundo de la bicicleta, les encanta contar historias. Y no falla, entre todas ellas hay alguna que se refiere a los desarrollos de la bicicleta. Todos cuentan c¨®mo en los a?os de oro, en las salidas, los directores y los mec¨¢nicos no se dedicaban ociosamente a ver c¨®mo pasa el tiempo o c¨®mo caminan las azafatas, sino que inquietos, entrometidos, no paraban de curiosear entre los coches de los equipos rivales echando un vistazo a sus bicicletas, a los desarrollos que ten¨ªan montados para la etapa que estaba por salir. As¨ª, Nemesio Jim¨¦nez, equipier del Kas en los a?os 70, siempre recuerda c¨®mo, despu¨¦s de que Oca?a arrasara a Merckx en Orci¨¨res-Merlette, para la etapa siguiente, que comenzaba con un descenso, los corredores del Molteni de Merckx hab¨ªan preparado unos desarrollos inusitados, con plato de 54 dientes, que nadie usaba. Supo entonces Nemesio que la venganza de Merckx ser¨ªa terrible, y se fraguar¨ªa en el largo descenso hacia Marsella. Y as¨ª ocurri¨®: Merckx y su equipo pillaron desprevenidos a los Bic de Oca?a, que sufri¨® un d¨ªa inesperado y empez¨® a perder el Tour del 71. La derrota final le llegar¨ªa, con tr¨¢gica ca¨ªda, en otro descenso, cuando arriesg¨® m¨¢s all¨¢ de sus l¨ªmites persiguiendo a Merckx bajo la tormenta del col de Ment¨¦.
Ech¨¢varri: "Alejandro debe aprender que hay que atar corto al rival m¨¢s peligroso"
Alejandro Valverde tambi¨¦n perdi¨® la Vuelta de 2006 en un descenso, y tambi¨¦n, como Oca?a aquel verano de 1971, en los m¨¢s de 20 kil¨®metros que llevaban de la cima de Monachil bajando por la carretera de Sierra Nevada hasta el centro de Granada, sufri¨® la ley de un rival con un desarrollo que le permit¨ªa avanzar casi medio metro m¨¢s en cada pedalada, pero de nada le habr¨ªa valido a su director darse un paseo con una lupa por entre las behaches de Vinok¨²rov y sus astanas: como observ¨® Valverde durante la etapa, el kazajo cambi¨® de bicicleta y, por lo tanto, de desarrollo, antes de la ascensi¨®n final, con su tremendo ataque en el descenso ya en la cabeza.
"Y, sin embargo, a Valverde seguro que a¨²n le ronda por la cabeza, le perturba, le interrumpe el sue?o, el recuerdo de aquel descenso", cuenta su director, Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri. "Seguro que piensa que si alarga su agon¨ªa 500 metros m¨¢s, que si en vez de sentarse y resoplar aliviado cuando alcanz¨® en el descenso al tr¨ªo Kasheckin-Vinok¨²rov-Marchante, momento que aprovech¨® Vinok¨²rov para atacar, prosigue su esfuerzo y pega su rueda delantera a la trasera de Vinok¨²rov, y que se hubiera ido quien quisiera, nada importar¨ªan desarrollos, metros o cadencias. Es una lecci¨®n que tiene que aprender bien: hay que atar corto al rival m¨¢s peligroso, nada m¨¢s".
A Vinok¨²rov, evidentemente, tambi¨¦n le siguen rondando por la cabeza, endulzando sus sue?os, las im¨¢genes de su descenso victorioso hasta el coraz¨®n de Granada, y tambi¨¦n considera que all¨ª, un mi¨¦rcoles 13 de septiembre, por lo menos, comenz¨® a ganar la Vuelta, pero no achaca tanto el ¨¦xito de la maniobra a su astucia y habilidad, a su capacidad para atacar de manera inesperada en cualquier momento, cuanto al error t¨¢ctico del Caisse d'?pargne. "Si hubieran tenido a un corredor en la fuga que iba por delante de los favoritos, como nosotros tuvimos a Paulinho, nada habr¨ªa sido posible", dijo el kazajo.
Este invierno, cuando Valverde deje reposar un poco su bicicleta, Pascale, su jefe de prensa, y otros t¨¦cnicos del equipo quieren someterlo a un cursillo intensivo de concentraci¨®n. "A veces le pasa en la bicicleta y tambi¨¦n en las conferencias de prensa, que se despista, que piensa en otras cosas", dice Pascal.
El exceso de confianza es, por supuesto, la consecuencia de lo f¨¢cil que a veces parece resultarle ganar a Valverde, como si fuera m¨¢s dif¨ªcil perder. Su manifestaci¨®n, positiva, m¨¢s espectacular en la Vuelta han sido sus habituales paseos hacia las zonas traseras del pelot¨®n para visualizar a sus rivales antes de la ascensi¨®n final. Y esa man¨ªa que parec¨ªan haber combatido con ¨¦xito sus directores le visit¨® de nuevo en la ascensi¨®n a La Pandera. Justo regresaba de uno de esos paseos cuando le atac¨® Vinok¨²rov.
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