La ¨²ltima bala
Un ¨²ltimo coletazo de vida. Eso es lo que me quedaba en la cartuchera, una ¨²ltima bala en la rec¨¢mara. Yo sab¨ªa que ah¨ª la ten¨ªa, pero tambi¨¦n sab¨ªa que recurrir a ella sin querer desperdiciarla no ser¨ªa f¨¢cil. Hab¨ªa que arriesgar mucho en la ¨²ltima curva, una herradura de 180 grados en el paseo del Prado a la que se llegaba a m¨¢s de 70 kil¨®metros a la hora. Apurar la frenada hasta el l¨ªmite, cambiar r¨¢pidamente eligiendo el desarrollo correcto para la arrancada, buscar la trazada correcta dentro del caos que ser¨ªa aquello y salir de la curva con la m¨¢xima velocidad posible. Podr¨ªa ser F¨®rmula 1 o Moto GP, salvando las distancias, pero no, es tan s¨®lo ciclismo. Despu¨¦s, tras hacer todo esto bien, me encontrar¨ªa en la situaci¨®n id¨®nea para disparar esa bala. Y luego llegar¨ªa ya lo m¨¢s dif¨ªcil, que ser¨ªa acertar en el centro; eso es lo aut¨¦nticamente complicado, no todo lo anterior.
Y en la curva todo sali¨® bien. Hab¨ªa montado en mi bicicleta un plato de 54 dientes para poder lanzarla m¨¢s f¨¢cilmente en la bajada. Luego hab¨ªa que moverlo hacia arriba, ¨¦sa era la pega. Sal¨ª de la curva bien colocado, baje un diente, luego otro, y me lanc¨¦ por la izquierda a por la victoria. Me faltaron 300 metros. Mejor dicho, me sobraron. Yo tengo una enemistad irreconciliable con los que instalan las llegadas: siempre me la ponen un poco lejos, nunca piensan en m¨ª. Bueno, casi siempre, que alguna vez hay suerte. Esta vez no pudo ser, una pena. Pero me queda el buen sabor de boca de que al menos no he malgastado esa bala. Ah¨ª qued¨®; no me la llevo para casa, aunque tengo que seguir afinando mi punter¨ªa. Otra vez ser¨¢.
Ayer era el d¨ªa -c¨®mo no- de la tradici¨®n no escrita. Paseo triunfal para el vencedor, para los vencedores. Disfrute para unos y alivio para todos los dem¨¢s. Un antiguo director m¨ªo nos dec¨ªa esos d¨ªas: paseo, paseo, s¨ª, pero al principio, que luego hay carrera y alguno tiene que ganar; as¨ª que no os relaj¨¦is en exceso, que luego va a ser peor. Y qu¨¦ raz¨®n ten¨ªa. Si las piernas duelen ya de por s¨ª, el dolor es insoportable si te relajas. Yo, que voy ya para perro viejo -si no lo soy ya-, empiezo ahora a hacer caso de esos consejos. Dado que alguno tiene que ganar, pues qu¨¦ mejor si ¨¦se soy yo, ?no?
Por cierto, tres corredores se saltaron esa tradici¨®n simplemente porque s¨ª y atacaron en la parte intermedia de la etapa para cabreo del resto. Y luego hay algunos que a¨²n se extra?an de que, cuando hay un problema de verdad -ahora abundan-, nunca haya uni¨®n. A m¨ª, con gente de ese tipo, no hay nada que me una.
Pues, nada, me despido. Un placer estas tres semanas escribiendo, no tanto pedaleando, sobre todo algunos d¨ªas concretos, aunque ahora que ha terminado todo parece m¨¢s leve. Hasta el a?o que viene. A ver si para entonces ya he conseguido recuperarme.
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