Hezbol¨¢ se viste de paisano
Los milicianos chi¨ªes del sur de L¨ªbano dejan las armas para apoyar los trabajos de reconstrucci¨®n
Los hombres de Hezbol¨¢ en la plaza central de Markaba ya no van armados ni visten uniforme de campa?a. Llevan ropa de calle, bol¨ªgrafo y papel, algunos una regleta o un comp¨¢s, y se les distingue muchas veces por su gorras amarillas, los colores de la milicia chi¨ª libanesa. Van de casa en casa, en grupos, evaluando los da?os para cifrar m¨¢s tarde la indemnizaci¨®n que le dar¨¢n a cada familia por sus p¨¦rdidas. Destrucci¨®n total: 9.000 euros. Parcial: entre 5.000 Y 7.000. S¨®lo muebles: No m¨¢s de 2.000. Lo ¨²nico que recuerda que estos chicos de entre 20 y 25 a?os estaban hace un mes enfrascados en una lucha cuerpo a cuerpo con el Ej¨¦rcito israel¨ª son sus motocicletas, su medio de transporte preferido para moverse en el frente.
Markaba est¨¢ a un tiro de piedra de la frontera con Israel y a unos 10 kil¨®metros al sur de Taib¨¦, la localidad cerca de la cual se han asentado los infantes de Marina espa?oles que el s¨¢bado desembarcaron en Tiro. Aunque las dos ciudades son bastiones de Hezbol¨¢, Markaba se lleva la palma a la hora de alardear de fanatismo. Su alcalde, Yihad Hamud, dice en perfecto ingl¨¦s: "No podemos desarmarnos, tan s¨®lo guardar las armas. Llevamos medio siglo luchando contra Israel y nuestra fortaleza y esp¨ªritu de lucha es lo ¨²nico que nos har¨¢ fuertes contra los israel¨ªes. Lo ¨²nico que ellos entienden es la fuerza". ?l es de Hezbol¨¢, el Partido de Dios, y su oficina es el centro de atenci¨®n local para los damnificados por la guerra.
Los vecinos acuden all¨ª, cuentan sus problemas, y en poco tiempo una delegaci¨®n de j¨®venes de Hezbol¨¢ los visita, eval¨²a los da?os y, en algunos casos, les dan dinero al instante. Si ese grupo no tiene dinero en efectivo para pagar en el momento, pinta con aerosol unos n¨²meros sobre cualquier trozo de pared que a¨²n pueda quedar en pie. Esas cifras, precedidas por una letra, son el dictamen pericial. A los pocos d¨ªas, un delegado de Hezbol¨¢ acudir¨¢, observar¨¢ las pintadas y, sin m¨¢s tr¨¢mite, dar¨¢ al propietario el fajo de d¨®lares correspondiente. El Gobierno liban¨¦s tambi¨¦n ha enviado sus peritos al sur del pa¨ªs y en muchas casas se ven sus marcas junto a las del Partido de Dios. Pero en el pueblo nadie dice haber recibido ayudas oficiales y dudan de que alg¨²n d¨ªa lleguen.
Maryan Foud Atwi es una de las voluntarias de Hezbol¨¢ para hacer los peritajes o cualquier tarea que se le asigne. "El trabajo es mucho, pero hasta que toda nuestra gente no tenga casa adonde volver no descansar¨¦", dice la muchacha. En la misma plaza de Markaba hay varias familias que viven en una decena de tiendas de campa?a de la ONU. Frente a ellos, est¨¢ el edificio de la Fundaci¨®n de los M¨¢rtires, un gran recinto de dos plantas di¨¢fano, ahora semidestruido por los bombardeos, que s¨®lo se utiliza para velar a los milicianos muertos en combate. All¨ª, en un altar, est¨¢ la foto de un joven muerto en la reciente guerra. Detr¨¢s, su cara se repite en un mural con los 19 m¨¢rtires locales ca¨ªdos en todas las guerras con Israel. Se calcula que unos 200 milicianos murieron en el enfrentamiento con las tropas israel¨ªes que acab¨® hace poco m¨¢s de un mes.
?Cu¨¢ntos milicianos hay en Markaba? "La resistencia no tiene n¨²meros. Hoy pueden ser 50, ma?ana 100, qui¨¦n sabe", dice el alcalde Hamud. "Lo ¨²nico que puedo decirle es que por la fuerza nunca dejaremos las armas. C¨®mo vamos a hacerlo cuando la amenaza para nuestra supervivencia sigue ah¨ª, acechando" ?Usted no cree que las fuerzas internacionales lograr¨¢n mantener la paz? "No, aqu¨ª nadie lo cree. Tarde o temprano, Israel nos atacar¨¢ otra vez, no respetan nada ni a nadie". ?La lucha pol¨ªtica no sirve de nada? Hezbol¨¢ es parte del Gobierno liban¨¦s, hay dos ministros del partido y 14 parlamentarios. "Nadie puede decir que no nos involucramos en la pol¨ªtica. Pero ni la diplomacia, ni la lucha pol¨ªtica, ni la ONU son suficientes para impedir que los israel¨ªes vengan... Y los estaremos esperando", sentencia. "Hasta entonces, usted no ver¨¢ aqu¨ª un arma, un s¨®lo gesto ofensivo. Simplemente nos ver¨¢ trabajando para el bienestar de la gente", a?ade.
S¨®lo unos 2.000 vecinos han vuelto tras el alto el fuego de los casi 9.000 censados en el municipio. La aviaci¨®n y el Ej¨¦rcito israel¨ª destruyeron 160 casas y dejaron muy da?adas otras 600, seg¨²n el alcalde. Aparte del miliciano, una veintena de personas m¨¢s murieron durante la guerra, aunque nadie en el pueblo se pone de acuerdo en la cifra definitiva. Markaba todav¨ªa huele a chamusquina, en los alrededores de la ciudad a¨²n pueden verse los c¨ªrculos de tierra quemada por los lanzamientos de cohetes Katiusha sobre Israel y alg¨²n joven que mira desafiante desde su moto. Le bastar¨¢ un mensaje de m¨®vil para ir a por el fusil y unirse a su unidad de combate. El ¨²nico sonido que irrumpe en la tarde es el de un caza de la aviaci¨®n israel¨ª que peina la frontera.
La Legi¨®n llega a Beirut
La avanzadilla de la Brigada de la Legi¨®n, que en noviembre tomar¨¢ el relevo en L¨ªbano a la Infanter¨ªa de Marina, desembarc¨® ayer en el puerto de Beirut. Casi 80 militares y 22 veh¨ªculos atravesaron las calles de la capital libanesa para dirigirse a Taib¨¦, junto a la frontera israel¨ª, donde se est¨¢n instalando los marines. El jefe de la unidad, el coronel ?ngel ?lvarez, expres¨® su confianza en que "el presidente Chirac yerre en sus apreciaciones", en alusi¨®n a la conversaci¨®n privada con Zapatero, en la que el pol¨ªtico franc¨¦s
pronosticaba un deterioro de la situaci¨®n en L¨ªbano en los pr¨®ximos meses, cuando Hezbol¨¢ se recupere de los da?os sufridos en la guerra.
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