Saroyan se va a la guerra
En una edici¨®n de Jos¨¦ Jan¨¦s que reun¨ªa varias obras de Saroyan, le¨ª hace tiempo Las aventuras de Wesley Jackson. Cada palabra de este libro me pareci¨® verdad entonces, y ahora me lo sigue pareciendo, salvadas las distancias y con la ventaja de una buena traducci¨®n. Aupado a la fama en los a?os cincuenta, el escritor nacido en California de padres armenios fue uno de esos profetas de la adolescencia literaria que dejan una prole de lectores fascinados. Porque Saroyan escribe sin inhibiciones ni artificio desde un estado donde todo son expectativas y nada se da por supuesto para mostrarnos con ternura y realismo lo que hay m¨¢s all¨¢. Y m¨¢s all¨¢ est¨¢ la guerra. Y la amistad, el amor y la muerte. Singular equilibrista de la literatura, William Saroyan (1908-1981) despach¨® la novela en pocas semanas de 1944, en el Savoy londinense (era adicto a los hoteles caros y al juego, sus mejores historias las escribi¨® en una lujosa suite justo despu¨¦s de perder hasta la camisa), mientras serv¨ªa en el Ej¨¦rcito americano. Ten¨ªa un hijo con la mujer de quien se divorciar¨ªa dos veces, y le hab¨ªan prometido un largo permiso en Nueva York con la familia si escrib¨ªa una buena historia sobre un soldado americano en Londres. Pero no les dio lo que quer¨ªan, de ning¨²n modo. Saroyan s¨®lo escrib¨ªa de lo que sab¨ªa y era verdad en su conciencia. Para ¨¦l, un escritor es "un anarquista espiritual, como en el fondo lo es cualquier persona. Nunca camina con la multitud ni vitorea con ella. El escritor que es un escritor es un rebelde que nunca se detiene".
LAS AVENTURAS DE WESLEY JACKSON
William Saroyan
Traducci¨®n de Jordi Mart¨ªn
El Acantilado. Barcelona, 2006
392 p¨¢ginas. 21 euros
Wesley Jackson se alista en
el Ej¨¦rcito que va a ganar la II Guerra Mundial y all¨ª se da cuenta de que es en todo un tipo como los dem¨¢s, menos en que lo que escribe concierne a sus semejantes. Tiene algo que decir y sabe decirlo. El Ej¨¦rcito no le gusta, lo encuentra est¨²pido y corrompido. Le duele mentir y tiene ilusiones: la de la amistad que dura toda la vida, la del amor que convierte a las personas en mortales y que perpet¨²a la vida. Wesley es feo, aunque sus cualidades le transformar¨¢n. Cada vez que oye tararear su canci¨®n preferida, Valencia, sabe que anda por el buen camino. Wesley nos va contando c¨®mo es la guerra (una chapuza, una estupidez), c¨®mo son sus compa?eros, por qu¨¦ su padre anda perdido, de qu¨¦ manera melodram¨¢tica encuentra a su chica en Picadilly Circus y se casa con ella. Tiene miedo a morir y al mismo tiempo verg¨¹enza de estar en la retaguardia sirviendo a esnobs que jam¨¢s se pondr¨¢n en peligro.
Lo mejor de esta novela es la voz llana y firme que cuenta algo que quieres saber c¨®mo contin¨²a. Quiz¨¢ no haya argumento ni s¨®lida estructura narrativa excepto el mismo flujo de la vida. Quiz¨¢ a veces fatigue el entusiasmo ret¨®rico. Pero mantiene el inter¨¦s. Narra con sutileza los bombardeos de Londres y la invasi¨®n. El ambiente picaresco se suaviza con un trascendente tono l¨ªrico. Saroyan revela en el personaje de un soldado que odia su papel el dilema del individualismo mesi¨¢nico yanqui. Con ¨¦l atisbamos las ra¨ªces del American Dream, de sus pesadillas, y empezamos a entender por qu¨¦ los americanos, como observa Wesley, parecen siempre tranquilos y en realidad est¨¢n muy nerviosos.
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