El viaje al centro de David Cameron resucita a los conservadores brit¨¢nicos
Un a?o despu¨¦s de cambiar de l¨ªder, los 'tories' superan al laborismo en las encuestas
David Cameron, l¨ªder del Partido Conservador brit¨¢nico desde hace menos de un a?o, ha conseguido arrastrar al partido hacia el centro pol¨ªtico, romper los viejos moldes thatcheristas y convertirlo en una alternativa cre¨ªble frente al Partido Laborista, dominador de la escena pol¨ªtica en las ¨²ltimas tres legislaturas. Aunque a¨²n est¨¢ por ver que los sectores m¨¢s tradicionalistas acepten ese viaje al centro a la hora de plasmarlo en ofertas de pol¨ªticas concretas, Cameron ha logrado poner a los tories al frente de las encuestas y darles moral de victoria.
"Esa gente se detesta", afirma Richard Spring, diputado conservador en los Comunes. Spring se refiere a Tony Blair y a Gordon Brown. Subido tres pelda?os por encima del suelo en un elegante ¨¢tico del barrio de Pimlico, en Londres, el diputado arenga brevemente a un grupo de militantes y simpatizantes reunidos all¨ª a ¨²ltima hora de la tarde de un d¨ªa cualquiera con el objetivo de aumentar la militancia tory. "Es algo que jam¨¢s se hab¨ªa visto en la pol¨ªtica brit¨¢nica y que est¨¢ afectando al Gobierno", se explaya. "Pero el Partido Conservador est¨¢ floreciendo no s¨®lo por los problemas de los laboristas, sino por la llegada de David Cameron, que le est¨¢ dando nuevas esperanzas", sintetiza al final de su intervenci¨®n, invitando a los indecisos a darse de alta en el partido.
Los 'tories' empiezan a creer en la victoria por primera vez desde que perdieron en 1997
El partido sit¨²a el medio ambiente y los servicios p¨²blicos en el centro de su agenda
Las palabras de Spring y el ambiente relajado y optimista de la reuni¨®n reflejan muy bien el cambio que ha vivido el Partido Conservador en el ¨²ltimo a?o: reforzados por las querellas internas del laborismo y por el cambio de imagen que ha impuesto el nuevo l¨ªder, los conservadores empiezan a creer en la victoria por primera vez desde que perdieron el Gobierno en mayo de 1997.
Mientras degustan canap¨¦s y vino tinto, las cr¨ªticas al laborismo preceden siempre a los elogios a Cameron. "No olvide que en pol¨ªtica son los Gobiernos los que ganan y pierden elecciones. Mire lo que ocurri¨® en Espa?a", matiza Richard Spring, diputado desde 1992 y con una carrera m¨¢s bien discreta en el aparato del partido.
Clare Hambro exuda vitalidad y optimismo mientras arranca tambi¨¦n con una cascada de cr¨ªticas al Gobierno. "Son pura imagen sin sustancia", critica en privado. "Estoy indignada con la Administraci¨®n", estalla, y cita un rosario de quejas, desde las pensiones hasta las devoluciones fiscales por error, las pensiones o el caso Kelly, el cient¨ªfico que fue encontrado muerto tras las pol¨¦micas entre el Gobierno y la BBC por la guerra de Irak. Hambro es una militante de base que ve la pol¨ªtica en t¨¦rminos locales, sin la megaloman¨ªa de las grandes discusiones geoestrat¨¦gicas. "No s¨®lo te hacen devolver el dinero, sino que te cobran intereses e incluso te multan si no pagas cuando en realidad es un error de ellos. Y lo s¨¦ porque me ha pasado a m¨ª".
Se molesta cuando le haces ver que el auge conservador quiz¨¢ se deba sobre todo a las torpezas del Gobierno. "No es justo decir que el optimismo se debe s¨®lo a lo mal que est¨¢n los laboristas, aunque es verdad que es un factor que cuenta", admite. "Cameron, al centrarse en medio ambiente, est¨¢ marcando la diferencia. Espero que tenga integridad, y creo que la tiene", reflexiona. "Es hora de limpiar la habitaci¨®n", concluye.
La ambici¨®n se refleja en la mirada de Munish Chopra, de 24 a?os, de origen indio pero nacido en Birmingham, que no duda en interrumpir al periodista para hacerle una foto al diputado, la estrella de la reuni¨®n. Presidente de la agrupaci¨®n de j¨®venes tories del barrio, Chopra duda un poco al explicar por qu¨¦ un joven de origen indio pasa del laborismo. "No s¨¦. Eliges en funci¨®n de tu experiencia. Me gusta trabajar con la comunidad, y en tu vida has de tener preferencias", explica, "Los tories tienen buenas pol¨ªticas hacia las minor¨ªas ¨¦tnicas. Y no s¨®lo ahora; tambi¨¦n en el pasado. Criticar las pol¨ªticas de inmigraci¨®n del Gobierno no significa ser racista. El Partido tory no es racista. La inmigraci¨®n tiene que ser ordenada, es mejor para el pa¨ªs", asevera.
James Ashenden, de 23 a?os y muchos kilos, se ha quedado el formulario para darse de alta en el partido. "Antes era miembro, pero perd¨ª la fe cuando lleg¨® Michael Howard y me di de baja. Ahora vuelvo porque est¨¢ Cameron, un hombre que s¨ª conecta con mi generaci¨®n", explica.
David Cameron ha conseguido transformar la imagen de los conservadores en menos de un a?o. Los viejos postulados de impuestos bajos a costa de los servicios p¨²blicos, mano dura con la inmigraci¨®n y el crimen, y productividad econ¨®mica por encima del bienestar social, han dado paso a un partido que sit¨²a el medio ambiente, los servicios p¨²blicos y la lucha contra la exclusi¨®n social en el centro de su agenda.
Tambi¨¦n hay lugar para los impuestos bajos, pero condicionado a que haya un nivel adecuado de gasto p¨²blico para mejorar los servicios p¨²blicos. Hasta el logotipo del partido ha sido transformado: la Union Jack en forma de "fascistoide antorcha", en palabras de un profesor de la London School of Economics, ha sido sustituida por un ¨¢rbol verde con tronco azul, aludiendo a la voluntad ecologista de esta nueva era y al tradicional color de los conservadores.
Pero no son todo flores en el camino. A pesar del tir¨®n medi¨¢tico de Cameron, la militancia se ha reducido este a?o en 9.000 personas, aunque ¨¦se es un problema generalizado en la pol¨ªtica brit¨¢nica.
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