El dinero de la Iglesia

El Gobierno anunci¨® ayer el acuerdo con la Iglesia cat¨®lica sobre un nuevo modelo de financiaci¨®n por el que se aumenta del actual 0,52% a un 0,7% la libre aportaci¨®n de los contribuyentes a trav¨¦s de la declaraci¨®n de la renta (IRPF), una d¨¦cima menos de lo que pretend¨ªa la otra parte. La vicepresidenta Fern¨¢ndez de la Vega explic¨® tambi¨¦n que el sistema prev¨¦ la supresi¨®n a partir de 2007 de la asignaci¨®n presupuestaria que el Estado viene concediendo anualmente a la Iglesia desde 1987 para cubrir su d¨¦ficit de gastos, y la obligaci¨®n de ¨¦sta de pagar IVA en las operaciones de compraventa de bienes e inmuebles.

Que la Iglesia espa?ola se financie exclusivamente por la aportaci¨®n de sus fieles es un paso hist¨®rico despu¨¦s de 27 a?os de un r¨¦gimen transitorio y poco transparente que constitu¨ªa una situaci¨®n de privilegio y vulneraba la igualdad entre los espa?oles. Tal como ya se ha apuntado desde la Conferencia Episcopal, no est¨¢ claro que el nuevo nivel de aportaci¨®n se convierta en suficiente y evite en el futuro que la Iglesia vuelva a plantearse la obtenci¨®n de nuevas asignaciones. Pero, en todo caso, no habr¨¢ ya compromiso alguno para que se complementen desde los presupuestos p¨²blicos las insuficiencias de autofinanciaci¨®n. En cuanto al IVA, responde ni m¨¢s ni menos que a una exigencia de la Uni¨®n Europea, en cumplimiento con las normativas comunitarias sobre las que la instituci¨®n cat¨®lica no es una excepci¨®n. Pero en este caso se ha evitado el apa?o obtenido en otros pa¨ªses de que sea el Estado el que se haga cargo de ingresar el impuesto.

El acuerdo es un paso importante hacia la autofinanciaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica, que cumplir¨¢ as¨ª el compromiso establecido en los acuerdos econ¨®micos de 1979 entre el Estado y el Vaticano y en los posteriores de 1987. La realidad hasta ahora ha demostrado ser tozuda y ha revelado que la Iglesia est¨¢ lejos de poder sostenerse con la aportaci¨®n tributaria de los contribuyentes. No ten¨ªan justificaci¨®n alguna los argumentos de la jefatura cat¨®lica para que el Estado garantizara su principal fuente de subsistencia para cubrir los gastos de mantenimiento, y en especial los sueldos de obispos y sacerdotes. En la f¨®rmula ahora acordada, se echan en falta precisamente f¨®rmulas m¨¢s consistentes, como la de incentivar fiscalmente las donaciones individuales o de fundaciones.

El acuerdo comunicado ayer por Fern¨¢ndez de la Vega dista mucho de ser una especie de pax romana entre el Gobierno y la Conferencia Episcopal, aunque puede contribuir a que cambie el clima entre ambos. En cualquier caso, resulta sensato que Zapatero, que no tiene una relaci¨®n f¨¢cil con la Conferencia Episcopal, haya alcanzado una nueva f¨®rmula para la financiaci¨®n de la Iglesia.