T¨¦cnicas de saqueo
La investigaci¨®n judicial construida por el juez Miguel ?ngel Torres sobre la Operaci¨®n Malaya causa gran impacto por el alcance de la corrupci¨®n que se ha cebado sobre los ciudadanos de Marbella, probablemente desde mayo de 1991, cuando gan¨® las elecciones el GIL. En los 10 tomos del sumario que acaban de conocerse parcialmente aparecen documentados toda clase de ping¨¹es delitos organizados por concejales y funcionarios del Ayuntamiento marbell¨ª, desde permutas ilegales de terrenos hasta recalificaciones discrecionales o multas sin control. Pero sobre todo destaca la pr¨¢ctica intensiva de las comisiones; con el omnipresente gerente de Urbanismo, Juan Antonio Roca, como mu?idor de referencia, los cargos p¨²blicos implicados exig¨ªan comisiones por cualquier actividad p¨²blica, como la pr¨®rroga de la contrata de autobuses urbanos o el contrato de vallas publicitarias.
Durante los ¨²ltimos a?os, en el Ayuntamiento de Marbella no hay el menor atisbo de gesti¨®n p¨²blica o preocupaci¨®n por los servicios ciudadanos. Funcionaba sencillamente como un centro de saqueo organizado con el prop¨®sito de enriquecer a los funcionarios locales que participaban en la red de extorsi¨®n. Por ejemplo, la fortuna de Roca est¨¢ calculada en 2.400 millones de euros. El coste para los marbell¨ªes ha sido el desvalijamiento de las arcas municipales y para los empresarios locales la obligaci¨®n a recurrir a sobornos cada vez m¨¢s elevados si quer¨ªan mantener o ampliar sus negocios. Una relaci¨®n turbia en la que nadie era inocente. Las expresiones grabadas en las cintas de vigilancia confirman la venalidad consciente de los beneficiados de este singular patio de Monipodio. Sirva como ejemplo la seguridad con que Isabel Garc¨ªa Marcos, primera teniente de alcalde durante el mandato de la alcaldesa Marisol Yag¨¹e, asegura tajantemente que "yo, papel que hago, papel que cobro". Resulta un grueso sarcasmo que la propia Garc¨ªa Marcos haya llegado a equipararse con un "preso pol¨ªtico".
Es imprescindible que la investigaci¨®n judicial se lleve hasta el final -el rastro de los negocios sucios lleva ya a operaciones irregulares en Murcia- y que los responsables perciban el peso de la ley. Pero, adem¨¢s, los poderes p¨²blicos deber¨ªan aprovechar el esc¨¢ndalo que ha causado en la opini¨®n p¨²blica el r¨¦gimen de sobornos y extorsi¨®n en Marbella para imponer normas y controles que garanticen mejor la limpieza de las pr¨¢cticas municipales.
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