La m¨¢xima autoridad judicial de Las Palmas asesor¨® a un preso y "presion¨®" a jueces
El Consejo General del Poder Judicial ha concluido la investigaci¨®n sobre el presidente de la Audiencia Provincial de Las Palmas, Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn Mart¨ªn. Le atribuye cuatro faltas muy graves porque "asesor¨®" a un preso y ejerci¨® presi¨®n sobre otros jueces para lograr su libertad. El instructor pide la separaci¨®n del servicio del magistrado. El Poder Judicial deber¨¢ decidir ahora sobre el futuro del juez. Los hechos relatos son los siguientes:
En enero de 2004, la Secci¨®n Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas juzg¨® un caso de narcotr¨¢fico. Mart¨ªn fue el ponente de la sentencia, que absolvi¨® a uno de los acusados, Julio Bornia. Un hermano de ¨¦ste, Rafael, acusado tambi¨¦n, se encontraba en busca y captura. La polic¨ªa lo detuvo siete meses despu¨¦s por un segundo delito (blanqueo de capitales). El 6 de julio de 2005, el Juzgado n¨²mero 6 de Las Palmas rechazaba una petici¨®n de libertad provisional de Rafael Bornia. La decisi¨®n fue impugnada. La vista del recurso por la Secci¨®n Primera se convoc¨® para el 28 de julio de 2005 con celeridad. La secretaria judicial justific¨® as¨ª la urgencia: "[Mart¨ªn] le aclar¨® que se trataba de no dejar el caso para su resoluci¨®n por la sala de vacaciones".
El d¨ªa de la vista, Mart¨ªn presion¨® supuestamente al fiscal antidroga Javier Garc¨ªa. "Con el argumento de que el letrado [abogado defensor] era muy pesado dadas las reiteradas peticiones que estaba formulando, me dijo que por qu¨¦ no ped¨ªa la libertad [para Bornia]", explic¨® Garc¨ªa. El magistrado sugiri¨® al fiscal que pidiera "su libertad bajo fianza de 200 millones de pesetas". El fiscal se neg¨® por una raz¨®n poderosa: "Porque los paga y se fuga".
"No es normal que en este tipo de vistas haya un intercambio de pareceres sobre la cuesti¨®n de fondo con la Sala", declar¨® el fiscal.
No iba a ser la ¨²nica sorpresa del juicio que iba a decidir si se conced¨ªa la libertad condicional a Rafael Bornia.
Las deliberaciones de los magistrados tras la vista sol¨ªan ser vertiginosas. "En supuestos como el que nos ocupa, la deliberaci¨®n pod¨ªa durar segundos y sol¨ªa resolverse con preguntas del tipo ?lo tenemos claro?, ?confirmamos?, ?revocamos?, especialmente en temas como ¨¦ste, en el que se hab¨ªa resuelto reiteradamente y en fechas recientes", explic¨® un magistrado al instructor. Pero ese d¨ªa un juez forz¨® un intenso debate.
Uno de los magistrados lo detall¨®: "En la defensa de su posici¨®n de libertad bajo fianza, Mart¨ªn se mostr¨® firme e insistente llegando incluso a una cierta tensi¨®n con un tono elevado en la defensa de las posturas, provoc¨¢ndome una sensaci¨®n de extra?eza, toda vez que en las ocasiones anteriores en que hab¨ªa tenido que resolver la situaci¨®n personal de Rafael Bornia nunca se hab¨ªa planteado situaci¨®n similar". "No me he sentido presionado, en absoluto, pero s¨ª he notado la insistencia de Jos¨¦ Antonio, hasta resultar ser un co?azo", confes¨® el juez ponente del fallo final. La secci¨®n ratific¨® la prisi¨®n incondicional.
Por otra parte, el instructor ve "llamativo" que, con todos los recursos planteados por la defensa de Bornia, nunca emitiera ninguno contra el auto de procesamiento. Ese paso habr¨ªa entra?ado que la Secci¨®n de Mart¨ªn dejara de ser competente en el caso.
Para entender el "co?azo" que Mart¨ªn dio en pro de la libertad bajo fianza de Rafael Bornia hay que retroceder tres meses. Exactamente a la noche del 5 de mayo. En el restaurante El Fig¨®n de Tarifa, seg¨²n el relato del juez instructor, en una zona preservada por un biombo, se produce una inusual cena: comparten mesa Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn y Julio Bornia. La cena ha sido auspiciada por un tercer comensal, Wilebaldo Yanes. Ignoran que sus cautelas para ocultar el encuentro han sido in¨²tiles: la polic¨ªa controla sus movimientos porque Yanes est¨¢ siendo investigado en relaci¨®n con una trama que supuestamente ama?aba un concurso del Gobierno canario para erigir parques e¨®licos y que ser¨ªa desmantelada meses despu¨¦s. La relaci¨®n de Yanes con el magistrado es muy estrecha: es padrino de su hijo, al que incluy¨® en sus empresas desde que termin¨® derecho y al que ha cedido acciones de sus firmas. El tri¨¢ngulo se cierra: Yanes ten¨ªa negocios con Julio Bornia. Y le garantiza que mediar¨¢ ante el magistrado por la libertad de su hermano Rafael, seg¨²n el relato del juez instructor. Las conversaciones grabadas tras la cena son elocuentes. En una de ellas, fechada el 11 de mayo, Julio Bornia ped¨ªa a Yanes que no se olvidara de ellos. En otra, registrada el 30 de mayo, el di¨¢logo se produce entre Yanes y el magistrado. "Julio Bornia quiere hablar contigo, aunque sea ah¨ª, un ratillo en el coche, o lo que sea, ?es posible? ...Esta tarde, a ¨²ltima hora", reclama Yanes. "S¨ª, ll¨¢mame a la tarde, a ver c¨®mo nos va la cosa, a ver si yo salgo un momento y nos vemos un momento para que se quede tranquilo".
Esa misma noche, Yanes comunica a Julio Bornia que el magistrado les recibir¨¢ en su propia casa. El encuentro dura 15 minutos. Yanes explicar¨ªa despu¨¦s en qu¨¦ consisti¨®: "Bornia estaba intranquilo por la situaci¨®n de su hermano y quer¨ªa traslad¨¢rselo al magistrado. No se habl¨® de libertad, pero se habl¨® de una fianza para salir en libertad". El magistrado se mostr¨® inc¨®modo, pero no por sus interlocutores, sino por "el lugar del encuentro": su casa.
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