Suiza se blinda frente a la inmigraci¨®n

Un terremoto pol¨ªtico sacudi¨® ayer Suiza. Convocados a las urnas en un refer¨¦ndum federal para votar la Ley sobre el Asilo y la Ley Federal sobre los Extranjeros, los suizos aprobaron la primera con el 67,8% de los votos y la segunda con el 68%. Ambas leyes suponen un endurecimiento radical de las condiciones de inmigraci¨®n para ciudadanos extracomunitarios y de refugio pol¨ªtico. La decisi¨®n se produce cuando la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos, incluida Espa?a, ha empezado a modificar la aplicaci¨®n de sus pol¨ªticas de acogida para combatir la inmigraci¨®n clandestina. En este pa¨ªs de 7,5 millones de habitantes la poblaci¨®n extranjera suma el 20,4%, m¨¢s del doble que el porcentaje de extranjeros (8,4%) sobre la poblaci¨®n total empadronados en Espa?a en enero de 2005.

La ley prev¨¦ penas de prisi¨®n y 300.000 euros de multa para los que ayuden a los expulsados

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), cuya sede est¨¢ en Ginebra, lament¨® el resultado del refer¨¦ndum y calific¨® de "restrictiva" la ley de asilo.

Tras anunciarse los resultados parciales del cant¨®n de Ginebra, en teor¨ªa el m¨¢s cosmopolita, se vio que las previsiones m¨¢s pesimistas iban a ser ampliamente superadas. Los 26 cantones que componen la Confederaci¨®n Helv¨¦tica aprobaron ayer por mayor¨ªa las dos leyes en una expresi¨®n de la voluntad popular que no deja lugar a dudas y con un ¨ªndice de participaci¨®n superior al 48%.

El punto m¨¢s pol¨¦mico de la nueva Ley de Asilo es el que establece la obligatoriedad de presentar documentos de identidad v¨¢lidos (pasaporte o DNI) en un plazo de 48 horas posterior a la demanda de asilo. Antes bastaba con un certificado de nacimiento o un permiso de conducir. Con esta medida se intenta evitar que los extranjeros hagan desaparecer sus papeles para evitar ser repatriados. Los detractores de la ley argumentan que en numerosos casos alguien que huye de su pa¨ªs por motivos de persecuci¨®n pol¨ªtica no tiene necesariamente los papeles en regla, lo que podr¨ªa llevar a que sean desestimadas demandas de asilo leg¨ªtimas. La ley prev¨¦ excepciones, pero las condiciones no est¨¢n claras.

La ley contempla el recorte de las ayudas sociales, incluidas las de emergencia, a los candidatos al asilo cuya demanda sea considerada NEM, es decir, no entrada en materia, y que conlleva la expulsi¨®n. El objeto de este punto es forzar su salida del territorio con la mayor brevedad posible. Para los recalcitrantes, los que no quieran salir por propia voluntad, se prev¨¦n penas de hasta dos a?os de c¨¢rcel. Se intentar¨¢ establecer acuerdos bilaterales, sobre todo con los pa¨ªses africanos, a fin de acelerar al m¨¢ximo las repatriaciones.

La ley prev¨¦ penas de hasta cinco a?os de prisi¨®n y 300.000 euros de multa para los que den albergue a personas con una orden de expulsi¨®n en firme. Aunque este punto pretende castigar a los traficantes de seres humanos y sus redes, podr¨ªa afectar a un sacerdote o una iglesia que diera asilo a un rechazado. El objetivo es evitar abusos y separar los aut¨¦nticos demandantes de asilo de los inmigrantes econ¨®micos.

Una de las m¨¢s visibles enemigas de estas leyes ha sido Ruth Dreyfuss, antigua consejera federal (ministro) socialista. Dreyfuss, que es presidente del comit¨¦ contra la exclusi¨®n y la arbitrariedad de las autoridades, abog¨® p¨²blicamente por "una aplicaci¨®n humana de las leyes", a pesar del endurecimiento aprobado en refer¨¦ndum. Christian Levrat, igualmente del Partido Socialista, declar¨®: "Hoy es un d¨ªa negro para todos nosotros". Por su parte, la Federaci¨®n de Iglesias Protestantes, la Conferencia de Obispos de Suiza y la Federaci¨®n de Comunidades Israelitas han "lamentado la aceptaci¨®n de la revisi¨®n de las leyes sobre el asilo y extranjeros".

"Comprendo la postura de las iglesias", dijo la consejera federal (ministra) Doris Leuthard, "pero hay que ser pragm¨¢tico". En las organizaciones de derechos humanos el mensaje fue rotundo: "Es un d¨ªa catastr¨®fico para la larga tradici¨®n humanitaria de Suiza".

Por su parte la Ley sobre Extranjeros, que reemplaza la actual vigente desde 1931, pretende "dar respuesta a las necesidades reales de la econom¨ªa suiza". La naturaleza de esta ley puede ser resumida de esta manera: abrirse de par en par a la UE y el espacio econ¨®mico europeo y cerrarse de manera casi definitiva a la inmigraci¨®n extracomunitaria. Seg¨²n los partidarios de esta ley, las necesidades de mano de obra inmigrante no cualificada para sectores como la agricultura o la restauraci¨®n deber¨ªan poder ser cubiertas con los trabajadores de los pa¨ªses del Este. La admisi¨®n de no europeos ser¨¢ aceptada en casos de profesionales altamente cualificados.

La nueva ley establece que la reunificaci¨®n familiar de los no europeos tendr¨¢ que llevarse a cabo antes de que los ni?os cumplan 12 a?os, a fin de favorecer su integraci¨®n social y ling¨¹¨ªstica en el pa¨ªs. Los europeos tienen hasta la mayor¨ªa de edad. Los cr¨ªticos dicen que es un doble rasero que crea dos categor¨ªas de seres humanos: los europeos y los no europeos.

Alain Rebetez, analista pol¨ªtico del semanario de Lausana L'Hebdo, coment¨® a este diario: "Este triunfo cercano al 70% demuestra que hay un factor de rabia popular que puede seguir siendo capitalizado por los movimientos populistas y de derechas".

En el bando de los que han celebrado la aplastante victoria el ¨¢nimo era de fiesta. Ueli Maurer, presidente de la UDC (el partido nacionalista del caudillo de derechas Christophe Blocher) se declar¨® "satisfecho" del claro apoyo a las leyes. "Esto muestra que finalmente los problemas ligados a la inmigraci¨®n han sido tomados en serio", declar¨® el pol¨ªtico de Z¨²rich. "De lo que se trata ahora es de aplicar las medidas", a?adi¨®.

Christoph Blocher, l¨ªder de la UDC y actual ministro de Justicia y Polic¨ªa, declar¨® al diario Le Temps: "Son los ang¨¦licos que pretenden que todo extranjero que llega a nuestra casa merece protecci¨®n los que alimentan la xenofobia". En opini¨®n del pol¨ªtico e industrial, "permitir la libre circulaci¨®n a todos los pa¨ªses es irresponsable, ser¨ªa un peso intolerable al sistema social, aumentar¨ªa el paro y crear¨ªa tensiones".

"No se puede hablar de un voto xen¨®fobo", declar¨® a la televisi¨®n suiza Sandro Cattacin, soci¨®logo de la Universidad de Ginebra. Seg¨²n el acad¨¦mico, el pa¨ªs "est¨¢ en sinton¨ªa con Europa, que necesita cada vez m¨¢s migrantes de alta cualificaci¨®n profesional".