Alemania tiene un plan para rescatar la Constituci¨®n
Merkel busca el apoyo de Francia para sacar a la UE del estancamiento y salvar una parte sustancial de la Carta Magna
Alemania est¨¢ calentando motores para dejar huella durante su presidencia de la UE en el primer semestre de 2007. Berl¨ªn prev¨¦ iniciar contactos con otros Estados para desatascar el asunto m¨¢s espinoso que tiene paralizado el proyecto europeo: la Constituci¨®n. La coalici¨®n que preside Angela Merkel conf¨ªa en que al final de su semestre habr¨¢ logrado el consenso para presentar una propuesta.
El sentido pr¨¢ctico es el que impulsa a Alemania a encontrar alternativas a los problemas que resolv¨ªa la Constituci¨®n. Entre estas dificultades hay que se?alar la regla de nombrar un comisario por pa¨ªs, 27 a partir de 2007, con la entrada de Bulgaria y Rumania, lo que hace muy dif¨ªcil el manejo de la Comisi¨®n Europea. Tambi¨¦n son serios inconvenientes para un gobierno eficiente la rotaci¨®n de la presidencia cada seis meses y la divisi¨®n de responsabilidades en la representaci¨®n exterior entre el Alto Representante, Javier Solana, de mayor proyecci¨®n internacional, y las competencias conferidas a la comisaria Benita Ferrero-Waldner. Pero sobre todo resulta urgente acordar un sistema que permita la toma de decisiones mediante la mayor¨ªa cualificada en muchas materias que exigen la unanimidad.
Ante el par¨®n actual, cualquier iniciativa es preferible al 'rigor mortis' de la inanici¨®n
El tiempo transcurrido desde el par¨®n impuesto tras los noes de Francia y Holanda a la Constituci¨®n en 2005 ha ido templando las posiciones, y actualmente hasta los m¨¢s entusiastas de la Constituci¨®n admiten que habr¨¢ que introducir reformas en el texto firmado por los jefes de Estado y de Gobierno en octubre de 2004 en Roma.
A pesar del rechazo de franceses y holandeses, otros cinco Estados han ratificado despu¨¦s la Carta Magna europea. Y en los pr¨®ximos meses lo har¨¢ Finlandia, con lo que ser¨¢n 16 los Estados miembros que habr¨¢n dado su respaldo.
Los problemas vienen ahora. De los siete Estados restantes que no la han ratificado (Reino Unido, Irlanda, Polonia, Rep¨²blica Checa, Dinamarca, Suecia y Portugal), s¨®lo en los dos ¨²ltimos casos hay ciertas esperanzas de que ratifiquen el texto. Portugal, porque se encontrar¨¢ con una coyuntura favorable al asumir la presidencia de la UE, despu¨¦s del impulso alem¨¢n en el segundo semestre del pr¨®ximo a?o. Y en Suecia, el nuevo Ejecutivo conservador no se encontrar¨¢ con la resistencia de los verdes y de la izquierda que imped¨ªan presentar la propuesta al anterior Gobierno socialdem¨®crata.
Y m¨¢s dif¨ªcil a¨²n es c¨®mo plantear de nuevo la cuesti¨®n a los franceses y holandeses, que ya se han pronunciado en contra. Sea cual sea el resultado de las pr¨®ximas elecciones en Francia, a ning¨²n Gobierno se le pasa por la cabeza presentar el mismo texto a consulta. Tampoco es imaginable seguir adelante en el proyecto europeo sin el compromiso de Par¨ªs. Por esta raz¨®n, Alemania piensa dise?ar con Francia una alternativa al tratado actual. Y en este sentido la reciente propuesta del ministro del Interior franc¨¦s y aspirante a la presidencia de la Rep¨²blica, Nicolas Sarkozy, de proponer un mini tratado, ha cosechado m¨¢s acogidas que rechazos. Ante el par¨®n actual, cualquier iniciativa es preferible al rigor mortis de la inanici¨®n. Fuentes pr¨®ximas a la Administraci¨®n francesa advierten de que ¨¦sta no era la posici¨®n del primer ministro, Dominique de Villepin, o del titular de Exteriores, Philippe Douste-Blazy.
Para Alemania, su Hoja de Ruta pasa por "mantener el contenido sustancial del texto de la Constituci¨®n, considerar que el nombre no es un tema fundamental, recabar la opini¨®n de todos los pa¨ªses que tengan propuestas y no tomar ninguna decisi¨®n hasta despu¨¦s de las elecciones francesas", seg¨²n una fuente de la Administraci¨®n alemana. En cualquier caso, Berl¨ªn es muy consciente de que sus objetivos s¨®lo pueden prosperar si son realistas y moderados. El calendario m¨¢s probable es que la segunda vuelta de las elecciones francesas sea a partir del 6 de mayo. En junio se celebrar¨¢n las elecciones al Parlamento, y es casi seguro que al Consejo de junio de la UE ya asistir¨¢ el nuevo presidente, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas francesas.
Alemania sabe que su margen de maniobra estar¨¢ limitado sobre todo a junio. Los alemanes saben que la posici¨®n de Francia es determinante, porque adem¨¢s de afrontar el problema de proponer un nuevo texto a sus ciudadanos ocupar¨¢ la presidencia de la UE durante el segundo semestre de 2008. El plan que logre dise?ar Alemania, con el consenso de otros pa¨ªses, lo deber¨¢ rematar Francia a finales de 2008. El siguiente paso se sit¨²a en 2009, con las elecciones al Parlamento Europeo, que podr¨ªa aprovecharse para someter avotaci¨®n un texto alternativo.
Con el prop¨®sito de estimular el debate constitucional, el d¨ªa 29 se reunir¨¢ en Roma un grupo de sabios que presentar¨¢ un informe a la presidencia alemana en enero de 2007. El equipo est¨¢ impulsado por el ministro del Interior italiano, Giuliano Amato. En el grupo formado por una docena de pol¨ªticos y expertos figuran otros tres ex jefes de Gobierno como el belga, Jean-Luc Dehaene; el socialista holand¨¦s, Wim Kok, y el socialdem¨®crata finland¨¦s, Paavo Lipponen; el ministro del Interior alem¨¢n, Wolfgang Schauble, y el eurodiputado espa?ol por el PP, ??igo M¨¦ndez de Vigo, entre otros. M¨¦ndez de Vigo se?ala que "el objetivo es aportar ideas para impulsar el proyecto constitucional".
El inter¨¦s por despejar las cuestiones institucionales expresado por muchos pol¨ªticos contrasta con la estrategia del presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, que ha preferido impulsar la llamada Europa de los Proyectos (energ¨ªa, inmigraci¨®n, mercado interior). El aparcamiento de la Constituci¨®n ha merecido las cr¨ªticas de Jo Leinen, presidente del Comit¨¦ de Asuntos Constitucionales del Parlamento Europeo. Leinen subraya los Costes de la No Constituci¨®n para los ciudadanos y pone ejemplos concretos como "la incapacidad de reaccionar con rapidez ante algunas crisis como los incendios en Espa?a, los problemas de los inmigrantes clandestinos, el terrorismo o la guerra de L¨ªbano".
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