El nuevo v¨¢stago reabre la cuesti¨®n sobre la reforma de la Constituci¨®n
El sexo del futuro descendiente no supone por ahora ning¨²n problema
El anuncio de que los Pr¨ªncipes de Asturias tendr¨¢n un nuevo descendiente en mayo reabre la pol¨¦mica sobre la mayor o menor urgencia en reformar la Constituci¨®n, de forma que se elimine la actual discriminaci¨®n en favor del var¨®n a la hora de acceder a la Corona.
El sexo del nuevo descendiente de los pr¨ªncipes de Asturias no plantea, en el corto plazo, ning¨²n problema jur¨ªdico constitucional. Javier P¨¦rez Royo, catedr¨¢tico de Derecho Constitucional, advierte de que un posible descendiente var¨®n "no nace con un derecho adquirido a la sucesi¨®n en la Corona". S¨®lo "cuando don Felipe de Borb¨®n acceda al trono" ser¨¢ necesario plantearse el orden sucesorio.
La Constituci¨®n de 1978, en su art¨ªculo 57, estableci¨® la preferencia del var¨®n sobre la mujer en el orden sucesorio. Eso explica que el heredero de don Juan Carlos de Borb¨®n sea el pr¨ªncipe Felipe y no su hermana mayor, la infanta Elena.
El actual Gobierno ha planteado una reforma constitucional en la que se incluye la supresi¨®n de tal discriminaci¨®n. Todos los partidos con representaci¨®n parlamentaria se han mostrado de acuerdo, pero el legislador constitucional, en 1978, quiso apuntalar la estabilidad de la Monarqu¨ªa y estableci¨® un sistema hipergarantista para reformar el t¨ªtulo referido a la Corona (art¨ªculos 56 al 65), de modo que cualquier modificaci¨®n del mismo exige que la aprueben por mayor¨ªa cualificada de dos tercios el Congreso y el Senado, disolver las Cortes y convocar elecciones generales, volver a conseguir el refrendo de las nuevas C¨¢maras por la misma mayor¨ªa de dos tercios y, por fin, someter la reforma a refer¨¦ndum popular.
Salvar obst¨¢culos
La exigencia de disoluci¨®n de las Cortes situar¨ªa al intento de cambio constitucional al final de una legislatura para hacerlo coincidir con el acontecer pol¨ªtico normal, pero la dificultad surge porque, aunque nadie lo ha dicho expresamente, el Gobierno no desea someter a la ciudadan¨ªa este cambio en solitario para evitar que pudiera convertirse en una suerte de plebiscito sobre la Monarqu¨ªa.
Para salvar ese hipot¨¦tico obst¨¢culo se quiere someter a refer¨¦ndum conjuntamente, el resto de las reformas impulsadas por el Gobierno, que no precisan de la consulta popular, pero s¨ª del acuerdo con el PP, ya que es necesario conseguir los tres quintos de los votos en el Congreso y en el Senado. Nada indica que el PP est¨¦ dispuesto a votar el resto de las reformas, por ejemplo la del Senado.
En enero de este a?o el Consejo de Estado emiti¨® un informe, a petici¨®n del Gobierno, sobre las modificaciones constitucionales y propon¨ªa redactar el art¨ªculo 57.1 de la siguiente forma:
"La Corona de Espa?a es hereditaria en los sucesores de don Juan Carlos I de Borb¨®n, leg¨ªtimo heredero de la dinast¨ªa hist¨®rica. La sucesi¨®n en el trono corresponde a su hijo, el Pr¨ªncipe heredero don Felipe de Borb¨®n, y despu¨¦s a los sucesores de ¨¦ste seg¨²n el orden regular de primogenitura y representaci¨®n, siendo preferida siempre la l¨ªnea anterior a las posteriores; en la misma l¨ªnea, el grado m¨¢s pr¨®ximo al m¨¢s remoto; y en el mismo grado, la persona de m¨¢s edad a la de menos".
As¨ª se asegurar¨ªa la sucesi¨®n a favor de don Felipe de Borb¨®n y, a partir de ¨¦l, se eliminar¨ªa la actual discriminaci¨®n. El propio Consejo advert¨ªa que esa reforma "no tendr¨¢ aplicaci¨®n alguna" hasta que llegue la "segunda sucesi¨®n en el trono", es decir, hasta que don Felipe sea Rey, lo cual, a?ade, "no excluye la conveniencia de efectuarla sin m¨¢s demora" que "el inter¨¦s p¨²blico".
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