Se vende inmigrante
Sentado en una terraza del paseo de Recoletos, donde miraba montar las casetas de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasi¨®n, Juan Urbano parti¨® en dos la palabra "oportunismo" y vio que una de sus mitades era hija de la oportunidad y la otra del cinismo. Al ser, como todos ustedes saben, fil¨®sofo, sentimental y del Real Madrid, esa ma?ana se sent¨ªa al mismo tiempo indignado, caprichoso y euf¨®rico. La euforia era, por supuesto, consecuencia del cinco a uno que hab¨ªa logrado su equipo contra el Dinamo de Kiev, en el ¨²ltimo partido de la Copa de Europa. El capricho que empezaba a dominarlo era el de ir el viernes, a primera hora, a buscar maravillas a esa feria donde, cada a?o, encontraba alguna primera edici¨®n de sus pensadores favoritos, alguna revista de ¨¦poca o alg¨²n tomo raro cuya b¨²squeda le produc¨ªa un placer que podr¨ªa medirse en hect¨¢reas y cuyo encuentro lo emocionaba hasta ponerle nost¨¢lgico, porque siempre imaginaba las horas de trabajo, estudio y falta de sue?o invertidas en cada p¨¢gina de esos vol¨²menes ofendidos por el paso del tiempo.
La indignaci¨®n le hab¨ªa saltado encima desde el peri¨®dico, igual que siempre. Ya lo conocen: es que Juan se pasa la vida forcejeando con las noticias lo mismo que Tarz¨¢n con los cocodrilos.
Esta vez, el asunto era la inmigraci¨®n y el modo en que algunos pol¨ªticos lo usan desde el oportunismo, que es una bandera de todos los colores que puede mover cualquier viento, venga de donde venga. Porque si unas declaraciones del secretario de Organizaci¨®n del Partido Socialista, Jos¨¦ Blanco, en las que manifestaba que el mercado laboral no puede absorber m¨¢s inmigrantes, lo hab¨ªan dejado perplejo, otras del consejero de Empleo y Mujer de la Comunidad de Madrid, Juan Jos¨¦ G¨¹emes, que ven¨ªan a decir justo lo contrario, lo pusieron hecho un basilisco. Entre ambas, y dado que para entonces los pobres inmigrantes ya se hab¨ªan convertido en pelotas de tenis que los adversarios del PSOE y el PP intentaban colocar en el campo del rival, se hab¨ªa colado otra del presidente de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales, Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas, que cuestionaba las de Blanco y, a modo de conclusi¨®n, afirmaba que "nadie sabe de verdad qu¨¦ es lo que puede absorber un determinado mercado", lo que a Juan Urbano le hizo exclamar: "?Pues si no lo sabes t¨², que eres el que lleva la esponja!".
Mientras los libreros de la Feria del Libro Antiguo acarreaban cajas y, poco a poco, iban colocando el g¨¦nero en las estanter¨ªas y los mostradores de sus casetas, Juan se puso absolutamente Inmanuel Kant y ponder¨®: "As¨ª que, por lo que parece, el consejero de Empleo y Mujer de la Comunidad de Madrid se le ha ca¨ªdo a Rajoy del caballo, porque mira que resulta raro que el PP se convierta, de pronto, en el Cid Campeador de los inmigrantes".
Claro que G¨¹emes dijo eso de que "si la Comunidad de Madrid mantiene su ritmo de crecimiento econ¨®mico, necesitar¨¢ incorporar a su mercado laboral, de aqu¨ª al 2010, a medio mill¨®n de personas m¨¢s, que en su mayor¨ªa ser¨¢n inmigrantes", en la inauguraci¨®n de la I Feria del Trabajador Inmigrante, y ya sabemos que algunos pol¨ªticos tienen camaleones en la lengua, de modo que si pasan por Hacienda prometen bajar los impuestos y si van al zool¨®gico prometen comprarle carne a los leones, pero a¨²n as¨ª, a Juan le pareci¨® que aquel blablabl¨¢ constitu¨ªa una paradoja del tama?o de Pontevedra.
Para confirmarlo, abri¨® su agenda y repas¨® algunas frases del jefe de G¨¹emes, Mariano Rajoy, que hab¨ªa copiado de los diarios y que, en resumen, ven¨ªan a decir una y otra vez lo mismo que ¨¦sta, que hab¨ªa subrayado en un rojo iracundo: "Un exceso de inmigraci¨®n provoca marginaci¨®n y delincuencia". O sea, pura xenofobia. "As¨ª que tenemos dos opciones: o G¨¹emes quiere jugar con los pies dentro de un equipo de baloncesto", se dijo Juan, poni¨¦ndose reflexivo, "o es que aunque el cinismo s¨®lo tenga cinco letras del oportunismo, manda en ¨¦l mucho m¨¢s que la oportunidad, que tiene seis".
Y con esa frase, se levant¨® y ech¨® a andar hacia su casa, pensando que si, cuando ocupaba el Gobierno, el PP no hubiera tenido deambulando por el pa¨ªs a miles de inmigrantes en situaci¨®n ilegal, las cosas tal vez habr¨ªan empezado a arreglarse hace m¨¢s tiempo y ahora no tendr¨ªan que estar clamando contra lo que llaman el "efecto llamada", una expresi¨®n que igual a Sigmund Freud le hab¨ªa parecido que revela lo que piensa esta gente que es la inmigraci¨®n: una plaga. O eso o que, una vez m¨¢s, la perorata de G¨¹emes le ha dado la raz¨®n al novelista John Steinbeck, que sosten¨ªa que "de todos los animales de este planeta, el hombre es el ¨²nico que bebe sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que decir".
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