"No hay censura en el teatro espa?ol, sino cosas de buen o mal gusto"
Jes¨²s Salgado, director del montaje, considera que Manuel Galiana (Madrid, 1941) es uno de los dos "sumos sacerdotes de esta ceremonia del dolor" (el otro es la actriz Mar¨ªa Jos¨¦ Goyanes) que es La comedia del beb¨¦, un complicado texto existencialista firmado por el estadounidense Edward Albee. Teatro del Duende estrena hoy esta mezcla de humor absurdo, tragedia y vodevil en la que dos j¨®venes ven sacudida su existencia por la visita de una pareja que pretende quitarles su beb¨¦.
Pregunta. ?En qu¨¦ consiste esta comedia que estrenan?
Respuesta. Es una comedia con ciertos tintes de crueldad, de erotismo, de humor, que nos habla de las ilusiones perdidas, del encuentro con la verdad, de la realidad de la vida. Todo ello envuelto en un espect¨¢culo curiosito de ver. La puesta en escena que propone Albee no es de una obra realista, sino que el p¨²blico va a presenciar una comedia dentro de las coordenadas del teatro del absurdo.
P. ?Es un texto dif¨ªcil de interpretar o de comprender?
R. Puede tener tambi¨¦n sus dificultades para el p¨²blico. Es cierto que Albee juega un poco a confundir al espectador, a zarandearle, a llevarlo de un sitio a otro, pero no hace falta ser muy avispado para darse cuenta enseguida de qu¨¦ pasa.
P. Dice Jes¨²s Salgado que las heridas son buenas, que certifican que estamos vivos.
R. S¨ª. En un mundo como el que tenemos, donde el dolor es el plato que nos comemos cada d¨ªa en un telediario, hemos ido asumiendo todas las desgracias y esto es un aldabonazo: oiga, que todo no es ja, ja, ja, que el mundo son l¨¢grimas, el mundo es dolor. Y ese dolor tenemos que vivirlo.
P. ?Viven muy c¨®modos los j¨®venes de hoy?
R. S¨ª, a veces viven como muy de espaldas a esas cosas. Igual que hay una juventud comprometida que participa ayudando a los dem¨¢s, hay otra juventud absolutamente hedonista. No s¨®lo la juventud; hay muchos que no quieren ver las cosas que pasan, que dicen "Ay, a m¨ª no me cuentes penas", o "?Es una obra de teatro de sufrir? Ah no, yo quiero ir a divertirme". Por eso espect¨¢culos en los que salen cuatro por ah¨ª y cuentan chistes se convierten, de pronto, en un ¨¦xito.
P. ?Alguien quiere imponer la censura en el teatro espa?ol?
R. No, no hay una censura sobre el teatro espa?ol; lo que hay son cosas de buen gusto o de mal gusto. Se puede hablar de todo, pero con cierto respeto, y ciertas cosas no se deben hacer.
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