Di¨¢logo entre el libro e Internet
"DA LA IMPRESI?N a veces de que confundimos la novedad con la tragedia, las posibilidades con las obligaciones. Leo con divertido asombro la pol¨¦mica suscitada en Estados Unidos a ra¨ªz de un art¨ªculo de Kevin Kelly publicado en The New York Times Magazine, y contestado m¨¢s tarde por el novelista John Updike en una conferencia que reprodujo Babelia, el 16 de septiembre". As¨ª empieza su art¨ªculo el escritor Andr¨¦s Neuman sobre este debate, del cual reproducimos algunos fragmentos (texto completo en www.elpais.es).
"Puede que muy pronto buena parte de las bibliotecas del mundo sean legibles en la red, pero nuestro saber seguir¨¢ dependiendo de lo mismo: tiempo, silencio, paciencia. Estos condicionantes permanecen inalterados desde la ¨¦poca de los monjes estudiosos, y no veo el modo de que dejen de ser necesarios en el mundo de los discos duros. (...) Pienso que la invisibilidad de los libros digitales, la fugacidad de las descargas o la tentaci¨®n del corta y pega no son el final de nada, sino s¨®lo el principio de un camino paralelo, el descubrimiento de un nuevo ¨¢ngulo de un viejo poliedro. (...) Sin embargo, en este debate sobre el futuro del libro me temo que omitimos, como casi siempre, a la parte m¨¢s importante: los lectores. (...) El libro impreso no es un instrumento limitado, y por tanto superable mediante m¨¦todos m¨¢s avanzados, sino una realidad perfecta en s¨ª misma. (...) Lectura carnal y lectura virtual no se oponen, como no se oponen el correo electr¨®nico y la caricia, la webcam y el encuentro cuerpo a cuerpo". (...)
DOCUMENTO Texto completo de Andres Neuman |
"Por eso quiz¨¢s Updike, que es un gran escritor, se alarm¨® en exceso ante los redundantes fervores de Kelly. Aunque, m¨¢s que aquel art¨ªculo, intuyo que a Updike le preocupa el destino de la cultura literaria, cuya indudable fragilidad ¨¦l parece vincular, ya m¨¢s discutiblemente, al auge de las nuevas tecnolog¨ªas. (...) Ser modernos ser¨ªa m¨¢s bien contemplar los adelantos t¨¦cnicos con naturalidad, como una alternativa interesante y no como un dr¨¢stico punto sin retorno".
De similar opini¨®n es el escritor ecuatoriano Leonardo Valencia: "Si la literatura explora abismos, no veo por qu¨¦ no pueda asumir el v¨¦rtigo de Internet. La preocupaci¨®n de Updike combina nostalgia con desconocimiento. Una edici¨®n en Internet puede llegar a ser m¨¢s rigurosa que muchos libros mal editados. No es el soporte el que le resta o suma valor, sino el criterio de trabajo. Respecto a la autor¨ªa, no est¨¢ mal experimentar la contraescritura, el reto de abrir espacios para nuevas escrituras, incluso de forma paralela a nuestros libros. Esa invitaci¨®n es vieja: la hizo Lautr¨¦amont en el siglo XIX. Internet se est¨¢ descubriendo a s¨ª misma en las propuestas de talentos literarios como Perec, Queneau, Roussel. Y, sin ir m¨¢s lejos, autores contempor¨¢neos como los catalanes M¨¤rius Serra y Miquel de Palol. Hay mucho abismo con Internet, pero hay que lanzarse y seguir explorando". Valencia, autor de El libro flotante de Caytran D?lphin (Funambulista), cuenta con un programa inform¨¢tico paralelo en Internet, programado por Eugenio Tisselli: www.libroflotante.net. Con este programa, se ha creado un puente entre el libro f¨ªsico y el soporte virtual; y una manera de que se complementen. As¨ª el lectornauta, como le llama, puede reescribir la novela. De lo que se trata en la web, agrega el autor, "es de invitar al lector a participar en un concepto de escritura interactiva, habiendo le¨ªdo la novela o no. Es un programa inform¨¢tico que trabaj¨¦ durante un a?o con Tisselli, uno de los programadores m¨¢s vanguardistas del momento en experimentos literarios. Creo en un di¨¢logo no atemorizado, a lo Updike, entre el libro e Internet, un di¨¢logo fruct¨ªfero para el que hay que vencer ciertas resistencias. Es decir, que puede ser reductor considerar a los dos soportes como si estuvieran en los ant¨ªpodas. Mi postura es favorable a las posibilidades de Internet, aunque sin olvidar el papel del libro".
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