La gasolinera y sus responsables
Critica el autor el desinter¨¦s de las distintas instituciones a la hora de proteger la ¨²nica obra arquitect¨®nica dise?ada por Oteiza.
Fernando San Mart¨ªn (concejal de Cultura del Ayuntamiento de Irun), Imanol Agote (director de Cultura de la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa) y Miren Azkarate (consejera de Cultura del Gobierno vasco) son los culpables de que la ¨²nica obra de arquitectura que Jorge Oteiza proyect¨® y construy¨® -junto con Luis Vallet y N¨¦stor Basterretxea, en Ir¨²n, en 1957-58- pueda ser derribada legalmente. El motivo del derribo, la construcci¨®n de 99 viviendas, dos gasolineras, un hotel y locales comerciales. Seg¨²n el concejal de urbanismo de Ir¨²n, Borja Semper, no hay posibilidad de mantener el edificio en pie, su lugar debe ocuparlo una gasolinera.
En 1957, la casa de Oteiza, materializa su deseo por volver a su pa¨ªs. Despu¨¦s de su larga estancia en Suram¨¦rica (1949), llega a Bilbao, pero viaja a Madrid (1951) para estar junto a S¨¢enz de Oiza en el desarrollo de la estatuaria de Arantzazu (1951-53). Suspendidos los trabajos de Arantzazu, Oteiza tiene como prop¨®sito volver a su tierra. En Arantzazu se gesta la construcci¨®n de la casa. Inicialmente, esta casa la proyecta S¨¢enz de Oiza para ¨¦l mismo y para Oteiza y Basterretxea. Su prop¨®sito es establecer un lugar de trabajo y vida com¨²n estrat¨¦gico, junto al Bidasoa. Oiza dibuja una construcci¨®n como un caser¨ªo, con los pa?os de las paredes separadas de la estructura exterior, muy cercana a la Capilla para el camino de Santiago (1954) que proyect¨® tambi¨¦n con Oteiza. Pero un a?o m¨¢s tarde, en 1956, Oiza abandona el proyecto.
Los responsables pol¨ªticos no hacen su trabajo: defender la memoria cultural y art¨ªstica de nuestro pa¨ªs
Oteiza, proyecta su casa-taller actuando de la misma forma que cuando proyecta sus esculturas
Oteiza y Basterretxea buscan un arquitecto local que comparta sus intereses por el arte y la arquitectura moderna. Encuentran a Luis Vallet, vecino de Ir¨²n y uno de los fundadores del movimiento arquitect¨®nico moderno (GATEPAC). Entre marzo y septiembre de 1956, Vallet desarrolla un proyecto con el que obtienen el permiso de obras. El proyecto no es del gusto de Oteiza y Basterretxea, por lo que, aprovechando la estructura, deciden de mutuo acuerdo cambiar el proyecto a pie de obra. Esta es una de las razones por la cuales s¨®lo existen tres dibujos, de Vallet, que describen la obra construida. Alguien que particip¨® en la misma obra aclar¨®: "Ven¨ªa Oteiza, cog¨ªa un palo y comenzaba a marcar el lugar donde quer¨ªa las ventanas, los balcones, las aberturas y las distribuciones. Por esto no hay dibujos". Es decir Oteiza, proyecta su casa-taller actuando como lo hace cuando proyecta sus esculturas. Dibuja y crea espacios en la misma forma, con la misma forma. En el periodo de la construcci¨®n de la casa, Oteiza prepara en Madrid su participaci¨®n en la Bienal de Sao Paulo (1957), es cuando nace su laboratorio de tizas.
Cuando la casa se levanta (1957) y las paredes con sus potentes balcones se enrasan y las finas y elegantes carpinter¨ªas de hierro se colocan, Oteiza realiza un ¨²ltimo gesto que lo delata como autor de una obra que desde su concepci¨®n guarda las formas de la modernidad. Oteiza toma el blanco, el negro y el gris, y con ellos ordena la casa. Las finas carpinter¨ªas met¨¢licas las pinta de negro, marcando los vac¨ªos oscuros de la casa. El prisma donde se sit¨²an las habitaciones lo pinta de blanco para definirlo y subrayarlo, y aquello que est¨¢ en contacto con el terreno, los pilotes que suspenden elegantemente la casa, la parte trasera donde se encuentra el estudio de Basterretxea, y su propio taller, detr¨¢s, como una construcci¨®n parasitaria, Oteiza los pinta de gris. El color del espacio que habla con la tierra, el gris que Oteiza identifica como el color caracter¨ªstico de la est¨¦tica vasca. Oteiza, junto a sus compa?eros, concibe desde unas formas que se identifican con el movimiento internacional, un objeto propio, ¨²nico, perteneciente a la est¨¦tica de nuestro pueblo. Es la ¨²nica vez que Oteiza materializa un objeto a esta escala, simultaneando arquitectura y escultura. La ¨²nica vez que Oteiza construir¨¢ una arquitectura. La casa, como sus esculturas es humilde, austera, limpia y clara en las formas. En ella se trasluce que nace del laboratorio de tizas, y que ella misma juega a ser tiza. Pero tambi¨¦n es el taller donde el laboratorio de tizas encuentra su lugar para desarrollarse y llegar a su conclusi¨®n experimental (1959), y el lugar donde se escribe el Quousque tandem...! (1963). En su modestia, es un monumento riqu¨ªsimo de nuestra memoria cultural moderna.
El servicio que realizar¨¢ la gasolinera que la sustituya no estar¨¢ a la altura, nunca, de los servicios que ya ha prestado la casa y que podr¨ªa seguir prestando. La casa merece ser respetada. Ir¨²n, Bidasoa y el pueblo vasco, sin la casa, ser¨¢ m¨¢s pobre, peor. Los pol¨ªticos responsables, anteponen la riqueza material de unos pocos sobre a la riqueza cultural de todos. Los se?ores San Mart¨ªn y Agote y la se?ora Azkarate no hacen su trabajo, y se debe denunciar. Yo les denuncio. No hacen su trabajo: defender la memoria cultural y art¨ªstica de nuestro pa¨ªs.
Gillermo Zuaznabar es doctor en Proyectos Arquitect¨®nicos (Escuela de Arquitectura de Barcelona).
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