Los socialdem¨®cratas de Austria preparan una gran coalici¨®n
Los Verdes esperan que el escrutinio de los 400.000 votos por correo les lleve al Gobierno
Austria se prepara para una gran coalici¨®n tras el triunfo de los socialdem¨®cratas (SP?) en las elecciones legislativas del domingo. Liderados por Alfred Gusenbauer, obtuvieron el 35,7% de los votos y 68 esca?os en el Parlamento, pero necesitan un socio para gobernar. Gusenbauer se manifest¨® a favor de negociar una gran coalici¨®n con el democristiano Partido Popular (?VP), dirigido por el saliente canciller, Wolfgang Sch¨¹ssel.
La derecha perdi¨® 13 diputados y se qued¨® con 66 esca?os en el Parlamento (y con 34,2% de votos). Despu¨¦s de seis a?os en la oposici¨®n, la otra opci¨®n de Gusenbauer, de 46 a?os, es una alianza con los Verdes. Este acuerdo, sin embargo, est¨¢ pendiente del recuento de los 400.000 votos emitidos por correo, lo que permitir¨¢, el d¨ªa 9, esclarecer definitivamente el resultado electoral.
Cabe la posibilidad de que el partido ecologista, que hasta ahora ha obtenido el 10,5% de los sufragios emitidos (20 esca?os) aumente su porcentaje. Seg¨²n el polit¨®logo Anton Pelinka, de momento "no se vislumbra un verdadero vuelco pol¨ªtico, para el que ser¨ªa necesario una mayor¨ªa formada por SP? y Verdes". Pelinka considera que la coalici¨®n izquierda-ecologistas ser¨ªa "posible si el BZ?
[partido del derechista J?rg Haider, que apenas recogi¨® el 4% de los votos emitidos] queda excluido del Parlamento al no superar la barrera del 4%, una vez finalice el recuento de los votos por correo".
Para hoy martes est¨¢ prevista una reuni¨®n de los l¨ªderes del SP? y del ?VP con el presidente de Austria, Heinz Fischer, encargado de sondear las posibilidades que tienen los mayores partidos austriacos para aliarse. Los contrastes entre ambas formaciones se han agudizado desde que, tras los comicios de 1999, los conservadores, que hab¨ªan quedado en el tercer lugar, rompieron el consenso de aislar a la extrema derecha y usaron a Haider de palanca para colocar a Sch¨¹ssel en la presidencia del Gobierno.
Esa alianza sin precedentes provoc¨® una oleada de protestas en Austria y entre los mandatarios de la Uni¨®n Europea. Desde el pasado domingo corren rumores de que Sch¨¹ssel podr¨ªa dimitir de su cargo de jefe del partido, lo que distender¨ªa el di¨¢logo entre socialdem¨®cratas y democristianos para hacer posible "gran coalici¨®n".
Seg¨²n opini¨®n de Pelinka, el inesperado fracaso de los conservadores se debe a que "el ?VP ha menospreciado el creciente descontento causado por la situaci¨®n social en todo el pa¨ªs. Los votos que han perdido los conservadores se han desplazado a los sectores que no han votado y a los dos partidos de derechas, el FP? y el BZ?, que han logrado canalizar el descontento social hacia la xenofobia".
Lo que est¨¢ claro es que la extrema derecha no estar¨¢ en el pr¨®ximo Gobierno. En el diario Der Standard la periodista Barbara Coudenhove-Kalergi celebra que "a partir de hoy Austria vuelve a ser un pa¨ªs normal", porque se acaba un episodio de seis a?os de duraci¨®n, en que los "predicadores del odio" se hab¨ªan convertido en "autoridades" que dirig¨ªan ministerios.
No obstante, aunque la extrema derecha ha regresado a la oposici¨®n, el fantasma del racismo no se ha disipado. A muchos preocupa que ¨¦sta, dividida actualmente entre la Alianza por el futuro de Austria (BZ?) de Haider, con un 4,2% (8 esca?os) y el Partido Liberal (FP?) del extremista Heinz Christian Strache, con 11,2 % (21 esca?os) haya duplicado sus votos en comparaci¨®n con las ¨²ltimas legislativas de 2002. Juntos tienen el 15% de votos. "El antiguo FP? se dividi¨® por causa de la locura de Haider, pero la diferencia entre el BZ? y el nuevo FP? no se ve ni con lupa", escribe Hans Rauscher, tambi¨¦n en Der Standard.
Nadie olvida que el ascenso de la extrema derecha en 1999 se debi¨® en gran parte a los votos del descontento contra la prepotencia de la "gran coalici¨®n" de socialdem¨®cratas y conservadores. "Grandes coaliciones en el Gobierno alimentan los movimientos de protesta", recuerda Chrsitoph Kotanko en el peri¨®dico Kurier, mientras que el editorialista del diario conservador Die Presse, Michael Fleischhacker, lamenta que una vez m¨¢s, "los austriacos hayan votado a favor de la par¨¢lisis".
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