Camps, en el burladero

La ausencia del presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, durante el debate sobre la moci¨®n de censura -s¨®lo estuvo presente en la intervenci¨®n del impulsor de la iniciativa, el socialista Joan Ignasi Pla y en la votaci¨®n- marc¨® la sesi¨®n parlamentaria celebrada ayer en las Cortes Valencianas. Si el silencio de Camps fue clamoroso, no lo fue menos la actitud de su partido. El PP se sirvi¨® de su mayor¨ªa absoluta para empeque?ecer y ningunear el debate sobre una iniciativa de gran calado pol¨ªtico.

La ausencia y el silencio de Camps en el hemiciclo no resultan una novedad. El presidente valenciano no es muy dado a comparecer en la tribuna parlamentaria cuando se tratan temas de gran inter¨¦s. Ya en la aprobaci¨®n del Estatuto regional no quiso intervenir, y lo mismo ocurri¨® cuando el accidente de la l¨ªnea 1 del metro de Valencia, que acab¨® con 43 v¨ªctimas mortales en julio. La decisi¨®n de los miembros de su Gobierno de no intervenir durante la sesi¨®n de ayer y el comportamiento de los diputados auton¨®micos del PP durante todo el debate, con una ostensible teatralizaci¨®n de su menosprecio a la moci¨®n de censura, son reprochables y reflejan tambi¨¦n una actitud de prepotencia de su l¨ªder, que prefiere esconderse en el burladero antes que salir al paso de argumentos y problemas que se le plantean. La confusi¨®n de lo institucional con lo partidista y de los intereses del PP con la Comunidad Valenciana ya es un comportamiento cl¨¢sico en Camps.

Es cierto que algo de ventajismo hab¨ªa en la moci¨®n de censura presentada por el socialista Pla, tergiversada en su funci¨®n. A poco m¨¢s de ocho meses de las elecciones auton¨®micas, en las que se ver¨¢ realmente el apoyo de los ciudadanos a unos y otros, plantear un debate de este tipo significa en realidad avanzar el programa electoral. La iniciativa tambi¨¦n es as¨ª una utilizaci¨®n partidista de las instituciones, que el PP hizo bien en ech¨¢rselo en cara. Pero el ventajismo de Pla no justifica la ausencia y el desprecio del presidente de la Generalitat al Parlamento auton¨®mico. Significa rechazar de principio precisamente lo que justifica la existencia de un parlamento como es el debate sobre las distintas propuestas de gobierno.